Nos hacemos una pregunta fundamental ¿cuál es el impulso que necesitan las Mujeres en Tecnología?
Vivimos en la paradoja de que, aunque la tecnología está moldeando el futuro y es cada vez más omnipresente y esencial, abrirse camino en esta industria sigue siendo un desafío para muchas mujeres. Ya hemos analizado estos datos en post anteriores (como en “Mujer & Tecnología: una cuestión de ventajas” o en “Los datos para la lucha contra la brecha de género en el sector TIC”), pero en este queremos pararnos en una de las herramientas más poderosas para reducir esta brecha de género: las redes de apoyo y la mentoría.
LA SORORIDAD COMO VALOR CLAVE
Según un informe de McKinsey & LeanIn.org (2022), las mujeres que reciben apoyo de redes femeninas tienen un 60% más de probabilidades de avanzar en sus carreras y de aspirar a puestos de liderazgo.
Según Women in Tech Global Movement, las comunidades y redes de mujeres en tecnología son esenciales para reducir la brecha de género. Las mujeres que participan en redes de mentoría tienen un 40% más de probabilidades de mantenerse en la industria, en comparación con aquellas que no lo hacen.
Según Deloitte, los equipos con mayor diversidad y colaboración (fomentados a menudo por redes sororas) son un 20% más innovadores.
La sororidad es un concepto que se refiere a la solidaridad, el apoyo y la hermandad entre mujeres para fomentar la equidad de género y luchar contra la discriminación, pero, ¿conoces todas las formas que tiene la sororidad? La sororidad se representa a través de recomendaciones y promoción de oportunidades, denunciando desigualdades, creando e incluyendo en círculos de apoyo, siendo y visibilizando a referentes, generando comunidades y espacios seguros, mostrando apoyo público, evitando la crítica destructiva, etc. En conclusión, promoviendo causas comunes, a través de la escucha y de la empatía, bajo el compromiso de compartir los recursos y avanzar en alianzas interseccionales.
Así, se constituye un impulso de origen para crear políticas de inclusión, que contribuyan a redefinir los modelos de liderazgo que permitan modelar con el ejemplo e impulsen la transformación de arriba hacia abajo, educando en igualdad y rompiendo barreras.
Porque la sororidad no es solo un acto de apoyo, es la construcción de una red donde todas las mujeres podemos crecer juntas
SORORIDAD VS SÍNDROME DEL IMPOSTOR
Imagina ser la única mujer en un equipo de desarrollo, rodeada de talento, pero sin un referente con quien identificarte. Este aislamiento es una realidad para muchas mujeres en tecnología, y no solo afecta su confianza, sino también su capacidad de avanzar profesionalmente. Un estudio encargado por Access Commercial Finance reveló que los hombres son un 18% menos propensos a experimentar el síndrome del impostor en comparación con las mujeres.
¿Y en el sector TIC? ¿Por qué se da con mayor énfasis? Repasamos los principales motivos:
- Falta de Representación Femenina
- Escasez de referentes: El sector TIC sigue estando dominado por hombres. Las mujeres representan aproximadamente un 25% de la fuerza laboral en tecnología a nivel mundial, y en roles técnicos este porcentaje es incluso menor. Sin modelos a seguir en posiciones de liderazgo o en roles técnicos clave, es fácil que las mujeres cuestionen su pertenencia y competencia.
- Efecto “token”: Cuando una mujer es la única en un equipo masculino, la presión por demostrar su valía puede ser abrumadora, lo que intensifica la autocrítica.
- Normas Culturales y Estereotipos de Género
- Stereotype threat: Las mujeres en tecnología enfrentan estereotipos persistentes que sugieren que no son “tan buenas” en matemáticas, ingeniería o programación. Esto puede generar ansiedad y una sensación constante de tener que “probar su lugar”.
- Socialización desde la infancia: Muchas niñas son educadas en entornos donde se les alienta a ser perfeccionistas y modestas en sus logros, lo que puede derivar en la incapacidad de reconocer sus propios méritos.
- Brecha de Confianza y Autoexigencia
- Postularse a roles: Las mujeres tienden a postularse para trabajos solo si cumplen el 100% de los requisitos, mientras que los hombres lo hacen con un 60%. Esto refuerza la creencia de que “no son lo suficientemente buenas” para un rol o proyecto.
- Perfeccionismo: La autoexigencia desmedida, combinada con el temor al error o al fracaso, hace que las mujeres se sientan inadecuadas incluso cuando tienen éxito.
- Sesgos en el Entorno Laboral
- Críticas más duras: Las mujeres en roles tecnológicos son más propensas a recibir críticas desproporcionadas, tanto en cuanto a su desempeño como a su estilo de liderazgo.
- Reconocimiento desigual: Estudios como The Matilda Effect in Science: Awards and Prizes in the US, 1990s and 2000s”, de Margaret W. Rossiter, o “Gender Bias Without Borders” (2015)”, de la UNESCO, han demostrado que los logros de las mujeres en tecnología a menudo son minimizados o atribuidos a otros, lo que alimenta la sensación de que no merecen sus éxitos.
- Aislamiento en el Lugar de Trabajo
- Poca conexión con colegas: La falta de redes de apoyo y comunidades inclusivas en el sector TIC puede hacer que las mujeres sientan que están navegando solas en un entorno hostil o indiferente.
- Microagresiones: Comentarios sutiles como “No esperaba que supieras eso” o “¿Quién te ayudó con esto?” refuerzan las dudas internas.
- Cultura Laboral Competitiva
- En la industria tecnológica, donde la innovación y la competencia son constantes, el estrés y la comparación pueden amplificar la sensación de incompetencia, especialmente para las mujeres que enfrentan barreras adicionales.
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El síndrome del impostor surge de una crisis de autoconfianza, contra la cual, una red de apoyo crea un espacio para compartir experiencias, resolver dudas y, lo más importante, reforzar la idea de que no estás sola. Es un círculo que fomenta la colaboración, el aprendizaje y la inspiración mutua.
EL IMPACTO TRANSFORMADOR DE LA MENTORÍA Y DE LA INCLUSIÓN
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La mentoría va más allá del consejo profesional: puede ser la persona que te ayuda a romper barreras, a creer en tu potencial y a navegar los retos de una carrera tecnológica. Según estudios y publicaciones recientes (como “El impacto de los programas de mentoring para mujeres líderes” o “Encuestas a mujeres directivas”), apuntan que las mujeres que cuentan con una mentorización tienen un 40% más de probabilidades de asumir roles de liderazgo.
Al fin y al cabo, una mentoría reúne un potencial de gran calado: transmisión de conocimiento, aprendizaje de la experiencia, historias inspiradoras, acceso a información y a redes de contacto.
Y es que a través de esta persona mentora, podemos incluso empezar a construir redes apoyo sólidas donde encontrar espacios de encuentro y fomentar alianzas inclusivas, porque…
El Futuro es TIC y es Inclusivo
Las redes de apoyo y la mentoría no solo benefician a las mujeres, sino también a la industria tecnológica en su conjunto. La diversidad impulsa la innovación, y cada paso hacia un sector más inclusivo nos acerca a un futuro donde todas las voces son escuchadas y valoradas.
Como sociedad avanzada y en constante evolución hacia la igualdad, tenemos el poder de construir un entorno en el que todos y todas vean en la tecnología un espacio equitativo para aprender, innovar y alcanzar sus sueños, fomentando un futuro más justo e inclusivo.