Mentoras: impulso del talento y liderazgo femenino
¿Qué es el mentoring? Según la Real Academia Española de la Lengua, una persona mentora es: “consejero, guía, maestro o padrino”. Pero, ¿qué significa mentoring en el mundo profesional? Aquí, nos referimos entonces al acompañamiento profesional en el que se facilita la transmisión de conocimiento, a través del aprendizaje con una persona mentora, que aconseja y guía a otra con el objetivo de potenciar sus capacidades y habilidades profesionales.
En este sentido, en el sector TIC existe un reto, ante el bajo número de mujeres mentoras y modelos de referencia que orienten e inspiren a otras mujeres, significando ello, barreras de género que limitan el progreso y ascenso del talento femenino en el sector. La sociedad necesita pues de mujeres mentoras que ayuden a ascender en la pirámide, como factor de progreso esencial para la transformación digital.
Iniciativas de progreso
Debido a esta ausencia de referentes, a la mayoría de mujeres les es complicado identificarse con conceptos como emprendimiento y liderazgo, así como tener vocaciones STEM o considerar las profesiones TIC y sus oportunidades laborales. La escasa presencia de mujeres en los puestos directivos y de toma de decisión es solo la punta del iceberg de un gran desafío.
Para revertir esta situación, la prioridad se encuentra en impulsar proyectos, iniciativas y eventos, que contribuyan a atraer, educar y capacitar por parte de entidades y asociaciones, con el objetivo de fomentar y visibilizar el empoderamiento femenino en el mundo del emprendimiento. Según el informe, Mujeres e Innovación 2022 publicado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, el cual indica:
El 75% de las empresas han adoptado medidas de promoción profesional de las mujeres tras la obtención del DIE (Distintivo Igualdad en la Empresa), 2020
Esto quiere decir que hay un porcentaje alto de entidades que están actuando con medidas, como los programas de mentoría profesional para mujeres, gracias al distintivo “Igualdad en la Empresa”, que es una marca de excelencia que otorga el Ministerio de Igualdad a empresas y otras entidades que destaquen en el desarrollo de políticas de Igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito laboral.
Por ello, el mentoring supone una relación con beneficios para ambas partes, mentora y mentorizada, al más puro estilo cadena de favores. El asesoramiento ayuda acompaña e inspira, aportando a las personas mentorizadas, un entorno de desarrollo de negocio en el que beneficiarse del conocimiento que sus mentoras poseen en cada campo respectivo, y en muchas ocasiones, de su red de contactos. En el sentido inverso, las personas mentoras pueden aprovechar la oportunidad para adquirir más experiencia, así como crecer más profesionalmente y desarrollan un sentimiento de solidaridad y sonoridad.
Cómo acceder a un programa de mentoring
En primer lugar, no importa si eres estudiante, estás finalizando los estudios, o si te dedicas a un sector y quieres ampliar los conocimientos del mismo aplicados a otros. La pregunta es, ¿qué habilidades deseas desarrollar? Hay que tener claro el objetivo que quieres conseguir para sacar el máximo partido a la mentoría.
Otro aspecto a tener en cuenta, es la escucha activa, un factor muy importante para poder captar toda la información, y aprender del acompañamiento que te va a ofrecer la persona mentora en el trascurso del programa.
También, es interesante buscar el perfil de las personas mentoras que más se asemejan al entorno que te importa. Así, para quien realice la mentoría, será más fácil transmitir sus comentarios, sugerencias y aportaciones.
Y, por último, para poder recibir la mentoría, puedes acceder a entidades, mediante páginas web o Redes Sociales, que estén llevando a cabo proyectos de mentoring en el que te ofrezcan la información sobre sus programas.
Y es que, cada vez son más las entidades que utilizan estos programas para acelerar nuevos liderazgos femeninos y que las mujeres descubran que pueden llegar a ser lo que ellas quieran, a través de los ojos de referentes. Y así, pronto sea posible derribar ese “techo de cristal”, y esas barreras invisibles que continúan impidiendo que muchas mujeres lleguen a esos puestos de dirección para los que, sin duda, están capacitadas.