Referentes

Entrevista con Laura González

Esta Ingeniera apasionada por la innovación, la mejora continua y la transformación, con más de 10 años de experiencia en distintos sectores, combina su expertise en Operaciones y Estrategia con su  compromiso por impulsar vocaciones STEM y el liderazgo femenino en tecnología, desarrollando programas educativos que inspiran a nuevas generaciones a descubrir la ciencia y la tecnología con un enfoque de impacto real. Su reto: transformar el futuro, crear oportunidades y ayudar a nuevas generaciones a descubrir su potencial en la ciencia y la tecnología.

Personal

Un hobby.

Disfrutar de mi familia y amigos, jugar al baloncesto, la música y los conciertos, salir a la montaña y viajar buscando "estar”, conociendo otros paisajes y culturas.

Un lugar.

Aquellos desde los que se pueden disfrutar observando un atardecer, con el cielo con esa gama de colores que me deja eclipsada, ya sea en la montaña o viendo el mar desde nuestra furgo.

Un libro.

“Pelea como una chica”, de Sandra Sabates.

Una película.

Interestelar.

Un personaje.

Frida Kahlo.

Una app.

Diría que WhatsApp, pero la verdad es que soy también muy de Calendar (Google Calendar y Outlook Calendar),

Una palabra que te defina.

Optimista

Entrevista

Comencemos remontándonos un poco hacia atrás, ¿Cuál era tu visión de la tecnología cuando eras apenas una estudiante y cuál es tu visión actual?

En mi etapa de estudiante de ingeniería, la tecnología ya me fascinaba. Era genial descubrir y aprender a manejar esos programas con los que podíamos simular procesos, calcular y diseñar plantas industriales con todos sus equipos de una manera más ágil y, sobre todo, pudiendo aprender de la influencia de los parámetros y variables en cada parte del proceso. Después de comprender la teoría y resolver problemas para hacer todos esos cálculos a mano, cuando llegaron las asignaturas que nos introducían más a la tecnología, para mí se abrió un nuevo mundo de posibilidades que me encantó.

Mi visión actual es que, parafraseando a Magda Teruel, “¡la tecnología nos da superpoderes!”. Por supuesto que hay una labor fundamental de formación, pedagogía y uso responsable; pero creo firmemente que la tecnología está al servicio de las personas, de los procesos, y que nos debe ayudar a mejorar nuestro día a día.

Creo que está en un punto súper interesante en cuanto al propio desarrollo tecnológico, pues me parece brutal toda la labor que se está haciendo con relación a la “democratización” de la tecnología.

Como responsable de Programas STEM en una Fundación que trabaja para el fomento de estas vocaciones, ¿Crees que es importante para la juventud adquirir competencias técnicas y conocer intrínsecamente la tecnología, independientemente de la rama profesional que se elija?

Totalmente. Me parece algo fundamental y es algo que tratamos de hacer llegar y difundir con todo el alumnado que participa en nuestros programas. Por supuesto que si optas por titulaciones de rama STEM no solamente serás una persona usuaria de la tecnología, sino que es muy posible que formes parte de la creación de ciertas tecnologías. Ahora bien, independientemente que como alumnado optes por la rama STEM o no, tener competencias digitales es un “must”. Personalmente, haciendo un símil, lo veo como si fuese un conjunto de idiomas y herramientas clave que toda la juventud debe interiorizar para convertirse en profesionales 360º.

Tecnología y estrategia… ¿es el pensamiento digital la clave para entender la importancia de la tecnología para el resto de sectores y para la sociedad? ¿qué significa este concepto y cómo afecta a la definición de estrategias que contribuyan a una buena transformación digital?

Personalmente considero que sí, el pensamiento digital es una pieza clave para comprender no solo el papel de la tecnología en los distintos sectores, sino también su potencial transformador para la sociedad en su conjunto. No se trata únicamente de incorporar herramientas digitales, sino de cambiar la manera en que pensamos, planificamos y resolvemos problemas. Pensar en digital implica tener una mentalidad abierta a la innovación, a los datos, a la automatización, pero también — y creo que esto es clave — al impacto humano y social de esas decisiones.

Este enfoque hace que la tecnología no sea un fin en sí mismo, sino un medio para construir soluciones más eficientes, inclusivas y sostenibles. En la definición de estrategias de transformación digital, el pensamiento digital ayuda a alinear la tecnología con los objetivos reales de una organización o de una comunidad: ya sea mejorar la experiencia de las personas usuarias, aumentar la productividad, o —como en nuestro caso— impulsar vocaciones STEM y reducir brechas sociales o de género.

Así que, para mí el pensamiento digital no es solo entender la tecnología, sino entender cómo integrarla estratégicamente para transformar procesos, modelos de negocio, sistemas educativos o servicios públicos, desde una visión ética, ágil y centrada en las personas.

¿Cómo ves el papel de las mujeres en el sector TIC? ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que se enfrentan las mujeres en el desarrollo de su carrera en el sector? ¿Alguna anécdota al respecto? ¿Algún consejo para esas mujeres que temen o que se están encontrando con estas barreras?

Como ingeniera de procesos durante casi diez años, he vivido en primera persona lo que significa ser mujer en un entorno técnico donde, muchas veces, era minoría o la única. Hoy, desde mi rol como responsable de programas STEM en Fundación ASTI, trabajo precisamente para cambiar esa realidad, con programas educativos dirigidos a diferentes etapas, tanto para niñas como niños; y con un foco especial también generando oportunidades y acompañamiento para que más chicas se vean, se crean y se proyecten dentro del sector tecnológico y STEM en general.

Las barreras siguen existiendo: la falta de referentes, los estereotipos desde la infancia, la autoexigencia.

Un recuerdo que puedo compartir además muy reciente es de una alumna que, tras ganar en una de las semifinales del ASTI Robotics Challenge nos decía: “De verdad que no pensé que esto fuera para mí, pero es que he descubierto que me encanta, ¡y se me da bien!”. Esa frase refleja muy bien lo que ocurre: no es solo cuestión de talento, es cuestión de confianza, visibilidad y acompañamiento.

Mi consejo para las chicas que hoy están empezando es que no duden de su lugar en este sector. Que busquen apoyo, que se rodeen de referentes y de mentoras, y que no tengan miedo a equivocarse. Desde programas como STEM Talent Girl vemos que cuando una chica se siente acompañada y encuentra inspiración real, da pasos con seguridad. La tecnología necesita talento diverso, y las mujeres tenemos mucho que aportar; así que, como sociedad, no nos podemos permitir desaprovechar el talento del 50% de la población.

¿Puedes hablarnos de alguna persona, hombre o mujer, que te ayudara a desarrollarte profesionalmente o que significara un apoyo esencial para ti? ¿Has tenido algún referente femenino que te inspirara o guiara?

Mi hermana, ingeniera informática, superreferente para mí ya que siempre he ido detrás como buena hermana pequeña. Mi madre y mi padre, apoyo esencial que me trasladaban siempre esa confianza que a mí me faltaba con tanta autoexigencia. Labor que continúa empujando también mi pareja.

Y en lo profesional, me siento súper afortunada de haber podido tener personas clave que me han ayudado a desarrollarme y que han sido y son un apoyo esencial para mí. Creo que ellas saben quiénes son; confiaron en una joven ingeniera de mente inquieta con ganas de más mientras estudiaba un máster a la vez que trabajaba; me acogieron en su equipo dedicándome su tiempo y compartiendo su know-how y expertise con generosidad; y durante unos años tuve la suerte de aprender, formar equipo y trabajar con los que antes fueron mis maestros/as y que se convirtieron en mentores/as. ¡No podía haber tenido más suerte y estar mejor rodeada! Les estoy súper agradecida.

Y la cosa continua; pues como referente femenino, la fortuna me sigue acompañando, teniendo cerca a nuestra presidenta dentro de la Fundación ASTI – Verónica Pascual – ejemplo y definición perfecta de inspiración, pasión, esfuerzo y guía.

Además de varias mentoras, algunas compañeras durante unos años, con las que al final vas construyendo relaciones muy bonitas. Haciendo este repaso, me doy cuenta de la suerte que tengo de poder contar con todas ellas.

¿Cuál crees que es la imagen social que se tiene de las mujeres profesionales del sector TIC? ¿Crees que existe un estereotipo asociado con las profesiones? ¿Y con las mujeres que se dedican a estas profesiones? ¿Alguna anécdota personal sobre esto?

Todavía existe un estereotipo marcado sobre las mujeres en el sector tecnológico. Socialmente, se sigue asociando la tecnología con perfiles muy técnicos, masculinos y poco conectados con lo humano, lo que invisibiliza a muchas profesionales que trabajan en este campo desde la innovación, la gestión o el impacto social. Y también persiste la idea de que una mujer en tecnología “es una excepción”, cuando en realidad hay muchísimas, aunque no siempre tengan visibilidad.

Hoy, desde Fundación ASTI, vemos que muchas chicas no se atreven a imaginarse en estas profesiones porque no encajan con la imagen que se les ha transmitido o porque ni siquiera conocer la realidad de estas profesiones; todo lo que se puede aportar desde una carreta STEM.

Por eso, uno de nuestros focos es romper con esos estereotipos mostrando referentes reales, diversas, accesibles y cercanas. Porque no se trata solo de enseñarles que pueden, sino de que ya hay mujeres que lo están haciendo, desde muchos ángulos distintos: desde la ciberseguridad hasta la inteligencia artificial aplicada a la salud o la sostenibilidad.

¿Por tu experiencia, piensas qué estamos avanzando para conseguir la igualdad de género real y efectiva en el sector TIC?

Sí, estamos avanzando, pero todavía queda mucho camino por recorrer. En los últimos años he visto una mayor conciencia en empresas, instituciones y también en la sociedad sobre la necesidad de incorporar a más mujeres en el sector tecnológico y STEM en general. Hay más iniciativas y referentes visibles. Pero la realidad es que el cambio social que todavía hace falta es grande. Esta situación no es un problema de mujeres que deba ser resuelto por mujeres exclusivamente. Se necesita de un reconocimiento y apropiación de este problema por parte de la sociedad, para que cada cual, desde nuestra área de influencia o ejecución, pasemos a la acción siendo parte de la solución.

Desde mi experiencia como ingeniera y ahora como responsable de programas STEM, veo dentro de nuestro programa STEM Talent Girl el impacto que tiene acompañar a una chica desde la ESO hasta la universidad: cuando se siente segura, conectada con otras, y ve un propósito claro en lo que estudia, no solo se queda, sino que lidera.

¿Qué les dirías a las personas dirigentes del estado y a las responsables de las empresas delsector, para que impulsaran acciones de impulso de igualdad de oportunidades? ¿Es necesaria una alianza público-privada?

A las personas que hoy tienen capacidad de decisión en el ámbito público o empresarial les diría que apostar por la igualdad de oportunidades en el sector tecnológico es una decisión estratégica. No podemos permitirnos perder talento por razones de género, especialmente en un contexto donde la demanda de perfiles tecnológicos crece cada día.

Para avanzar de verdad, necesitamos una visión compartida y sostenida en el tiempo. Las políticas públicas son esenciales para generar marco y acceso equitativo a la formación, pero el sector privado tiene un papel decisivo en cómo se trasladan esos compromisos al día a día: en los procesos de selección, en los entornos laborales o en los planes de carrera, por ejemplo.

Por eso, sí. Desde mi experiencia actual en Fundación ASTI veo como la alianza público-privada es no solo necesaria, sino urgente. Solo colaborando —desde la educación, la empresa, las instituciones y las propias familias — podremos construir un ecosistema donde todas las niñas y mujeres que quieran formar parte de este sector encuentren su sitio, su voz y su oportunidad.

La formación y coeducación de los niños y de las niña son, sin duda pilares fundamentales para el futuro de nuestra sociedad y economía, siendo imprescindible el fomento de las vocaciones STEM desde edades tempranas y desde una perspectiva de igualdad. Y en este sentido, contar con referentes, como tú, que aporten dosis de realidad, cercanía, identificación e inspiración es fundamental. ¿falta actualizar los planes de educación en cuanto a asignaturas y orientación profesional, para dar a conocer el nuevo abanico de profesiones científico tecnológicas y las oportunidades que brindan? ¿Crees que se conocen las múltiples opciones y oportunidades, así como nuevas profesiones relacionadas con las TIC y las STEM? ¿Qué le dirías a la juventud que está decidiendo “qué va a ser de mayor”?

Sí, creo que nuestros planes educativos necesitan una actualización urgente, tanto en contenidos como en orientación profesional. Las profesiones han cambiado radicalmente, y sin embargo seguimos guiando a la juventud como si el mercado laboral y las oportunidades STEM fueran las mismas que hace veinte años. Hoy hablamos de inteligencia artificial, ciberseguridad, bioinformática, robótica, analítica de datos, sostenibilidad aplicada a la tecnología… y sin embargo, muchas veces estos campos ni siquiera aparecen mencionados en el aula.

También hace falta conectar mejor la teoría con la práctica, incorporar más proyectos reales, referentes actuales, experiencias inspiradoras y mentoría profesional. Y hacerlo desde edades tempranas, con enfoque de igualdad, para que tanto niñas como niños se vean capaces y encuentren la moticación para explorar todo su potencial sin condicionantes culturales o de género.

Cuando una niña conoce a una mujer ingeniera, científica o programadora que le habla con cercanía, desde su propia experiencia, no solo entiende mejor qué es esa profesión: se da cuenta de que ella también puede llegar ahí. Eso cambia vidas y trayectorias.

Y a quienes están decidiendo “qué quieren ser de mayores” les diría que no hay una única respuesta, ni un único camino. Que escuchen su curiosidad, que exploren sin miedo, que se equivoquen y vuelvan a empezar. Pero, sobre todo, que sepan que el mundo necesita personas con talento y propósito. Y que, si ese propósito se encuentra en las STEM, pueden contribuir a cambiar el mundo desde la tecnología, la ciencia, la ingeniería o las matemáticas.

Hablemos de conciliación, una de las barreras de género demostrada durante años ¿qué pasos debemos dar para mejorar las condiciones de conciliación en igualdad? ¿cuenta el sector TIC y estas profesiones con ventajas al respecto?

La conciliación sigue siendo una barrera de género clara. Aunque el sector tecnológico ofrece herramientas como la flexibilidad o el teletrabajo, creo que aún queda mucho por hacer para que conciliar no suponga un freno en la carrera profesional, especialmente para las mujeres.

Necesitamos políticas públicas más corresponsables, compromiso real desde las empresas, y un cambio cultural que deje de medir la valía profesional por la disponibilidad absoluta. Conciliar no es rendir menos, es trabajar de forma más sostenible.

Quizás el sector tecnológico tenga la capacidad y la responsabilidad de liderar este cambio. Porque la innovación no solo debe estar en la tecnología, sino también en cómo se cuida a las personas que la hacen posible.

Nos paramos ahora en las consideraciones éticas, ¿Es el momento de humanizar la tecnología para evitar reproducir sesgos y discriminaciones? ¿qué papel juega la ética en toda la revolución de la digitalización, proceso en el que es tan importante el uso de sesgos para el avance económico y social? ¿es importante incidir en la necesidad de una innovación social? ¿cómo trabaja una agente del cambio para hacer “entendible” y “posible” la digitalización para el grueso de la sociedad?

Sin duda, es el momento de humanizar la tecnología. La digitalización avanza muy rápido, pero si no la construimos desde principios éticos claros, corremos el riesgo de reproducir —e incluso amplificar— los sesgos y desigualdades que ya existen en nuestra sociedad. La tecnología no es neutral: está diseñada por personas y, por tanto, refleja nuestras decisiones, nuestras prioridades y también nuestras limitaciones.

La ética debe estar en el centro de esta revolución digital, no como algo accesorio o simples palabras, sino como una brújula que nos ayude a avanzar en la dirección correcta. No podemos hablar de progreso si no va acompañado de justicia, equidad y responsabilidad. Y aquí la innovación social es clave: necesitamos soluciones tecnológicas que respondan a necesidades reales, que sean accesibles, y que no dejen a nadie fuera del cambio.

Por eso también me uní al movimiento “Women in AI” como “City Lead” en Valladolid, con el objetivo de promover una inteligencia artificial ética, diversa y con impacto social positivo. Ayudando a visibilizar talento femenino en IA, generar espacios de diálogo y formación, e impulsando proyectos donde la tecnología esté al servicio del bien común.

¿Qué importancia tiene un concepto como la sororidad en un sector como el tecnológico y las STEM?

La sororidad es fundamental en las STEM, precisamente porque hablamos de entornos donde históricamente las mujeres hemos sido minoría. Crear redes de apoyo, colaboración y referentes entre nosotras no es solo deseable, es necesario para avanzar y para que más mujeres puedan desarrollarse profesionalmente sin sentirse solas o fuera de lugar.

Como mentora, he comprobado que en una relación de mentoría se recibe incluso más de lo que se da. Ambas partes crecen, se enriquecen y se transforman. Por eso siempre animo a formar parte de redes y programas donde esa sororidad se convierte en una herramienta real de cambio.

Y por ese mismo motivo me uní también como “embajadora” a la asociación “STEM Women Congress”, para seguir impulsando esa red de mujeres que se apoyan, se visibilizan y generan referentes reales para las nuevas generaciones. Porque cuando nos acompañamos también abrimos camino para muchas más, y eso debemos ponerlo en valor.

¿Quieres aportar alguna idea o mensaje más? ¿te apetece lanzar algún mensaje?

Solo me gustaría agradecer de corazón la labor que hacéis desde WomANDigital. Espacios como este son esenciales para visibilizar el talento femenino, compartir referentes reales y seguir impulsando una transformación tecnológica más justa, diversa y humana. Os animo a seguir creando comunidad y generando impacto, porque el cambio se construye también desde la comunicación comprometida.

Y si puedo lanzar un mensaje, compartiría que esa cita que me trato de aplicar día a día que dice “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. Esa es mi forma de pensar y de hacer. Desde mi rol como profesional, como mentora y como persona, intento contribuir cada día, aunque sea con un gesto, una conversación o una idea, a construir ese cambio.