13 de julio de 2023
El liderazgo femenino es un valor en alza para las empresas y organizaciones. Las mujeres poseen talento y habilidades que ayudan a mejorar la competitividad, la rentabilidad y la consecución de los objetivos empresariales. En esta dirección apuntan entidades como la Organización Mundial del Trabajo a través de diferentes estudios que señalan el efecto positivo de incorporar mujeres a los puestos de mando.
Cada vez más el mundo de la empresa se conciencia de la necesidad de tomar medidas para impulsar el liderazgo femenino, y contar con equipos inclusivos, que apuesten por la innovación, la sostenibilidad y la multiculturalidad, como fiel reflejo de la sociedad actual. Diversidad es por tanto sinónimo de éxito y riqueza en la empresa, si se cuenta con jefes y jefas que aporten sus distintos puntos de vista y formas de liderar en sus tomas de decisión.
Piensa en líderes
Queda mucho por hacer por alcanzar la igualdad en puestos de dirección, especialmente en ámbitos tradicionalmente masculinizados como es el tecnológico. Basta con hacer el simple ejercicio de pensar en una persona influyente, y a la mayoría la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la de un jefe masculino. Elon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Tim Cook…las listas de las personas más poderosas en tecnología son ocupadas en su mayoría por hombres.
Eso no significa que no haya habido, grandes protagonistas femeninas en la historia del desarrollo científico y tecnológico, o que no haya mujeres líderes en tecnología que vienen pisando fuerte, superando los conocidos suelos pegajosos y rompiendo techos de cristal. Haberlas las hay y merece la pena resaltar su pionera labor.
En la sección Referentes de WomANDigital encontramos numerosos casos de talento femenino escalando hacia puestos de decisión desde Andalucía. Y a nivel nacional también figuran muchos ejemplos dentro del Top 100 Mujeres Líderes en España, que apoya la presencia de las mujeres en el ámbito público y el fomento de la diversidad y de la igualdad por parte de empresas y organizaciones. Entre las 100 premiadas este 2023, encontramos a mujeres TIC en cargos públicos, empresarias, directivas, profesionales independiente e investigadoras.
Por citar solo algunas de ellas, es el caso de Carmen Artigas, Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial; Isabel Pardo, ex Secretaria de Estado Transportes, Movilidad y Agenda Urbana; directivas como Esther Checa, responsable en importantes consultoras tecnológicas (Arthur Andersen, PWC, CapGemini, Ernst&Young); Therese Jamaa, vicepresidenta de la empresa de telecomunicaciones Huawei; Almudena de la Mata, Fundadora y CEO de Blockchain Intelligence; Ana Santiago, CEO de Sisteplant y referente en el mundo de la Ingeniería en España; María Isabel Rojo, CEO de Enthec Solutions, empresa que trabaja para crear soluciones innovadoras de ciberseguridad; Uliana Torkunova, Co-fundadora y CEO de 3 compañías de movilidad y tecnología; o Yaiza Rubio, Chief Metaverse Officer de Telefónica.
Rompiendo el techo de cristal
Según la Organización Internacional del Trabajo, desde 1991 las mujeres han ido incorporándose a cargos directivos con más rapidez que los hombres, en particular en los países más desarrollados, sin embargo, los datos indican que falta mucho para que las mujeres estén en igual número en los niveles más altos del mundo empresarial, en puestos ejecutivos y en los consejos de administración.
El 38% de los puestos de alta dirección en España están desempeñados por mujeres, dos puntos más que el año anterior, según el informe Women in Business de la firma de servicios profesionales Grant Thornton. España logra por tercer año consecutivo avanzar en la presencia femenina en la alta dirección, y se coloca como el segundo país de la Unión Europea con mayor porcentaje de mujeres directivas, por detrás de Irlanda, y en el puesto número 11 del ranking mundial. Con ello, España también se sitúa en una posición ventajosa para cumplir con el objetivo de la nueva Directiva europea de que las mujeres ocupen el 40% de los puestos directivos y en los consejos de administración. Por comunidades ,Madrid sigue siendo la región que lidera esta clasificación, con un 40% de presencia femenina, y le sigue: Andalucía, con un 35%
Si tenemos en cuenta que más de la mitad de las empresas con mujeres a cargo de equipos, mejoran su creatividad, la llegada de nuevo talento y su retención, solo podemos llegar a una conclusión: se está desaprovechando el talento y las cualidades propias de las mujeres en puestos de responsabilidad.
¿Tienes madera de líder?
En palabras de Nelson Mandela, “es imposible liderar a otros si no aprendemos a liderarnos a nosotros mismos”. Todo se aprende, y de todas las personas y circunstancias se puede aprender.
Por tanto, un líder nace y también se hace. Existen capacidades que ayudan a las mujeres en puestos de decisión, y que hay que aprovechar. Porque hombres y mujeres ejercen diferentes estilos de liderazgo. Los primeros se centran más en marcar estrategias para llegar a un objetivo, mientras que ellas dedican más atención a la comunicación, colaboración y planificación. Se trata de enfoques complementarios e igual de válidos, que permiten mejorar la organización y ambiente laboral, y en consecuencia también los resultados.
Pero también existen técnicas esenciales para la dirección. La adquisición de ciertas estrategias ayudan a desarrollar las cualidades que distinguen a la jefa que cualquiera quisiera ser o tener. Alguien capaz de inspirar, que consiga motivar a su equipo y delegar, con capacidad de adaptación, tolerancia, eficiencia y crecimiento personal y profesional.
¿Cuáles son esas habilidades o competencias que ayudan a liderar?
Estas son algunas de ellas.
- La capacidad de empatizar y conectar con las personas, a través de una escucha activa, genera un ambiente de confianza para intercambiar ideas, y permitiendo ampliar su perspectiva de la situación para encontrar soluciones.
- Saber comunicar y promover la comunicación en la empresa u organización. Acciones como el networking propician que mujeres y hombres trabajen en conjunto, y de esa colaboración surja un mayor conocimiento, sinergias e innovación.
- Autoconfianza y determinación. El conocido síndrome la impostora o los límites autoimpuestos juegan en nuestra contra, creer en nosotras mismas e ir a por ello, es básico para no limitarnos y transmitir nuestra motivación al equipo de trabajo.
- Poner en valor nuestros logros no debe entenderse como una falta de humildad. Todo lo contrario, hemos de dar visibilidad a nuestros éxitos sin miedo y trabajar nuestra marca personal y la de nuestra empresa.
- La resiliencia es una cualidad de quienes alcanzan altos cargos o puestos de responsabilidad, y consiste en adaptarse a situaciones adversas, tomar los desafíos como aprendizajes y no como obstáculos, analizar los problemas y crear estrategias para solucionarlos, y en la medida de lo posible, evitar que vuelvan a ocurrir.
- Tener carisma en la forma de comunicarnos y captar la atención de las personas que nos rodean, puede ser una cuestión propia o en la que trabajar. Se puede mejorar y mucho lo que decimos y cómo lo decimos, tanto en la relación entre iguales, como en la interacción con las personas a nuestro cargo.
- La capacidad de negociación también es una habilidad que obviamente, distingue a las personas profesionales con mayor experiencia. Pero conocer bien nuestras fortalezas y debilidades, y estudiar bien a la otra parte, teniendo en cuenta sus necesidades y objetivos, nos ayudará a analizar la situación, comprenderla y tomar la decisión más correcta, sin miedo a decir “no”.