dos niños pequeños jugando con una muñeca

Jugar con muñecas, sin estereotipos ni género

20 de enero de 2022

La pasada Navidad fueron muchas las cartas recibidas por los Reyes Magos o Papá Noel, pidiendo una muñeca. Este juguete es uno de los más populares desde hace generaciones, y ha experimentado una constatable evolución. Las chicas cuentan ya con la posibilidad de pedir una muñeca astronauta o investigadora. Sin embargo, la controversia se mantiene, entre los que avalan su utilidad para el desarrollo social en la niñez  o alentar a las niñas a elegir carreras STEM, y las voces que demandan juguetes sin etiquetas de género.

En España triunfan las muñecas. Son y han sido los juguetes estrella generación tras generación.  Las ventas de juguetes han subido un 23% en las ocho primeras semanas de la campaña de Navidad respecto al mismo periodo del año pasado, con crecimientos en todas las categorías de productos, según la empresa de investigación de mercados The NPD GroupEntre los juguetes más vendidos durante el pasado mes de noviembre se colaron cinco muñecas (Bellies, Cry Babies, Rainbow High y Nancy).

Desde la clásica Mariquita Pérez, a la novedosa Barbie astronauta, bióloga o piloto, ha habido una clara evolución. Sin embargo, y a pesar de estos avances, sigue cuestionándose su contribución al desarrollo infantil.

Muñecas, blanco de críticas

Durante muchos años las muñecas han sido objeto de sesgo de género, y se las ha asociado a un juguete preferentemente para niñas y a profesiones tradicionalmente con mayoría femenina como profesoras, amas de casa, enfermeras etc. Pero esta tendencia ha experimentado un cambio.

Como anécdota, citar la simbólica huelga de juguetes promocionada por el ministro Alberto Garzón en plena campaña de Navidad, alertando contra «comportamientos sexistas«. Su demanda, que niños y niñas puedan jugar «libremente» con juguetes sin «estereotipos de género» y que, sobre todo, puedan «divertirse con total libertad y puedan así desplegar todas sus potencialidades en las edades adultas».

En este sentido también recientemente se presentaron los resultados del estudio “Publicidad y campañas navideñas de juguetes: ¿promoción de ruptura de estereotipos y roles de género?”. Un documento que analiza el marketing que rodea a los juguetes desde una perspectiva de género.  Y según el cual el 38,5 % de anuncios de juguetes muestran a las niñas arquetipos femeninos de belleza o de cuidadora y madre/esposa. En este sentido la ministra Irene Montero propuso a los fabricantes la venta de juguetes neutros y denunció “la opresión del color rosa sobre las niñas”.

Ventajas de jugar con muñecas

Por otra parte, recientes investigaciones destacan la capacidad de las muñecas de permitir  que los niños y las niñas desarrollen habilidades sociales determinantes para su futuro éxito emocional, académico y social. Es decir, que jugar con muñecas no solo no tiene género, sino que además impulsa el desarrollo infantil como seres sociales.

El estudio liderado por la psicóloga Sarah Gerson, de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), y publicado en ‘Frontiers in Neuroscience’, observó con técnicas de neuroimagen que, al jugar con muñecas, se crea un mundo social propio y se interactúa con él desarrollando valores vinculados con la empatía, la generosidad, la solidaridad, la responsabilidad, la capacidad de resolver conflictos y el aprendizaje de liderazgo.

Un impacto que se aprecia por igual en niños que en niñas, y por lo cual según los autores, los padres y las madres no deberían infravalorar el juego con muñecas con respecto a otras opciones, como los puzzles o las manualidades. «Las muñecas animan a los niños  y niñas a crear sus propios mundos imaginarios, incluso cuando juegan individualmente, al contrario que los juegos de resolver problemas o de construcción», explicó Gerson.

Muñecas inspiradoras sobre referentes reales

Los resultados de citada investigación inspiraron la campaña “Una muñeca puede ayudar a cambiar el mundo” de Mattel Barbie and Dolls, que forma parte de la campaña “Tú puedes ser lo que quieras”. Un caso concreto y excepcional, de la muñeca Barbie y su proyecto “Dream Gap”, en la que nos centraremos en nuestra próxima publicación.

Lo cierto es que el sector de los juguetes comienza poco a poco a sumarse a la lucha contra la estereotipos, y manifiestan su sensibilidad por la igualdad con líneas de muñecas más diversas e inclusivas, en nuevos roles de liderazgo y dirección, y con mujeres reales como modelos. Así como buscando la identificación desde edades tempranas en variedad de profesiones tradicionalmente masculinas, entre ellas las relacionadas con la ciencia y la tecnología.

Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para que no haya debate entre el azul y el rosa, entre los juguetes para chicos y los juguetes para chicas. Y que se valoren solo por su capacidad de desarrollar la imaginación y la creatividad a través del juego, contribuir a su aprendizaje y potenciar sus habilidades para el futuro. En definitiva conseguir jugar con muñecas inspiradoras, más allá de estereotipos y género.