Referentes

Entrevista con Esther González

“El género no es una competencia a tener en cuenta. Ser profesional no está reñido con ser hombre o mujer”. Así nos lo cuenta Esther González, referente que marcó un hito de liderazgo femenino en la historia de la planta química en la que trabaja.  Para las jóvenes reivindica libertad para elegir aquello sobre lo que tengan una verdadera inquietud, les recomienda no ponerse límites, y apuesta por la diversidad e inclusión como fuente de valor y riqueza en una sociedad cada vez más digital.

Personal

Un hobby.

Viajar. Cambiar de escenario siempre que puedo, porque aprendes de experiencias, conoces otras culturas… Me gusta poco la rutina. Recomiendo viajar al extranjero. A mí me ayudó mucho en mi proceso de maduración.

Un lugar.

San Cristóbal de La Laguna.

Un libro.

“Neurociencia del cuerpo” de Nazaret Castellano.

Una película.

“Figuras ocultas” una historia de tres científicas en los años sesenta. Me sorprendió la naturalidad total con la que trabajaban, aprendiendo de manera autodidacta, teniendo en cuenta que eran afroamericanas y el ambiente laboral en el que se encontraban.

Un personaje.

Marie Curie, por lo que hacía y por todo lo que consiguió en su época. No le dio peso alguno al género. Me recuerda a Brave (Indomable), la protagonista Mérida, que se disfraza, y dice que quiere decidir sobre su persona. La frescura, la melena, luchar por lo que quiere…, ¡me encanta!

Una app.

Tengo muchas, pero destaco Shazam y Headspace para meditar; tiene apartados para el día a día y píldoras, invita a la práctica del mindfulness.

Una palabra que te defina.

Cercanía o naturalidad; me lo han dicho muchas veces.

Entrevista

Háblanos de tu experiencia profesional desde tus inicios.

Estudié Física en la Universidad de `La Laguna´ en Santa Cruz de Tenerife, de donde soy. No lo tenía tan claro como otros compañeros, pero sí sabía que quería hacer algo de ciencias. Me atraía el saber por qué suceden las cosas, qué ocurre en el centro de la Tierra y en el cielo…; además podía estudiarla en la ciudad donde vivía. Una vez que terminé solicité una beca Leonardo Da Vinci para trabajar en una empresa de la Unión Europea y me fui 6 meses a Irlanda para trabajar en una empresa de energías renovables y biocombustibles. Allí conocí al director de mi tesis en ingeniería mecánica, y me quedé tres años. Cuando acabé el doctorado, de nuevo me planteé ¿y ahora qué?

Seguí en el área de biocarburantes de la empresa Abener, filial de Abengoa, en un proyecto para EE. UU. Con la que trabajé en distintos proyectos en varios puntos de la geografía española.  Esta situación me impedía conciliar, y siempre he creído que para ser eficiente debes equilibrar. Se suele decir “hace muy bien su trabajo y es muy feliz”, pero creo que ocurre, al contrario: “es muy feliz y por eso hace bien su trabajo”.

A través de uno de mis hermanos tuve información de vacantes en la refinería de Tenerife de Cepsa, donde trabajé entre 2003 y 2014, año en el que la compañía solicitó colaboración para la puesta en marcha de la recién construida planta química de Shanghái en China. Me presenté voluntaria para 2 meses, pero la realidad es que estuve año y medio aproximadamente. Gracias a esta experiencia me ofrecieron la posibilidad de venir a la planta química de Palos donde, tras pasar por la jefatura de planta, y responsable de operaciones, ocupo actualmente el puesto de dirección de la fábrica.

En mis inicios en Cepsa, fui la primera mujer en un puesto de responsabilidad en operaciones en los 80 años de la historia de la refinería, y todo el mundo se sorprendió por mi edad y por el hecho de ser mujer. Al principio me sentía observada, pero no prestando atención a lo que no aporta valor se van superando los obstáculos.

¿Cumplió tus expectativas la carrera? ¿Ha sido útil para el desarrollo de tu carrera profesional?

Me gustaba la geología y la astronomía, y el Instituto Astrofísico de Canarias es un referente mundial; me decidí por Física pensando que ya vería si optar por una u otra especialidad, geofísica o astrofísica.

Fui decidiendo según iba avanzando. Las expectativas te van cambiando a lo largo de la carrera y del desarrollo profesional. Aparecen oportunidades que ni se te pasan por la cabeza.

La base de cómo buscar recursos para solucionar problemas es una de las principales competencias que me dio la carrera.

¿Cómo recuerdas esa etapa?

Éramos pocas mujeres; no más de 10 de 100 en primer curso. En segundo, muchos abandonaron la carrera. Ahora hay muchas más chicas que antes. Un dato curioso de las carreras científicas o tecnológicas es que se asociaba a que no te podías arreglar; si te ponías tacón o pintabas las uñas, estudiabas “letras”. Ahora todo es un poco diferente.

¿Puede hablarnos de alguna persona que te ayudara como mentora a desarrollarse profesionalmente? ¿Has tenido referentes que te inspiraran o guiaran?

He tenido mentores en la época laboral, pero no en la carrera, aunque tuve buenos compañeros, de los que aprendí mucho. En CEPSA sí he tenido algún referente, aunque no fuera mentor como tal, porque me aportaba su gran experiencia. También hubo quien “me enseñó a aprender”, para ser ágil, eficiente y retener el conocimiento. Y me ayudó a aterrizar las cosas y darle la importancia a lo que realmente la tiene.

En ambos casos han sido compañeros de trabajo. En el segundo caso sí fue un mentor establecido dentro de un proyecto de mentoring de género en Cepsa. Y estuvo muy bien porque no hizo hincapié en el género, sino en las herramientas necesarias para el liderazgo.

¿Cuál era tu visión de la tecnología cuando eras apenas una estudiante y cuál es tu visión actual?

En esa época no teníamos móvil y teníamos ordenador compartido para hacer prácticas en la universidad porque tenía asignaturas de programación y electrónica. Era un privilegio económica e intelectualmente si tenías un ordenador propio. Había muy poca tecnología.

Cuando me compré el primer móvil en el que me obligaron a contratar internet, me resistí, pero cuando lo descubrí ya no lo quise soltar.

Yo le digo a la gente joven, que, durante la carrera, para leer un libro científico tenía que ir a la biblioteca, y durante el doctorado, tardaba semanas en recibir un artículo científico que solicitaba.

Hoy no concibo nuestro día a día sin tecnología. Nuestra planta química está muy digitalizada. Hemos implantado un nuevo proyecto de digitalización para determinadas tareas.

Tener la información aquí y ahora en el momento me parece fantástico, pero no debemos perder nuestra esencia ni dar por sentado que la tecnología va a hacerlo todo por ti; eso lleva por caminos erróneos. Por no tener la información en cualquier lugar, en ese instante, no se acaba el mundo. Hay que buscar cómo afrontarlo en el caso que te falle la tecnología.

¿Crees que es importante para la juventud adquirir competencias técnicas independientemente de la rama profesional que elijan?

Yo creo que es fundamental, en tus estudios y futura vida laboral y en tu día a día también. Se necesitan un mínimo de competencias, sin tener que ser un “crack”. Además, en las carreras se debería hacer un pequeño guiño a la tecnología y a las personas: a cómo gestionar un equipo “digitalizado”.

¿Animarías a las jóvenes andaluzas a adquirir una formación técnica y por qué?

Yo las animaría a estudiar lo que quieran estudiar. Que luchen por ello; las carreras científicas y técnicas te abren muchas puertas al conocimiento, por esa curiosidad de aprender continuamente el por qué suceden las cosas, cómo se hace, cómo se utiliza…Creo que por mi perfil personal me ha aportado mucho valor una carrera científica. Si tienes esa inquietud por cómo funcionan las cosas, la ciencia te lo da porque está presente en todo.

No puede ser un obstáculo el “yo no puedo”; a veces, somos nosotras mismas nos convertimos en el obstáculo, no basado en ningún hecho real o argumento, y nos impide dar un paso adelante en lo que queramos hacer. También es posible que empieces una carrera de ciencias y descubras que no te gusta. Tiene que haber flexibilidad, no podemos ser rígidos, porque surgen oportunidades mejores de las que ni siquiera te imaginas y con la rigidez las puedes dejar pasar.

Las cosas se consiguen con esfuerzo e intentando superar lo que consideras tus propios límites; el compararte constantemente es un obstáculo, porque siempre hay gente que lo hace mejor o peor que tú. En la vida laboral tampoco se entra con todo el conocimiento; siempre hay una curva de aprendizaje por la que debes pasar.

¿Cres que se conocen suficiente estas profesiones y las oportunidades que brinda el sector?

Por parte de la industria y las empresas debe ser una obligación informar y difundir qué es lo que hacemos, cómo lo hacemos y qué aplicación tiene. Tenemos productos de nombre raro, pero que son ingredientes de productos de nuestro día a día. Explicarlo de manera que la gente lo entienda es importante. Es nuestra obligación porque la gente a veces no sabe a qué nos dedicamos y por eso hay cierto rechazo.

Fomentamos mucho la formación dual y las prácticas en los centros, a través de diferentes programas. Hay información sobre el acceso al empleo, pero no hay orientación profesional; te gusta algo, pero no sabes qué carrera tienes que estudiar. No recuerdo que en el instituto fuera un profesional para orientarnos, y es fundamental en etapas preuniversitarias o de acceso a la formación profesional; en esto, hay un largo recorrido que hacer.

¿Crees que es importante mostrar el impacto social y la importancia de estas profesiones para el avance de la sociedad?

Hay que enseñarles las posibilidades que tienen, y sus aplicaciones. Ahora hay un montón de carreras nuevas más específicas y especializadas.

Es importante conocer el valor y la aportación de cada carrera, ponerlo todo en la balanza, no pensar que te van a ver mejor por ser ingeniero. Te ayuda a descartar, y a elegir en función de tus preferencias y autoconocimiento. Más información te da más opciones. También es importante el apoyo de la familia. Hay que luchar por aquello que se quiere y conocer los recursos y herramientas que te ayuden a conseguirlo.

¿Cuál crees que es la imagen social que se tiene de las mujeres profesionales del sector TIC?

Las cosas han cambiado mucho, y a mejor, pero queda camino por recorrer. Una mujer no debe obsesionarse por creer que te van a tratar distinto por ser mujer. Aunque hay comentarios que debes frenar en seco y no son agradables. Todavía existen, incluso de mujeres, y hay que dar respuestas. Es importante identificar las líneas rojas.

En el día a día y demostrando tu valor, todo va cambiando. Muchos hombres van abriendo puertas a las más jóvenes, pero quedan aún estereotipos de género, generacionales, de orientación sexual…

En Cepsa Positive Motion, consideramos que la `diversidad´ es un factor fundamental para el éxito. Existen programas y medidas empresariales que van en esta línea. Llegará el momento en que se valor a todos los profesionales, del cualquier sector, solo por su actitud,competencias y conocimiento.

¿Qué les dirías a los responsables de las empresas del sector para que impulsaran acciones para romper esa brecha de género?

El profesional no se puede medir por el género, sino por su esfuerzo y sus competencias, pero para progresar en este camino la empresa tiene que apostar por ello. También hay que dejar decidir a las personas sobre su futuro profesional, sin sesgos inconscientes a veces, y no presuponer que una mujer por estar en edad de ser madre no pueda o quiera asumir un ascenso. Evidentemente, se le debe facilitar a las mujeres poder elegir, a través de medidas de conciliación y mayor flexibilidad.

Una clara apuesta por la diversidad de género en la empresa contribuirá a que todo el colectivo actúe de la misma manera, fomentando esa igualdad y liderazgo femenino. Lo importante es qué y porqué lo quiero, ya veremos el cómo.

¿Por tu experiencia, piensas qué estamos avanzando para conseguir la igualdad de género real y efectiva en el sector TIC?

Yo creo que sí están cambiando las cosas, aunque debe mejorar el ritmo de avance. En Cepsa tenemos objetivos en este sentido: alcanzar el 30% de mujeres que ocupen puestos de liderazgo en 2025. Todas las empresas deben marcarse objetivos y hacerlo no solo por obligación; se deben ir fomentando e implantando medidas que ayuden a todos a llegar.

En la diversidad está la riqueza. La diversidad y la inclusión son fundamentales para una gran empresa, que no es lo mismo que una empresa grande, pero nos queda camino por recorrer y es importante lo conseguido y el ejemplo que como mujeres vayamos dejando. Así las nuevas generaciones no encontrarán esos obstáculos, aunque encuentren otros. A modo de ejemplo, en la fábrica se han trabajado medidas relacionadas con vestuarios y uniformes de y para mujeres, las tallas de los guantes… Aún nos queda camino que recorrer.

¿Por qué es importante que las mujeres forman parte del diseño y desarrollo científico y tecnológico?

Es importantísimo que la mujer participe en el diseño de la tecnología, porque la diversidad da la riqueza y en un equipo de trabajo en el que no haya hombres y mujeres, la aportación de valor es menor, porque hay menos ideas y puntos de vista. Hay datos científicos que se basan en que las mujeres tenemos más competencias de empatía, de escucha… Pero este valor no es pleno si no es libre, si está lleno de estereotipos, prejuicios…tenemos mucho que aportar.

¿Qué les dirías a la juventud que se plantea elegir una carrera?

Lo primero de todo que se sientan libres de elegir aquello que quieren. Se someten a una gran presión psicológica si no saben bien lo que quieren y no tienen libertad. Y es importante hablar con padres, familia, amigos. Buscar referentes. Es fundamental preguntar y preguntarse. Si miran profundamente en su interior verán cosas que les gustan y no les gustan, y eso te da la oportunidad.

“Me gusta esto, pero no sé en qué carrera se estudiar”. No es el fin del mundo, no todas las personas tienen una vocación clara. Hay que trabajar duro y ser constantes para conseguir aquello que se quiere, no compararte ni llegar donde otros, porque te quita más valor del que te aporta.

Y manifestar la duda. Ser explícitos con las cosas, hablar con el profesorado y profesionales de empresas y ver cómo pueden orientarles.