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Entrevista con Covadonga Leguina
Personal
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Entrevista
Comencemos remontándonos un poco hacia atrás, ¿Cuál era tu visión de la tecnología cuando eras apenas una estudiante y cuál es tu visión actual? ¿Cómo ha cambiado desde tu formación y experiencia en producción audiovisual hasta tu trayectoria en ciberseguridad?
Tenemos que remontarnos muy muy atrás (jajajaja). Imagínate cuánto ha cambiado la cosa que cuando me matriculé en la Facultad de Informática, yo pensaba que iba a aprender ofimática… A finales de los 90’s el desconocimiento de la tecnología era total, al menos para mí, pero cuanto más aprendía, más me entusiasmaba; debo confesar que me enamoré de por vida del álgebra de Boole.
Luego tuve la oportunidad de evolucionar hacia lo audiovisual, sector que siempre me había llamado la atención. Cuando apenas era una niña y veía a quienes se dedicaban a hacer televisión o radio (a nivel técnico), pensaba que yo de mayor quería hacer eso. Me maravillaba ver la sala de realización de una tele o un estudio de radio. Me formé a conciencia en ello: edición de vídeo, técnico de sonido, cámara de tv y realización y lo complementé con estudios en Electrónica, quería entender qué pasaba dentro de cada aparato. Durante más de 20 años como profesional en el sector audiovisual he visto cómo los sistemas de grabación, edición y emisión han ido evolucionando. Desde lo analógico a las emisiones en streaming incluso a la aplicación de IA en muchos de los procesos, sin duda ha sido una auténtica revolución digital.
Cuando he vuelto al mundo de la informática, al campo de la ciberseguridad, más que evolución de las tecnologías creo que ha sido una revolución del sector: protocolos de comunicación avanzados, sistemas de monitorización a tiempo real capaces de tomar sus propias decisiones, arquitecturas cloud distribuidas a nivel global, el blockchain,… Pero a la vez, he tomado conciencia de la dependencia tecnológica de los sectores críticos, lo vulnerables que pueden llegar a ser o la falta de formación y concienciación de la sociedad en general sobre la información que compartimos por internet.
Como experta en ciberseguridad, eres muy conocedora y consciente de las ventajas pero también riesgos que el mundo digital plantea. En este sentido, ¿Crees que es importante para la juventud adquirir competencias técnicas y conocer intrínsecamente la tecnología, independientemente de la rama profesional que se elija?
Hoy en día, compramos por internet, nos comunicamos a través de aplicaciones, nos informamos en medios digitales, nos relacionamos con la administración pública de forma electrónica y realizamos transacciones económicas a diario con el móvil… Son actividades que hemos normalizado en nuestras vidas independientemente de la actividad profesional escogida. Por tanto, no sólo es importante que la juventud tenga las competencias técnicas suficientes, lo es para toda la sociedad. Te diría que incluso más importante para aquellas generaciones que no han crecido de la mano de la tecnología y que la adaptación a estas nuevas formas de comunicarse u operar son un auténtico reto.
¿Cómo ves el papel de las mujeres en el sector TIC? ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que se enfrentan las mujeres en el desarrollo de su carrera en el sector? ¿Alguna anécdota al respecto?
Más que obstáculos, creo que lo que falta son referentes femeninos. Si no ves reflejado en la sociedad lo que una mujer es capaz de alcanzar a nivel profesional, quizás ni te lo plantees.
Cuando estudié el Grado Superior de Electrónica, yo era la única chica en clase y la primera mujer en titularse en ese campo en un centro de trayectoria centenaria. Esto me hace sentir orgullosa, porque sé que en promociones posteriores la presencia femenina aumentó. En la facultad de informática, hace 30 años, el índice de mujeres que estábamos matriculadas no superaba el 10%. En el curso 2023/2024, en la UMA, las titulaciones de ingeniería superan el 50% de presencia femenina.
Las mujeres aportamos una visión de la vida diferente -ni mejor ni peor, diferente- y los números no fallan: somos casi la mitad de la población del planeta. Esa otra perspectiva de las cosas debe ser tenida en cuenta y para ello, las mujeres, debemos tener más presencia y capacidad en la toma de decisiones en todos los sectores de la sociedad, y por supuesto, también en el ámbito de las TIC. Siento que poco a poco estamos ocupando el sitio que nos corresponde y, aunque hemos avanzado bastante, queda mucho camino por recorrer.
¿Puedes hablarnos de alguna persona, hombre o mujer, que te ayudara a desarrollarte profesionalmente o que significara un apoyo esencial para ti? ¿Has tenido algún referente femenino que te inspirara o guiara?
Puedo enorgullecerme de tener a mi madre como referente -aunque suene a tópico-. Cuando yo apenas sabía leer, ella programaba en BASIC en un Commodore 64, creaba sus programas de gestión de gastos o lo que fuera que se le ocurriera, de forma totalmente autodidacta. Mi padre viajaba mucho por trabajo y, si había que realizar cualquier tarea doméstica tradicionalmente asociada a los hombres, era ella quien lo hacía y nos enseñaba a mí y a mis hermanos a hacerlo con independencia de nuestro género. Por tanto, no he tenido ese sesgo establecido por la sociedad entre intereses y capacidades divididas entre hombres y mujeres, y he podido decidir qué hacer y estudiar en mi vida con total libertad. Me siento afortunada, porque sólo he tenido que emular lo que veía en casa cada día.
¿Por tu experiencia, piensas que estamos avanzando para conseguir la igualdad de género real y efectiva en el sector TIC?
Sí, creo que estamos avanzando, aunque todavía queda mucho por hacer. Es verdad que en los puestos de más responsabilidad la presencia femenina sigue siendo limitada. Me gusta pensar que, con el tiempo, veremos a más mujeres ocupando esos espacios de decisión, no por cuota, sino porque su talento y su trabajo las lleven hasta ahí. Lo importante es que sigamos abriendo camino y que las nuevas generaciones vean en la tecnología una opción real y alcanzable
Tu trayectoria, llegó un momento que cambió de rumbo y, por ello, sabes que la formación y coeducación de los niños y de las niñas son, sin duda pilares fundamentales para el futuro de nuestra sociedad y economía, siendo imprescindible el fomento de las vocaciones STEM desde edades tempranas y desde una perspectiva de igualdad. ¿Crees que se conocen las múltiples opciones y oportunidades, así como nuevas profesiones relacionadas con las TIC y las STEM? ¿Qué le dirías a la juventud que está decidiendo “qué va a ser de mayor”?
La tecnología avanza muy rápido y, el sistema educativo no consigue alcanzar esa velocidad para estar conectado a la realidad digital. No sé si la solución está en cambiar los planes educativos -me parece muy osado por mi parte opinar en esos términos-, pero sí pienso que se debería fomentar el pensamiento digital, la curiosidad, la resolución de problemas y el trabajo en equipo, para que dispongan de las habilidades necesarias para decidir qué quieren hacer en la vida.
A esta generación que tiene que decidir su futuro ahora, le diría que no se limite por los estereotipos, que no tengan miedo a equivocarse. Que prueben, que experimenten, que se equivoquen y que vuelvan a empezar. Que elijan lo que les despierte curiosidad y ganas de aprender y, por su puesto, lo que les haga felices.
En los últimos años, la ciberseguridad ha demostrado su transversalidad con otros sectores, y con la vida en general, así como la multidisciplinariedad de perfiles que se van necesitando. Con este escenario tan propicio, y según tu experiencia, ¿qué condiciones o características tiene esta opción profesional para liderar el avance hacia la igualdad de género?
La ciberseguridad abarca tanto que da cabida a perfiles muy diversos: técnicos, formadores, analistas, consultores, comunicadores… No solo se valoran las habilidades técnicas que obviamente son necesarias; también son muy apreciadas cualidades como el liderazgo, la colaboración, la creatividad o el trabajo en equipo. Y estas capacidades no entienden de género.
¿Qué importancia tiene un concepto como la sororidad en un sector como el tecnológico y las STEM?
Es básico, porque no se trata sólo de tener el apoyo de alguien, es crear una red de confianza, de colaboración mutua en este sector donde aún somos minoría. Es inspirador tener a profesionales de éxito como referentes y si además reconocen tu talento y te ofrecen su mano para que puedas crecer, no sólo es motivante, para mí es tremendamente emocionante.
¿Por qué es esencial una línea de investigación y desarrollo que incluya diversidad de perspectivas en todas las fases del diseño y desarrollo científico tecnológico? ¿qué pasaría si sigue la tendencia y la mujer cuenta con baja participación en los distintos puestos, sobre todo en los de liderazgo y toma de decisiones? Puedes afinar la respuesta en el ámbito de la ciberseguridad.
La baja participación de mujeres en las distintas fases, provoca el perder el punto vista de la mitad de la población del mundo, como decía antes. Las mujeres vemos las cosas de forma diferente y eso sólo puede enriquecer cualquier proyecto. Tenemos distintas prioridades, valores y principios y, esa diversidad es clave en sectores como la ciberseguridad donde lo humano marca la diferencia.
A estas alturas nadie duda de que las mujeres estamos tan preparadas como los hombres a nivel formativo, a nivel técnico. La clave está en incorporar esa mirada humana a la toma de decisiones, al diseño de estrategias… Sólo así construiremos entornos digitales más seguros, éticos e inclusivos.
¿Qué retos y qué soluciones se pueden impulsar desde la labor profesional, y desde una perspectiva colaborativa, para impulsar el necesario papel de la mujer?
Debemos romper con los estereotipos que todavía rodean a la mujer en el ámbito tecnológico. Muchas veces, la falta de visibilidad o de referentes se confunde con la falta de capacidad. La visibilización de quienes formamos parte de este sector, la creación de redes de apoyo y colaboración a través de asociaciones que promuevan charlas, foros, congresos, son acciones que, aunque puedan parecer nimias, nos empoderan y nos ayudan a alcanzar el deseado cambio real. Porque juntas, somos más fuertes.