Actualmente, solo un 28% de los roles tecnológicos están ocupados por mujeres en un sector que no solo está transformando el mundo, sino que también tendrá un impacto significativo en la economía global. Al reflexionar sobre esta disparidad, surge un tema crucial: los sesgos de género. ¿Por qué seguimos viendo esta brecha y cómo podemos trabajar para cerrarla?”
Son varias las publicaciones (os recomendamos una) que intentan promover prácticas de contratación que supongan la superación de estos sesgos, a través de formación, uso del lenguaje y de herramientas y técnicas denominadas ‘a ciegas’ o anónimas.
Pero en este post nos queremos parar en una solución que se arraiga más en la base del problema. Vamos a analizar cómo la ‘ciencia salva a la ciencia’, buscando respuestas en la ciencia del comportamiento.
La ciencia del comportamiento se define como el estudio sistemático de las acciones, reacciones y patrones de conducta de los seres humanos y otros organismos. Se enfoca en entender los procesos psicológicos, sociales, biológicos y culturales que influyen en el comportamiento, utilizando métodos empíricos y observacionales para investigar, describir y predecir cómo y por qué los individuos actúan de ciertas maneras en contextos específicos.
¿POR QUÉ HAY QUE BUSCAR EN LA CIENCIA DEL COMPORTAMIENTO?
Vamos a ahondar un poco más… ¿sabes qué son los prejuicios inconscientes?:
Los prejuicios inconscientes (también conocidos como sesgos inconscientes) son actitudes, creencias o estereotipos que influyen en nuestra percepción, decisiones y comportamiento de manera automática, sin que seamos plenamente conscientes de ellos. Estos prejuicios suelen estar basados en normas culturales, experiencias personales y asociaciones aprendidas a lo largo del tiempo.

Unos prejuicios que son universales, automáticos, que están basados en asociaciones aprendidas, y que influyen en el comportamiento… y la pregunta ahora sería ¿hasta cuánto y cuándo estamos tomando conciencia de su existencia? Etnocentrismo, los sesgos por apariencia, el efecto halo, o lo que aquí nos ocupa… los sesgos de género.
El estudio “Mujer y universidad: ¿Qué factores influyen en la elección de sus estudios?” de Fundación CYD indica que “El 69% de las mujeres cree que hay sesgos de género en la elección de la carrera universitaria”, así como que “ el 39% cree que en su etapa escolar no se promovía la diversidad de vocaciones de forma equitativa”.
Adentrándonos en el sector TIC, es importante preguntarnos: ¿cómo nos afecta este sesgo? Las consecuencias son significativas: desde la pérdida de talento y diversidad, hasta el desarrollo de productos y servicios que pueden estar sesgados. Esto no solo limita la innovación, sino que también puede incrementar los costos y reducir nuestra competitividad a nivel global.
Un aumento de la productividad del 25%. Este es el dato que nos da la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre cuáles serían los efectos de incrementar la fuerza laboral con participación femenina. Según el Global Gender Gap Report 2024, cerrar la brecha de género en tecnología podría añadir hasta 12 billones de dólares al PIB global para 2025. El estudio de McKinsey & Company, demuestra que las empresas con mayor diversidad de género son un 21% más rentables.
¿Y CÓMO LO SOLUCIONAMOS?
La ciencia del comportamiento puede desempeñar un papel clave en la reducción de los sesgos de género en el sector TIC, al identificar las raíces psicológicas y sociales de estos sesgos y diseñar estrategias basadas en evidencia para contrarrestarlos.

Es decir, esta ciencia realiza un proceso complejo, desde la persona a la sociedad, y viceversa, que nos permite encontrar soluciones específicas de aplicación directa, como por ejemplo:
- Currículums ciegos al género: Varias empresas han implementado procesos donde los nombres y géneros de las candidaturas están ocultos, lo que ha aumentado las contrataciones de mujeres en roles técnicos. Un estudio de Harvard Business Review, afirma que “En una compañía tecnológica, el uso de currículums ciegos aumentó la proporción de mujeres seleccionadas para roles técnicos en un 30%-40%”.
- Reformulación de anuncios de empleo: Cambiar descripciones de trabajos con términos agresivos o “masculinos” por lenguaje inclusivo ha resultado en un mayor interés por parte de mujeres.
- Revisión de evaluaciones de desempeño: Introducir criterios objetivos y eliminar etiquetas subjetivas como “poco asertiva” o “demasiado emocional” ha reducido el impacto de estereotipos.
La aplicación de principios de la ciencia del comportamiento no solo ayuda a eliminar sesgos individuales y organizacionales, sino que también transforma las estructuras del sector TIC, promoviendo una cultura más inclusiva, equitativa y diversa. Esto beneficia al sector al:
- Fomentar equipos más innovadores y productivos.
- Mejorar la reputación y la atracción de talento.
- Diseñar tecnologías más inclusivas y representativas de toda la población.
No es solo teoría, la realidad de grandes empresas tecnológicas lo demuestran:
Intel: Implementó programas de capacitación en sesgos inconscientes y estableció objetivos específicos de diversidad. Resultado: Aumentó la representación femenina en roles técnicos en un 43% entre 2015 y 2020.
Accenture: Logró que el 50% de sus empleados sean mujeres y que el 25% de sus ejecutivos sean líderes femeninas al introducir políticas inclusivas y mentorías.
Google: Redujo sesgos en sus procesos de promoción mediante paneles diversos y eliminando prácticas sesgadas en entrevistas. Resultado: Incrementó la diversidad de género en sus equipos de ingeniería.
Los beneficios para el sector han sido numerosos y evidentes. La mayor representación de mujeres ha dado lugar a equipos más diversos e innovadores, lo que enriquece la creatividad y la toma de decisiones. Además, hemos observado una reducción significativa en la brecha salarial y en las oportunidades de liderazgo, así como una mayor retención del talento femenino. Este avance en la inclusión tecnológica no solo transforma el entorno laboral, sino que también contribuye de manera notable a mejorar la reputación del sector en su conjunto.