Fomentar el liderazgo femenino en las oganizaciones y empresas a través de la sensibilización de la alta dirección sobre el valor positivo de la diversidad, aprovechando las redes de profesionales (mentorización, networking...) y favoreciendo la autoconfianza y el empoderamiento de las mujeres del sector tecnológico.
Los datos publicados por la Comisión Europea en el “Women active in the ICT sector” en 2013, anunciaban que únicamente el 19,2 % de profesionales del sector TIC tenían una responsable mujer, frente al 45,2 % de trabajadores en otros sectores, y que sólo el 16% de los asientos de los Consejos de Administración de las grandes empresas europeas estaban ocupados por mujeres. En marzo de 2018, en el “Women in Digital Study”, la CE sigue publicando datos poco alentadores. Si las mujeres representan un 35% de los directivos elegidos recientemente en las 600 empresas del STOXX, la mayoría son miembros independientes y no ejecutivos. La duración media de sus servicios alcanzan por otra parte, un poco menos de 4 años, es decir la mitad en comparación con los hombres. Estos datos vienen a confirmar, por un lado la persistencia de un “techo de cristal” (barreras socio-culturales) que limita el ascenso de las mujeres en el sector, y por otro lado “un techo de cemento” (frenos autoimpuestos –falta de confianza-), como apunta el informe “Mujeres inSync” presentado en Madrid en 2016. En cambio, el mismo informe revela que el liderazgo femenino evoluciona más rápido en el ámbito de la telecomunicación, con un 27% de mujeres en los Consejos de Administración, es decir un aumento del 46% desde 2011.