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Entrevista con Laura García
Personal
Un hobby.
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Una película.
Un personaje.
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Una palabra que te defina.
Entrevista
Laura, desde esa niña que quería saber qué ocurría dentro de un ordenador hasta la hoy ingeniera informática que has conseguido ser, ¿Cuál era tu visión de la tecnología y en qué ha cambiado?
Desde pequeña y cuando estudiaba, siempre he tenido curiosidad por todo lo que tenía que ver con la electrónica y los ordenadores. Es cierto que cuando sales de la Universidad, no eres muy conocedora del mundo laboral y te da un poco de miedo. Cuando comencé a trabajar, me di cuenta que existen muchos temas en los que te puedes especializar y que de hecho, si no te especializas puede ser que al final no abarques nada pues no puedes llegar a los detalles concretos de todo lo que quieres aprender. Las ciencias y la tecnologías son súper amplias y esto me costó un poco asumirlo y aprenderlo, en mi deseo de curiosear y querer saber sobre ese ‘todo’.
Además, cuando eres estudiante existe esa sensación de que nunca terminas de aprender y, cuando terminas y empiezas a trabajar compruebas que realmente es así. Porque siempre hay cosas nuevas y hay que estar al día de todas las novedades de la tecnología si de verdad quieres aportar un valor añadido con tu trabajo.
Y ante estas ganas de aprender sobre todo, ¿Qué te llevó a decidirte por Ingeniería de Programación?
Me dejé llevar. Supongo que también el mundo profesional te va arrastrando a lo que se va necesitando. Y en aquel momento, y durante mis más de 10 años de experiencia profesional, he necesitado adquirir una serie de habilidades y conocimientos que me han obligado a centrarme en ello. Así que me dejé llevar por las necesidades de aquel momento.
¿Y la carrera cumplió tus expectativas en cuanto a tu desarrollo como profesional?
La carrera te da unas bases muy buenas para poder elegir tu camino, pero no te preparan para el ámbito profesional. Para ello hay mucho de aprendizaje por ti mismo, de autodidacta.
Es importante tener presente que al final lo que va a contar son tus méritos, lo que consigas por ti mismo, y que hay que trabajar para ello.
En la situación y escenario actual en el que vivimos, ¿Crees importante que la juventud se forme y prepare en competencias técnicas al margen de la elección profesional que haga?
Es importante que durante su formación, la persona incluya este tipo de competencias porque son necesarias si queremos ser realmente competitivos. Estamos ante una verdadera revolución digital, y hay que pensar que profesiones como Programación tienen una ocupación prácticamente del 100%. Pero no pueden existir programadores especializados en todos los campos. Es decir, es necesario que existan estas competencias adquiridas de base para llegar y ser competitivos en todas las áreas.
Y en esta línea ¿Consideras importante que desde la infancia o quienes se estén formando para carreras que no sean puras STEM incluyan este tipo de formación también?
Sí, sin duda. Es esencial que desde la infancia, tanto niños como niñas vean con total normalidad que todos podemos programar y, enseñarlo como juego. Tenemos que concienciarnos que tan importante como es aprender idiomas, es también saber al menos cómo funcionan los ordenadores y la programación.
Los niños tienen que ver que las niñas están incluidas en este mundo tecnológico, y las niñas que vean que no es solo cosa de niños y se sientan parte de ello.
Nos enfocamos ahora en la realidad actual, ¿Cómo ves el papel de la mujer en el sector TIC?
Considero que el mayor problema puede estar en el propio estereotipo de la creencia sobre que las ciencias son muy difíciles, o son aburridas, o que son cosa de hombres. Éste es el mayor estereotipo que tenemos que vencer, pero son ideas que tenemos que combatir en cadena. Es decir, si las propias mujeres vamos más allá y superamos la concepción de que las tecnologías o ciencias son aburridas o complicadas, llegaremos a entender que también es cosa nuestra y nuestra participación dejará de ser una anécdota.
Y sobre esa representación anecdótica que nos comentas, ¿Opinas que existe una imagen asociada a esa mujer?
Existe una idea de que la mujer no puede compaginar esa vida profesional con la personal, dado el nivel de exigencia de la profesión.
Por otro lado, ocurre además que tenemos esa sensación de que la mujer tenemos que demostrar mucho más.
Y ante todo esto, creo que la solución y lo importante es que las mujeres nos lo tenemos que creer, tenemos que decir ‘Yo puedo con esto’ y ‘Yo también quiero conseguir que mi carrera profesional sea reconocida’.
¿Qué consejo le darías a esa chica que se está pensando estudiar y dedicarse a una carrera STEM, y que se enfrenta a estas dudas y barreras de vocación?
Aunque sea un mundo difícil y exigente, es perfectamente compaginable y se trata de llevarlo con normalidad. Actualmente existen facilidades para poder conciliar la vida profesional con la personal. Y la tecnología precisamente ha ayudado a ello, flexibilizando horarios, con el teletrabajo, etc. Y las empresas están concienciadas y ponen de su parte.
Y por supuesto, me gustaría animar a la juventud a que se interese por las ciencias y las tecnologías y las descubran, que sin duda ayuda a mejorar el día a día de las personas y cambian las vidas. Tienes que encontrar tu motivación para poder dar, a través de tu trabajo, ese valor añadido que nos lleva a hacer algo grande en nuestras vidas.
Y en este sentido, y desde tu perspectiva como empresaria ¿Qué falta todavía? ¿Qué le tenemos que pedir a las instituciones y empresas para avanzar en la creación de entornos que permita esta conciliación y que posibiliten al fin y al cabo una igualdad de oportunidades?
En mi caso ha sido esencial apostar por la meritocracia, como criterio para abogar por la igualdad de oportunidades. Hay que premiar a las mejores personas, aquellas que tengan más motivación. Cuando he trabajado en grandes corporaciones, he podido ver cómo premiaban a mujeres por el simple hecho de ser mujer, y pienso que eso tampoco es bueno porque se está dando un mensaje erróneo. La clave está en dar normalidad al trabajo, al margen de que lo haga un hombre o una mujer, y premiar el buen trabajo sin más.
Como técnica para valorar un candidato en una selección sería evaluar los currículums sin foto y sin nombre. Una vez la persona ya se encuentre incorporada en la empresa, debe existir una herramienta interna para registrar los logros y méritos, en la que basarse a la hora de promocionar o premiar al margen cualquier consideración de género, etnia, etc.
Sobre la conciliación, es importante que existan políticas que permitan esta conciliación (ya sea con flexibilidad, teletrabajo, trabajo remoto, etc), tanto para hombres como mujeres. Es muy importante apoyar e impulsar estas políticas para que exista un entorno real de conciliación.
Y en base a tu experiencia y según lo que has visto y vivido ¿Piensas que hemos avanzado en conseguir una igualdad real de género?
Se están consiguiendo y haciendo cosas importantes, pero aún queda mucho camino. Es inevitable mirar el bajo número de chicas que deciden comenzar una carrera tecnológica, pero aquellas que lo hacen suelen ser personas muy motivadas y que generalmente destacan con sus notas, lo que hace que el porcentaje que completan sus estudios sea mucho más elevado que el de los chicos.
Creo que la clave está, tal y como hemos hablado, en romper los estereotipos asociados a las ciencias y las tecnologías desde la infancia. Para ello, es imprescindible educar enfocándolas como un juego y configurando la idea de que podemos ayudar al mundo con ellas.
Estamos comentando que es importante contar con imágenes reales que normalicen las profesiones TIC ¿Puedes hablarnos de alguna persona que haya sido referente para ti y te haya guiado o inspirado?
He tenido muchos referentes y personas que me han ayudado, pero es cierto que este mundo es muy autodidacta. Tienes que aprender mucho y ver mucha realidad por ti misma. He tenido la suerte de contar con unos compañeros estupendos y siempre me he sentido una más. Jamás he tenido el problema de verme o sentirme tratada diferente, lo que me ha ayudado mucho a motivarme y seguir adelante.
Citando algún referente femenino, me llamó mucho la atención la historia de Hedy Lamarr, actriz que fue una de las creadoras del Wifi, algo tan esencial e importante en nuestros días.