El pasado sábado ha sido un día para recordar, ya que asistimos al encuentro con Sara García Alonso, justo antes de embarcarse en su formación de astronauta, organizado en la Casa de la Ciencia de Sevilla.

La cita contaba con un origen muy importante: una iniciativa de profesorado, con el objetivo de fomentar las vocaciones STEM en el alumnado infantil a través de esta gran Referente.

A lo largo de la jornada, Sara hizo un breve recorrido por su historia, recordando varios puntos de inflexión. En sus propias palabras, “Los estímulos que recibimos cuando somos niños son muy importantes. Cuando me pongo a pensar en mi trayectoria y cómo estoy cumpliendo un sueño que en principio parecía tan inalcanzable, qué me ha llevado hasta aquí y cómo he dado estos pasos. Pienso en esa niña que lo que sentía es curiosidad inmensa por absolutamente todo lo que me rodeaba. Quería prender de todo, y cuando me hacían esa pregunta de ¿qué quieres ser de mayor? Incluso me frustraba un poco porque yo cada día quería ser una cosa, quería prender una cosa nueva, simplemente me interesaba avanzar en el conocimiento”.

La astronauta en reserva destacó que estar en la Casa de la Ciencia era como estar en casa, porque compartir cosas y transmitir cosas que puedan beneficiar a la sociedad, es algo intrínsecamente bueno, y ese es su objetivo: “solo quiero avanzar en conocimiento y que eso sirva para que la sociedad y el mundo sea un lugar mejor.

Como consejos, Sara regaló varios trucos que para ella son esenciales en la vida, como comenzar el camino con un primer paso en alguna dirección, abandonando la casilla de salida para empezar a tomar decisiones. Sin olvidarnos de su gran aliada: “No me quito nunca mi mochila de ingredientes secretos:

  • Eliminar cosas que me puedan impedir dar esos pasos (baja autoestima, miedo, falta de referentes, el síndrome del impostor, etc). Ser valiente para atreverme a hacerlo si realmente eso me motiva
  • Ser amable con los demás: vivimos en sociedad, y es importante empatizar para hacer que las cosas fluyan, teniendo en cuenta las mil formas de ver el mundo y las sensibilidades de los demás.
  • Tener pasión por lo que haces.
  • Esforzarme, y mantener la mente, ojos y oídos muy abiertos durante ese camino, para así ganar confianza y que el esfuerzo merezca la pena”.

 

Con el objetivo de inspirar, alentar, y resaltar la importancia de las STEM, la bióloga astronauta recordó que la ciencia y la tecnología es transversal, porque el conocimiento es transversal, y su avance supone mejorar la vida de las personas.

Así como, la importancia de contar con personas referentes a la hora de impulsar nuestras decisiones: “Las investigadoras del laboratorio donde trabajé, esas mujeres que no tienen grandes nombres y apellidos, han sido mis grandes referentes, marcaron la diferencia y me animaron a dedicarme a la investigación contra el cáncer”.

Sara quiso concluir resaltando que el aprendizaje a lo largo de estos años, es lo que le ha servido para comenzar esta nueva vida de astronauta, una profesión a la que, sin saberlo, le han llevado esos pasos que había dado desde pequeña.

Y, para todo esto, es primordial formarse y adquirir conocimientos y competencias técnicas y STEM ya que, dada la transversalidad de ese conocimiento, puedes construir así prácticamente todo lo que quieras ser. Es lo maravilloso de la tecnología, que pasa de ser proyectos a realidades presentes en todas las áreas, a través de equipos multidisciplinares que trabajan para mejorar la vida en la tierra.

“He aprendido de profesionales de todo tipo de disciplinas y todo este aprendizaje es lo que me anima a enfrentarme a cada nuevo reto como el de ser astronauta”.

 

 

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