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Entrevista con Patricia Urbez
Personal
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Entrevista
Sigamos con tu trayectoria personal y profesional. ¿Qué carrera seguiste y en qué momento te has encontrado con la tecnología?
En mi caso ha sido un cúmulo de casualidades inducidas. Cuando estudiaba, la informática estaba naciendo y se presentaba como algo muy técnico. Soy de una ciudad mediana, Zaragoza, y de una clase media… justita. En este momento, lo que sabía de la tecnología era a través de lo que distintas empresas, como Seat, HP o consultoras como Accenture, etc., venían a contarnos en el instituto. En este marco la tecnología parecía una cosa rara que nadie entendía muy bien, aunque ya se sabía que el progreso iba por allí y que era lo que faltaba para dibujar el futuro.
Realmente, en este sentido, tuve claro desde el principio que quería hacer algo que tuviera que ver con la tecnología. No sabía muy bien ni qué ni cómo. Pero parece que no me equivoqué. Al final se ha revelado que la tecnología hoy es la llave que hace avanzar a la sociedad. Somos más productivos, la esperanza de vida se incrementa, somos más creativos, y nos ayuda a nivelar las desigualdades sociales. La tecnología sola no es nada. Es el uso que hacemos de ella lo que tiene valor.
Estudié ingeniería de telecomunicación en vez de informática, porque en mi ciudad no se enseñaba en este momento y no tenía la posibilidad de mudarme. Acabé el COU con matrícula de honor. Entonces me fui a la lista de las titulaciones para elegir la carrera en función del número clausus más alto. Pensaba que estaba relacionado con la cantidad de trabajo que podías encontrar luego en el mercado. Creía que a más alta estuviera la nota de corte, menos gente habría luego en este campo y mejor estaría pagada. En realidad, esta idea era una tontería. Pero la casualidad fue que el numero clausus más alto era en la carrera de ingeniería de telecomunicación.
Al final me salió muy bien. Estoy muy contenta de haber estudiado Teleco.
Por lo tanto entiendo que naturalmente animas a los y las jóvenes a adquirir una formación técnica relacionada con lo digital o las tecnologías…
Por supuesto, creo que ni se lo tienen que plantear. Para empezar, porque las carreras STEAM (Science, Technology, Engineering, Art y Mathematics) y no STEM (Science, Technology, Engineering, y Mathematics) incluyen campos muy abiertos como el arte, ya que sin ello la tecnología pierde sentido. Luego, porque el país necesita talentos digitales para seguir siendo competitivo en un mundo cada vez más global. Tenemos que generar, a través de la formación, nuestros propios talentos.
Todo tiene que ver con la tecnología. En mi opinión, alguien que quiere trabajar en lo social y piensa que no tiene nada que ver, se equivoca. Además los y las jóvenes lo llevan dentro, puesto que han nacido con la tecnología. Es una gran ventaja que nosotros no tuvimos. Para nosotros era algo muy raro, muy friki. Ahora es algo natural, aunque, por supuesto haga falta profesionalizar competencias específicas para desarrollarse en este ámbito.
Acercándonos al mundo laboral… ¿Según tu experiencia, cómo ves el papel de las mujeres en el sector TIC? ¿Cuáles son los principales obstáculos que encuentra una mujer para desarrollarse profesionalmente en el sector y cómo está evolucionando su papel en el ámbito digital?
El papel de la mujer en el sector TIC es imprescindible. Ni siquiera es un tema de género, es un tema de número. Faltan personas cualificadas en STEAM y las mujeres somos el 51% de la población española. El país no se puede permitir el lujo de prescindir del 51% de sus talentos.
Uno de los peores obstáculos que visualizo es el obstáculo psicológico. Existe el “techo de cristal digital”, pero también a veces nos lo creamos nosotras mismas. Cuando se nos ofrece un puesto de trabajo de responsabilidad, nos lo pensamos. Dudamos que seamos capaces de hacerlo y ni siquiera pedimos que se nos aumente el sueldo… A un hombre le propones un ascenso y lo primero que te pregunta es “¿cuánto más me vas a pagar?”. Tenemos que creer más en nuestras capacidades y formación. Tenemos que saber lo que queremos, no lo que creemos que los demás esperan de nosotras. Las decisiones las tomamos nosotras, no los demás.
Otro de los obstáculos que identifico tiene directamente que ver con la conciliación familiar y laboral de los hombres y de las mujeres. En nuestra cultura, todavía se considera que la mujer debe cuidar de las personas y ocuparse de las tareas domésticas, aunque ahora las tengamos más externalizadas. Eso es un tema que no podemos resolver nosotras mismas. Se tiene que encontrar soluciones entre empresas y administraciones. Hay que impulsar programas de conciliación en todas las compañías, sin importar el tamaño que tengan. Tenemos las herramientas y la tecnología que permitiría tanto a mujeres como a hombres no estar continuamente presente en su lugar de trabajo. De esta manera podríamos autogestionar nuestro tiempo. Además se debe completar el uso de la tecnología con una política de objetivos. Si tengo que cumplir objetivos, me puedo organizar y apañar desde cualquier lugar. El cómo consigo alcanzar mi meta no le importa a nadie, mientras tenga la capacidad de desempeñar un trabajo de calidad. Todavía son numerosas las personas que creen que mientras más presente estés en la oficina, mejor conseguirás tus objetivos. Necesitamos cambiar de perspectiva. Las tecnologías son clave, es cierto, pero realmente es el departamento de recursos humanos el que permite utilizarlas a través de los planes de igualdad y del diseño de equipos distribuidos. Tienen que ayudar a realizar campañas de concienciación. Sobre todo en las PYMES.
¿A parte de estas propuestas que acabas de hacer para mejorar la conciliación familiar y laboral, qué otras acciones ves que se podrían impulsar desde las empresas del sector para mejorar la presencia de la mujer?
Es complicado. Realmente aparecen las tecnologías en los 90’s, cuando se empieza a incorporar la mujer en el mercado laboral. Las empresas grandes del ámbito de la tecnología jamás me preguntaron si era hombre o mujer, si estaba casada o no, si tenía intención de tener hijos o si tenía un perro en casa. Te hablo de Fujitsu, de Accenture, de Everis, y de muchísimas empresas en las que realmente existen políticas de igualdad, herramientas, y cada vez más concienciación. El problema en mi opinión se sitúa más en las PYMES, donde asusta contratar a una mujer por los posibles embarazos. Aquí hay un problema de concienciación. Para una maternidad, se necesita entre 4 y 6 meses de baja, ocho, si se nos complica un poco, es decir, lo mismo que una operación de túnel carpiano. Sin embargo, eso no da miedo. Si se tiene una baja por otro motivo, no asusta. Es un problema cultural. Realmente necesitamos un cambio de perspectiva.
No existen soluciones mágicas, pero la sensibilización, el uso de herramientas colaborativas, el trabajo por objetivos y el trabajo en remoto son ejemplos de lo que se puede desarrollar. Además, habría que concienciar que la natalidad es también un tema muy serio. Al fin y a cabo tenemos que tener generaciones futuras para pagarnos las pensiones…
Para acabar con este tema, ¿crees, por tu experiencia, qué estamos avanzando para conseguir la igualdad de género real y efectiva en el sector laboral TIC?
Creo que estamos moviéndonos en la dirección correcta. Personalmente no estoy a favor de la discriminación positiva. No creo que en cada departamento tenga que haber una mujer pero si personas con talento. Se considera cada vez más que debe de haber igualdades de oportunidades para acceder a una posición.
Si miramos los puestos ejecutivos de alto nivel en las empresas tecnológicas, nos encontramos a muchas mujeres. En Fujitsu la directora general es Ángeles Delgado, en Google, Fuencisla Clemares, en Microsoft, Pilar López, en VMWare, María José Talavera, en HP Helena Herrero, en Amazon, Mariangela Marsiglia …. Tenemos en España un nivel de ejecutivas altísimo. Realmente las mujeres faltan más en los puestos intermedios. Hay una falta de retención de los talentos femeninos en la base. Para evitar esta situación, se necesita el apoyo del entorno laboral, pero también una toma de conciencia de las propias mujeres en cuanto a sus capacidades.
Una de las cosas que pueden ayudar a alcanzar puestos intermedios o directivos son los y las mentoras que te encuentras por el camino. ¿Tuviste algún/a mentor/a que te inspirara o guiara?
Los jefes que he tenido han sido en su mayoría hombres y sobre todo extranjeros. Trabajo mucho con norte europeos, como holandeses, ingleses, alemanes… y la verdad es que he aprendido mucho de ellos en general. Ahora tengo una jefa que es mujer, Ángeles Delgado . Es una persona de la que he aprendido y sigo aprendiendo mucho.
¿ A lo largo de tu recorrido, te has encontrado con situaciones en las que sufriste de los estereotipos achacados a la mujer trabajadora y ejecutiva?
Si, pero realmente, en estas situaciones me hago la rubia… Siempre intento utilizar mano izquierda, y escapo de estas situaciones por el lateral… Sobre todo en el ámbito internacional, donde soy mujer y española… allí dependiendo con quién hablas, te puedes encontrar con algún tipo de valoración por defecto.
Una vez me pasó una anécdota bastante fuerte cuando trabajaba en Alemania en Mercedes Benz. Tenía una reunión con profesionales de diferentes nacionalidades y de repente ¡uno de los presentes se puso a gritarme diciéndome que me iba a enseñar a comportarme y a educarme! Yo le mire como si me estuviera hablando de otra cosa. Cuando vio que no iba a haber confrontación, se fue. Entonces recibí muchísimo apoyo por parte de todos y todas mis compañeros y compañeras.
También me han enviado a por café durante reuniones… “¿Me traes un café niña?”. Me acuerdo de una vez en la que se levantó mi jefe y dijo “yo lo traigo, ¿qué queréis?”. Yo, culturalmente, ya me había levantado, y aprecié muchísimo su reacción . Pero eso pasa mucho más en los ámbitos más industriales, no tanto en el contexto tecnológico.
Nuestra intención con estas entrevistas es inspirar y dar a conocer referentes a jóvenes que están empezando con su carrera o su vida laboral TIC. ¿Podrías dejarles un mensaje?
Cuando eres joven piensas que la vida es muy larga. Pero creo que es suficientemente corta para evitar ponerse trabas a nuestro propio desarrollo profesional. No nos pongamos corta pisas. Las aspiraciones son más que licitas y la tecnología es necesaria. Tenemos que seguir profundizando en desarrollar modelos tecnológicos con sensibilidad y creatividad.