¿Liderar y conciliar? Sí quiero
¿Liderar y conciliar? Sí quiero
Desde la pandemia, y la aceleración del proceso de transformación digital vivido en todos los ámbitos de nuestra sociedad, se han dado pasos hacia una esperanzadora normalización del teletrabajo. Sin embargo, sigue habiendo aspectos a mejorar para hacer efectiva una flexibilidad real y una nueva conciliación digital más igualitaria.
Ser feliz, una prioridad de todos y todas
Hace apenas un par de meses, saltaba una noticia a los titulares de los medios de comunicación. El alumno con la nota más alta de la EvAU en Madrid, eligió Filosofía porque afirmó “su prioridad es ser feliz”.
Esta declaración sacó a la luz estereotipos como los que vimos en el post Adiós al mito: hombres de ciencias, mujeres de letras, porque posiblemente si el protagonista de la historia hubiera sido una chica, no habría causado tanto impacto.
Y, en segundo lugar, porque se asocia la felicidad a una carrera de Humanidades, en contraposición a las de ciencias, a las que se identifican con dificultad, ambición, esfuerzo etc. Se mezclan por tanto expectativas de género, que un hombre deba aprovechar su talento en una carrera técnica, y prejuicios en torno a estos estudios, solo al alcance de mentes brillantes.
Como vimos en ¿Por qué las STEM resultan poco atractivas para las chicas? diversos factores influyen en que este tipo de estudios no seduzcan a las jóvenes. Sin ir más lejos sirve de ejemplo esta noticia, que quizás sin malicia, induce a una elección y coarta la libertad, tanto de hombres como de mujeres.
La utopía de la conciliación
¿Qué ideas hacen pensar que no se puede ser feliz en una profesión STEM, si precisamente cuentan con las mayores tasas de empleabilidad? Dificultades para la conciliación, la maternidad, requerimiento de excesiva disponibilidad…
En primer lugar, conciliar, entendido como desarrollar al 100% todo nuestro potencial profesional y familiar, es considerado por la mayoría casi como utopía, y es uno de los principales obstáculos que afecta especialmente a las mujeres en su apuesta por carreras más técnicas por su supuesta dificultad, y para seguir escalando hacia posiciones de liderazgo, por su teóricamente necesaria dedicación.
La pandemia nos trajo un unánime Sí al teletrabajo, en igualdad y con perspectiva de género. Sin embargo, pese a que más personas han podido optar por continuar por esta forma de trabajo tras la vuelta a la normalidad, no se percibe como una garantía total de flexibilidad. Jornadas interminables, dificultades para la desconexión y sobre todo, plena disponibilidad, juegan en contra del trabajo online. Tomamos nota de ello en Lecciones de conciliación tras la pandemia.
Por otra parte, aunque se ha avanzado hacia una mayor corresponsabilidad, la maternidad y el cuidado de los mayores, ponen a menudo a las mujeres en la disyuntiva de elegir entre familia y trabajo. Tener que tomar esta difícil decisión en algún momento de nuestra vida, también contribuye a que se elijan profesiones sobre las que se suponen una menor exigencia o responsabilidad. Esa disponibilidad hacia el ámbito familiar, que se espera tradicionalmente de las mujeres, hace que las chicas anticipen ya dificultades, y no deseen comprometerse con un exigente futuro profesional, poco compatible con la vida personal.
Por último, los requisitos y dedicación que se espera de los y las profesionales para desempeñar puestos de dirección, posicionan mejor a los hombres que a las mujeres en la carrera por el liderazgo. De hecho, las obligaciones personales y familiares, hacen que las mujeres dediquen menos tiempo que sus colegas varones a generar redes profesionales de apoyo en el puesto de trabajo o el networking. Un factor que no favorece a las directivas, como vimos en Tejiendo redes de apoyo para mujeres STEM.
Productividad y emprendimiento femenino como alternativas
Estar disponibles para acudir a donde se nos necesite y sin horarios fijos, no es sinónimo de ser más productivos. La eficiencia no está reñida con las horas o con los viajes. Y es que, gracias a los avances en tecnología, podemos desempeñar muchos trabajos desde cualquier lugar del mundo, especialmente en el sector TIC. La conectividad sí que es un aval para trabajar individualmente o en equipo, dando un mayor margen a horarios y evitar desplazamientos.
Muchas empresas ya empiezan a tener en cuenta estas cuestiones en cuanto a facilitar el trabajo en línea, y en la medida de lo posible una mayor flexibilidad y organización de horarios de su plantilla. Pero queda mucho por hacer para concienciar tanto a empresas como a las jóvenes de que trabajar y conciliar es posible, que tener una vida familiar plena no debe estar reñido son escalar profesionalmente. Y que el sector TIC es idóneo para ofrecer estas posibilidades e impulsar la presencia femenina en ciencia y tecnología.
La economía digital está siendo clave para abrir definitivamente las puertas de la conciliación, gracias al auge de los negocios online y las posibilidades que este modelo de emprendimiento ofrece. Cada vez son más los productos online desarrollados por mujeres y más mujeres las que escogen esta alternativa de liderar sus propios proyectos empresariales, siendo sus propias directivas para conseguir una verdadera conciliación. Lo digital puede ayudarlas a desarrollar sus proyectos personales y dar un salto cualitativo profesional, sin renunciar a nada.
Porque ser feliz no es una opción sino una elección, que nada tiene que ver con las ciencias o las letras; o con ser madre, pareja o directiva. Ser felices debe ser nuestro objetivo, siendo libres de seguir nuestra vocación, y optar por aquello que consideremos más próspero para desarrollarnos personalmente.
¿Por qué las STEM resultan poco atractivas para las chicas?
¿Por qué las STEM resultan poco atractivas para las chicas?
Tradicionalmente, y entre otros estereotipos, las denominadas carreras STEM se han considerado carreras masculinas, de la misma manera que las carreras del ámbito de las letras y humanidades se consideraban más femeninas. Nos centramos en esta diferenciación de los estudios según el género en la noticia Adiós al mito: hombres de ciencias, mujeres de letras. Hace ya tiempo que la sociedad está intentando romper con estereotipos como estos, que desaniman a las chicas a lanzarse hacia ámbitos técnicos. Se trata de equilibrar la balanza, facilitando a ambos géneros su presencia en cualquiera que sea la carrera por la que se decanten.
Esta cuestión, preocupa especialmente porque se trata precisamente de profesiones con las mejores perspectivas de futuro, condiciones laborales y oportunidades de empleabilidad. Esta brecha de género, juega en contra de la productividad. Esa falta de perspectiva femenina da lugar a que se diseñe una tecnología incompleta, en la que la mitad de la población no está representada y se pierde prometedoras oportunidades laborales.
El desarrollo socioeconómico necesita de la mayor presencia de las mujeres en ámbitos disruptivos, para no sufrir las consecuencias de producir con equipos sesgados, productos no inclusivos incluyendo problemas de ética, y tecnología que replica esa falta de diversidad que se está tratando de detener.
Así analizamos estos efectos en la noticia Hombre programador, mujer asistente. Sesgos de género en la IA, en el que comprobamos como los algoritmos son susceptibles al sesgo, por lo que construirlos requiere un equipo que incluya una amplia gama de puntos de vista y experiencias.
Estudios poco seductores
Si bien hay carreras de ciencia paritarias o feminizadas, como Química, Medicina, Biología, Enfermería y Matemáticas (la excepción de las STEM), faltan de forma muy señalada en otras materias como Física, Informática e ingenierías de todo tipo.
Las razones por las que las chicas ven como poco atractivas estas carreras son variadas, y resultado de múltiples factores educativos y culturales. Hablamos de estereotipos y prejuicios sociales, aprendidos desde la infancia, a los que se suma una carencia de referentes y visibilidad de las mujeres en estos ámbitos.
Pero ¿qué piensan de estas carreras las jóvenes? ¿qué opinión les merecen? ¿cuál es su conocimiento del desempeño profesional en estos ámbitos? ¿saben las oportunidades que estos estudios les puedes brindar?
Diferentes estudios tratan de dar respuesta a estas preguntas, como el informe de Boston Consulting Group (BCG) y BCG GAMMA, titulado What’s Keeping Women Out of Data Science?, que asegura que áreas STEM como la ciencia de datos, tienen un grave problema de imagen.
Carreras desconocidas, difíciles y de bajo impacto social.
Lo primero que llama la atención es el desconocimiento de la juventud de las carreras TIC. A pesar de ser nativos digitales, se quedan en el rol de usabilidad, apenas sabiendo cómo se diseña y qué materias entran en juego en el diseño y desarrollo de la tecnología que emplean a diario. En definitiva, desconocen transversalidad de la tecnología y sus aplicaciones, con impacto y esencialidad en cada vez más ámbitos, dado su vertiginoso avance y al denominado proceso de transformación digital en el que el mundo está inmerso. Y claro, si se desconocen estos aspectos, no se puede ni si quiera albergar la posibilidad de dedicarse a ello. Quien no conoce algo, no lo puede desear.
Otra de las percepciones mayoritarias y erróneas, es que se consideran carreras de bajo impacto social, de contenidos abstractos y más que difíciles, casi imposibles, solo aptas para personas muy talentosa y con un perfil “nerd”. Una visión que en el caso de la mujer no ayuda, teniendo en cuenta que las chicas tradicionalmente son educadas para la seguridad y la perfección, como vimos en la noticia Educar a niñas imperfectas y mujeres valientes. Un caldo de cultivo perfecto para en el futuro desarrollar el Síndrome de la impostora, una sensación habitual en las expertas TIC.
Y aunque la tecnología es precisamente un área que por sus propias características cuenta con ventajas para garantizar unas buenas condiciones para la conciliación, son muchas las chicas que también las descartan por esta razón, pensando en el futuro y en la posibilidad de la maternidad.
En conclusión, queda mucho trabajo por hacer, tanto por parte de la administración, como de las empresas, para mostrar al mundo todo lo que la tecnología puede hacer, el alcance de la misma y la necesidad de mujeres profesionales TIC para avanzar en un futuro en igualdad.
¿Dónde están las referentes STEM en las aulas?
¿Dónde están las referentes STEM en las aulas?
Cada vez más más heroínas femeninas de la ciencia y la tecnología saltan a la gran pantalla. Científicas e investigadoras que resuelven los casos, con igual protagonismo que sus compañeros. Sin embargo, siguen faltando ejemplos históricos y reales en el día a día de los chicos y chicas, pero no porque no existan, sino porque no son visibles. Y especialmente en la escuela, a edades en las que forjan sus vocaciones y en las que quizás un ejemplo real, puede valar más que mil palabras, para inspirarse e inspirar.
¿Se imaginan contar con una científica, ingeniera o tecnóloga en cada escuela para acerca estos estudios a la juventud? Con este objetivo, y entre otras acciones, WomANDigital ponía en marcha recientemente los WomANDigital Day. Una ruta que llevó a tres centros educativos andaluces a mujeres profesionales y entidades dedicadas al desarrollo TIC, con el propósito de inspirar desde la cercanía, y conseguir dar a conocer este tipo de carreras y profesiones de futuro, evitando su descarte ya sea por estereotipos de género, por desconocimiento o prejuicios relacionados con su dificultad o barreras de género.
En el resto del país también existen propuestas en esta línea, iniciativas como “Una ingeniera en cada cole”, una asociación aragonesa que trabaja con voluntarias de proximidad, que visitan al alumnado para presentarles referentes, mostrarles su labor profesional, y transmitirles el entusiasmo que sienten por su trabajo a través de talleres participativos.
En definitiva, proyectos locales desde los que sembrar una semilla, una curiosidad e interés. Acciones paralelas con un propósito común, la lucha contra esos sesgos de género que hacen que las niñas no elijan estos estudios con mayores tasas de empleabilidad, y que ponen barreras para conseguir equipos diversos, y mayor presencia femenina en el sector TIC.
El profesorado, un trabajo diario
Acciones como las explicadas anteriormente son productivas y divertidas para chicos y chicas. Se trata de jornadas que pueden resultar transformadoras, pero son eventos puntuales que necesitan de un refuerzo y trabajo diario en las aulas. En la noticia Libros de texto sin referentes femeninos, educar y aprender con sesgos de género, analizamos que ya desde edades tempranas, el material didáctico es un elemento clave en la superación de roles asociados. Así como la importancia de contar con referentes en los libros de texto durante la etapa de la niñez y la juventud en la que se forjan las vocaciones.
La educación sobre materias como la ciencia y la tecnología deben ser inclusivas, si queremos transmitir a las nuevas generaciones esa idea sobre dichas materias. En este sentido, sobre el profesorado recae gran parte de la responsabilidad, y por tanto, debe tener material didáctico adecuado y conocimiento necesario sobre las aportaciones de las mujeres a la evolución científico y técnica para enseñar y motivar a su alumnado.
Menos científicas en los libros y más en el cine y televisión
Resulta curioso que, en los últimos años, las mujeres científicas y tecnólogas a las que se echa de menos en los libros y en el imaginario colectivo, han cobrado protagonismo poco a poco en la ficción, a través de novelas, películas y series de televisión.
Lo señalaba la ministra de Educación, Pilar Alegría, que en el pasado Día Internacional de las Niñas en las TIC, subrayó que solo el 20 % de las biografías en Wikipedia pertenecen a mujeres, de las que una ínfima parte son profesionales de las áreas de Tecnología, Ciencia, Ingeniería y Matemáticas.
Sin embargo, esta invisibilidad de la contribución femenina al ámbito científico y tecnológico, como reivindicaba el Efecto Matilda, no ha pasado desapercibido para el género de la ficción y el documentalismo. Y es que quizás sus responsables han percibido que la sociedad es cada vez más consciente de que la mitad de la población no está siendo representada, que en la educación y también en la cultura popular, faltan protagonistas femeninas. Lo tratamos en la noticia Mujeres STEM: de la ficción a la realidad. Ha cambiado la forma de representar y estereotipar a las mujeres dedicadas a estos ámbitos y empiezan a tener papeles más destacados.
Porque queda la mitad de la historia que no ha sido contada. Y la juventud debería conocerla desde todos los ámbitos. En la escuela con una educación científica inclusiva, a través de los libros y con ejemplos reales de mujeres de nuestro entorno cercano; y por qué no, a través de heroínas que las inspiren en la gran pantalla.
“Hombre programador, mujer asistente”. Sesgos de género en la IA
“Hombre programador, mujer asistente”. Sesgos de género en la IA
La IA encuentra útiles aplicaciones en cada vez más ámbitos de nuestra vida. Sin embargo, ello implica más riesgos en cuanto a los efectos que los algoritmos pueden tener, al replicar estereotipos relacionados con el género, raza o religión. Así, a pesar de las muchas ventajas de esta tecnología, comienzan a darse casos que hacen saltar las alarmas, haciendo necesario implementar medidas correctoras contra los sesgos algorítmicos para conseguir una sociedad digital e igualitaria.
IA, un futuro prometedor
Las aplicaciones de la inteligencia artificial no paran de aumentar. Los avances en tecnología de las últimas décadas han permitido que los algoritmos estén presenten en nuestra vida cotidiana: nos eligen las páginas de vídeos y entretenimiento que más nos gustan, aprendiendo de nuestras preferencias, e incluso siendo capaces de prevenir ciertas enfermedades analizando nuestros signos vitales, o ayudándonos a elegir la mejor ruta para no llegar tarde mediante geolocalización.
Comercio electrónico, finanzas, seguridad… la IA parece no tener techo en cuanto a sus usos en los negocios y la industria. Una auténtica revolución tecnológica, no exenta de los prejuicios de las personas que la crearon y a la que, por lo tanto, hay que “educar”.
Máquinas inteligentes
El objetivo de los científicos y científicas que trabajan en IA desde mediados de los años 30, es hacer que las máquinas piensen, y tengan un proceso cognitivo capaz de evaluar las situaciones y decidir qué hacer y en qué momento, e incluso, aprender de sus experiencias.
Sin embargo, por ahora, las máquinas no son capaces de pensar y tomar decisiones por sí solas. De momento, solo hacen o ejecutan aquello para lo que se les ha programado, y por tanto somos las personas las que hemos de introducir códigos éticos y evitar desviaciones en la información que se les facilita a estas máquinas inteligentes de aprendizaje automático.
Un caso reciente de sesgo algorítmico
En los últimos meses, las redes sociales se han inundado de imágenes surrealistas, creadas por DALL-E. El autor, aunque tenga un nombre que recuerda al célebre pintor catalán, carece de estilo propio. Lo que hace es traducir las instrucciones escritas que se le dan, en montajes originales resultado de combinar millones de imágenes asociadas a dicho texto. El programa es capaz de establecer relaciones y arrojar nueve propuestas distintas cada vez que se le solicita.
Sobra decir que sus imágenes se han viralizado y han hecho las delicias de las personas internautas con las combinaciones imposibles desarrolladas por esta propuesta de OpenAI, una empresa impulsada por Elon Musk. Pero más allá de esta tendencia entre humorística y grotesca, también hay quienes han hecho caer en la cuenta, de los sesgos de género en el sistema, y los resultados sexistas u homófobos que arroja. Un hecho positivo, que apunta hacia una mayor concienciación social en torno a estos estereotipos.
Como ejemplo, a pesar de que en inglés las profesiones no tienen género, Dall-E sí que asocia perfiles cualificados con hombres, o a ciertas profesiones relacionadas tradicionalmente con ellos. Es el caso de términos como científico o programador. Sin embargo, cuando se le pide dibujar a un asistente, la herramienta opta siempre por una figura femenina.
Sesgos sociales heredados
Según el personal experto, son variados los factores que pueden influir en la generación de estos sesgos. En primer lugar, el sesgo de los propios los datos que analiza el sistema, que en el caso de Dall-E se trata de los millones de imágenes sacadas de internet y textos asociados a éstas. Otra razón, es el modelo de interpretación de los datos, ya que el peso que se dé a cada variable, influirá en el resultado del proceso algorítmico. Así como también es determinante el orden de las palabras asociadas a las imágenes. En función de cómo se hayan introducido los textos, habrá ciertos conjuntos de palabras que aparecerán más cerca unas que de otras.
Los propios creadores de Dall-E se han cubierto las espaldas, lanzando una advertencia de “Sesgos y limitaciones” bajo cada dibujo creado, para dejar claro que son conscientes de ellos, y que haberlos, los hay.
Un problema con solución
Efectivamente las personas especialistas apuntan a que estos resultados discriminatorios se pueden, y se deben corregir. A pesar de que herramientas como Dall-E o cualquier otra, no tengan como propósito principal representar la realidad, y aunque no resulte tarea fácil por la multitud de casuísticas que maneja la herramienta.
Para ello, proponen soluciones como mejorar la representatividad de las bases de datos, introducir normas que eviten los sesgos generados por los algoritmos, y limpiezas adicionales de datos automáticos. Y, por supuesto, aumentar la diversidad en las empresas tecnológicas, para ofrecer diferentes perspectivas de las que las máquinas puedan aprender.
Se trata de una labor de concienciación social y también de esfuerzo por parte de las empresas, que deben exigir en sus productos unos mínimos requisitos en torno a la igualdad, especialmente si se sabe cómo solucionar posibles sesgos, y a sabiendas de que ya están contribuyendo a reforzar estereotipos y agudizar los sesgos de género.
¿Qué quieres ser de mayor?
¿Qué quieres ser de mayor?
En algún momento entre la niñez y la adolescencia, escuchamos esta pregunta. Una cuestión que familiares o profesorado suele realizar, y que nos hace enfrentarnos por primera vez a averiguar nuestra vocación y aspiraciones futuras. En este planteamiento, es fundamental la influencia que referentes realizan en la inclinación de la balanza hacia un sentido u otro. Por lo tanto, si ampliamos este ámbito de referentes, ampliaremos las opciones a considerar, más allá de las profesiones que tradicionalmente cuentan con sesgos de género y las asignamos como “de chicos” o “de chicas”.
La gran decisión: qué estudiar
Cada 23 de junio se celebra una jornada especial, el Día de la Mujer en la Ingeniería o Día de la Mujer Ingeniera, con el objetivo de destacar el papel de las mujeres ingenieras en un sector que, como otros ámbitos STEM, ha contado tradicionalmente y aún sigue contando, con una presencia mayoritariamente masculina.
Una fecha que coincide con un mes en el que el estudiantado debe tomar la gran decisión de qué va a estudiar, con qué formación va a continuar su futuro y, en definitiva, a qué profesión a se quieren dedicar. Sobre esta decisión los datos hablan por sí solos.
Según Eurostat, solo el 25 % de las personas matriculadas en alguna carrera de ingeniería en las universidades españolas son mujeres
La brecha de género STEM en el ámbito educativo es constatable, tanto en alumnado como profesorado, y se traslada al ámbito laboral y de liderazgo.
Techos de cristal en las ingenierías
Las numerosas acciones e iniciativas puestas en marcha en los últimos años para impulsar las carreras STEM entre las niñas, se han encontrado con un techo de cristal difícil de romper para lograr la igualdad de género y paridad, en estos ámbitos estratégicos en una sociedad cada vez más digital.
En el caso de las ingenierías, en 2020 fue la segunda profesión STEM con menos participación femenina (10%); la peor posicionada fue ciencias matemáticas con 8% y en la que más profesionales mujeres hay es en ciencias biológicas con un 28%.
Unos datos recopilados en la última encuesta realizada a nivel global por la web especializada GenderInSITE (Género en Ciencia, Innovación, Tecnología e Ingeniería), la Asociación Interacadémica (IAP) y el Consejo Internacional de Ciencias (ISC).
Según el mismo informe, que tomó en cuenta las opiniones de las científicas e ingenieras que ya ejercen, las mujeres suelen recibir becas de investigación más pequeñas que sus colegas masculinos; es pese a que representan el 33,3 % de todas las personas dedicadas a la investigación en distintas disciplinas STEM. Las investigadoras en promedio también tienden a tener carreras más cortas y peor pagadas. Su trabajo está subrepresentado en revistas de alto perfil y, a menudo, se pasan por alto para los ascensos dentro de las empresas.
Un espejo en el que reflejarse
Profundizando en los inicios, en el origen de estos datos, la XV Encuesta ¿Qué quieres ser de mayor?, elaborada por Adecco Group, realizada a casi 1.800 niños y niñas españoles de entre 4 y 16 años, indica que lo que deseamos ser, no tiene por qué coincidir con lo que seremos en el mercado laboral.
Sin embargo, sí que avalan esas distintas tendencias en función del género hacia unas profesiones u otras, roles que se continúan perpetuando en los últimos años. De igual forma, la encuesta confirma la importancia de la influencia que ejerce el contar con referentes, con personas a las que seguir o que sirvan de ejemplo.
Estos modelos de cercanía o popularidad, captan la atención de los chicos y chicas, y pueden ir influyendo en las opciones que escojan a lo largo de su proceso formativo.
En 2021 solo el 3,8% de las niñas españolas tenía interés en estudiar alguna ingeniería. El porcentaje de varones con interés en estudiar ingenierías era de 4,7%.
Cabe recalcar que el interés de las niñas por la informática u otras STEM, ni siquiera indexó debido al poco interés. En contraste, el 4% de los niños sí manifestaba querer ser informático.
Las aspiraciones de ellos y ellas, no son las mismas: el 19,9% de las niñas españolas afirma que elegiría ser profesora en su futuro laboral, mientras que un 25,1% de los niños optaría por ser futbolista.
Esta opción se mantiene como la más deseada (25,1%) en los últimos años, después de que en 2016 cediese el trono a la de policía, que es segunda (15,6%). A continuación, se sitúa en tercer lugar la profesión de maestro (7,7%), y en cuarto lugar se coloca la opción de aquellos que el día de mañana quieren ser ‘youtubers’ (6,1%), una profesión que surgió hace pocos años y que ya está en el top 5 de las más queridas por los niños, escalando puntos con cada edición del estudio.
Mientras que la de policía es una profesión que ha ido ganando popularidad entre los niños en estos 13 años, la de ingeniero ha pasado de ocupar el tercer puesto en el ranking de 2008 al sexto en 2018.
Por su parte, las niñas quieren ser profesoras, al ser elegida por una de cada cinco encuestadas, en línea con la tónica de la encuesta desde su inicio hace 13 años. A continuación, quieren ser médicas (16,7%), peluqueras (12,1%), veterinarias (10,5%) y futbolistas (7,1%).
El 13,6% de los niños consultados están convencidos de que un buen salario es uno de los ingredientes para ser feliz en el trabajo y… ¿qué salario quieren cobrar? Pues el 25% de los niños dicen que millones, aunque la segunda opción es algo más baja: el 9,2% dice que se quedaría con un sueldo medio de entre 3.000 y 5.000 euros al mes.
El 11,6% de las niñas, por el contrario, vota por un sueldo entre los 500 y 1.000 euros mientras que otro 11,1% se decanta por salarios entre 2.000 y 3.000 euros. Como ocurre con las profesiones, los deseos de los niños no se ajustan a la realidad del mercado laboral.
De mayor, también puedo ser ingeniera
La fascinación y deseo constante por ser futbolista o youtuber, puede ser consecuencia de que estas profesiones se asocian con la fama y el éxito. Y quizás ello se puede extrapolar a las ingenierías, y días como el 23 de junio justifican por ello su razón de ser. Las niñas deben ponerle cara al éxito no solo como influencers o deportistas, sino también con modelos a seguir de mujeres en las ingenierías y otras STEM, como científicas, investigadoras o tecnólogas.
Con iniciativas como WomANDigital, se contribuye a fomentar la presencia de las mujeres en el sector de la ingeniería y animarlas a que se incorporen a estas carreras y a estas profesiones. Esto es esencial para que la industria sea inclusiva, algo a su vez fundamental para el actual sector empresarial.
Debemos de ser capaces de transmitir esa pasión por la ciencia y la tecnología entre las chicas, visibilizando referentes, mostrando cómo de interesante puede ser el trabajo de las mujeres en profesiones STEM. Así como dando a conocer la variedad de aplicaciones que estas profesiones tienen en todos los ámbitos, haciendo avanzar de esta forma a la sociedad. Si fomentamos la ingeniería, y en general todas las vocaciones STEM desde edades tempranas, conseguiremos que las niñas de hoy se planteen ser las ingenieras del mañana.
Una mirada hacia Europa, bajo una perspectiva de género TIC
Una mirada hacia Europa, bajo una perspectiva de género TIC
Lamentablemente, la carrera por la igualdad de género en ciencia y tecnología entre los países europeos, no ha estado demasiado disputada en los últimos años. El Cuadro de Indicadores de las Mujeres en lo Digital (WID) de 2021, muestra que se está cerrando la brecha de género en las habilidades de las personas usuarias de Internet, pero persiste significativamente en las habilidades digitales especializadas. En España se produce un avance lento, los datos mejoran y las españolas superan en competencias en Internet a la media europea, pero también falta especialización y profesionales TIC.
Países a la cabeza de la igualdad TIC
¿Cuál es el espejo en el que mirarnos? ¿Qué países alcanzan los primeros puestos en cuanto a igualdad digital? Según el (WID), que analiza el grado de desarrollo digital de la mujer en los Estados miembros de la Unión Europea, las mujeres más digitales están en Finlandia, Suecia, Dinamarca, Estonia y los Países Bajos.
Por el contrario, los países que suspenden en inclusión digital, y cuyas mujeres viajan en el vagón de cola de la igualdad en cuanto a tecnología, son Rumanía, Bulgaria, Polonia, Hungría e Italia. Todos ellos obtienen la puntuación más baja en cuanto a la participación femenina en la economía y la sociedad digital.
España se sitúa por encima de la media europea
Pero no se pueden lanzar las campanas al vuelo, porque aún queda mucho camino por recorrer. Y las estimaciones apuntan a que a este ritmo, no se conseguirá una igualdad efectiva en el sector científico y tecnológico hasta pasada una década. No obstante, y tratando de ser objetivos, los últimos datos del indicador WID, nos sitúan al menos, por encima de la media.
Octavo puesto en desarrollo digital femenino
En el ranking europeo que mide el desarrollo digital de las mujeres, nuestro país alcanza un nivel medio alto en 2021, en concreto un 59,1 frente a 53,2 de media en la UE27. Nuestros puntos fuertes, son el uso de Internet (con una puntuación de 70 sobre 100), y en formación a través de la red, donde solo nos superan las finlandesas. Aspectos a mejorar respecto a los hombres, quedan el uso de la banca online y la Administración electrónica.
Mejoran las competencias digitales
En los últimos años, se ha mantenido una tendencia de reducción de la brecha digital de género en nuestro país, mejorando las destrezas digitales 2,7 puntos porcentuales entre 2015-2019. Las mujeres en España tienen un nivel superior a las del resto de Europa en las competencias básicas de Internet (con una puntuación de 57 sobre 100), ocupando el puesto 10 de 27. En cuanto a competencias de especialistas y empleo tecnológico, las españolas alcanzan el noveno puesto, con una puntuación de 50 sobre 100.
Brecha salarial y laboral en el sector tecnológico
Solo el 1,6% de las mujeres se dedican al sector de las tecnologías digitales en España, mientras que, en el caso de los hombres, este porcentaje alcanza el 5,6% respecto al empleo masculino. Si buscamos razones, encontramos entre muchas otras, que el salario de los hombres que trabajan en sectores tecnológicos digitales es un 19% mayor que el de las mujeres en Europa, y del 12% en España. Aunque esta brecha es alarmantemente alta, España está en el tercer puesto entre los países con menor brecha salarial.
Se necesitan más vocaciones y más profesionales TIC
Solo el 0,5% de las niñas de 15 años de los países de la OCDE se plantean tener profesiones en el ámbito de las nuevas tecnologías digitales, frente al 5% de los niños. Y solo el 1,6% del empleo femenino está ocupado por mujeres profesionales en tecnologías digitales en España, mientras que en el caso de los hombres este porcentaje alcanza el 5,6%.
Según las conclusiones del informe Women in Digital: una perspectiva europea 2022, a pesar de que el nivel de desarrollo de la mujer española se sitúa en un nivel medio alto respecto al resto de Estados miembros, y la brecha digital de género se ha reducido en España en los últimos años, todavía existe una distancia relevante con los hombres en lo que se refiere a las habilidades digitales especializadas y al colectivo de profesionales en tecnologías digitales. Es necesario incrementar la cantidad de profesionales y especialistas en TIC.
Existen diferencias entre hombres y mujeres en la digitalización de sus trabajos, en la dotación de competencias necesarias para afrontar estos cambios, y en las barreras que pueden afrontar para seguir aprendiendo y participar en la educación a una edad adulta.
La Comisión Europea ha fijado como meta, que la UE disponga de 20 millones de personas especialistas en tecnologías digitales en 2030, y que exista una convergencia entre hombres y mujeres al respecto, cerrándose la brecha digital de género entre el personal experto. Su propósito, disponer de una fuerza laboral capacitada digitalmente, así como que aumente el número de especialistas en tecnologías digitales. Solo queda por decir, que estamos en el camino.
Existen diferencias entre hombres y mujeres en la exposición de sus trabajos a la digitalización, en la dotación de competencias necesarias para afrontar estos cambios y en las barreras que pueden afrontar para seguir aprendiendo y participar en la educación a una edad adulta.
La Comisión Europea ha fijado como meta, que la UE disponga de 20 millones de personas especialistas en tecnologías digitales en 2030, y que exista una convergencia entre hombres y mujeres al respecto, cerrándose la brecha digital de género entre el personal experto. Su propósito, disponer de una fuerza laboral capacitada digitalmente, así como que aumente el número de especialistas en tecnologías digitales. Solo queda por decir, que estamos en el camino.
Tecnología con nombre de mujer
Tecnología con nombre de mujer
En muchos casos se trata de sesgos inconscientes, que pasan desapercibidos porque hemos crecido con ellos. Pero la realidad es que influyen, y mucho, por ejemplo, en la baja presencia femenina en el sector tecnológico, lo cual contribuye a perpetuar los estereotipos y la brecha de género consolidando dichos sesgos… y vuelta a empezar.
Para avanzar hacia una sociedad digital inclusiva y equitativa, que se adecue a las necesidades de todas las personas, es imprescindible implicar de forma activa a las mujeres, como parte de los procesos de diseño y desarrollo de los productos científicos y técnicos.
¿Tiene género la tecnología?
Teóricamente no, la tecnología no necesita tener género, pero inevitablemente le influye quien la está generando mayoritariamente.
Como tratamos en el post Diversidad contra los sesgos en los algoritmos, la propia tecnología puede reproducir o ampliar desigualdades, ya que aprende y reproduce los prejuicios de género de sus creadores. La desigualdad en el mundo real, se replica en los algoritmos y en la IA y, de esta forma, en las nuevas realidades. Por tanto, la educación, intereses, experiencias, necesidades, y prejuicios conscientes o no de los desarrolladores, se reflejan en una tecnología hecha en su mayoría, por y para hombres.
Otro ejemplo es la asistencia de voz de los dispositivos electrónicos. Esta funcionalidad puede servir para ilustrar cómo se proyecta la imagen de la mujer estandarizada en el sector tecnológico, que se traslada a sistemas de uso diario. El problema radica en los equipos profesionales compuestos en su mayoría por ingenieros, que plasman en sus creaciones una perspectiva exclusivamente masculina y por ello limitada, heredada de generación en generación.
Un lastre cultural y educacional para la igualdad en el siglo XXI
Alexa de Amazon, cuyo nombre está inspirado en la biblioteca de Alejandría, es mujer. Cortana de Microsoft, es un personaje de los videojuegos Halo, que se proyecta a sí misma como una sensual mujer. Siri de Apple, es un nombre nórdico que significa “mujer hermosa que te lleva a la victoria”. Y Google Assistant/Home, aunque no tiene nombre de mujer, sí que tiene voz femenina.
Los dispositivos tecnológicos actuales nos hablan desde el pasado, desde una cultura y educación en desigualdad, en la que se relaciona a las mujeres con el papel de cuidadoras o ayudantes. Y que tiene como consecuencia, que se mantenga y afiance en el imaginario colectivo esa consideración de las mujeres reales hacia lo doméstico, complaciente y servicial.
¿Por qué asistentes femeninas por defecto?
Básicamente, por una decisión empresarial y económica de las compañías fabricantes de tecnología. La justificación de esta decisión de darles voz de mujeres, es que las personas consumidoras, en su mayoría hombres, prefieren una voz femenina.
Cuando hace unos años se les preguntó al respecto, las empresas tecnológicas explicaron que realizaron esta elección, basándose en estudios de marketing, y que por tanto su objetivo fue complacer al máximo a su clientela.
La premisa fue que, al público objetivo, les gusta el sonido de una voz masculina cuando está haciendo “declaraciones autorizadas”, pero una voz femenina cuando está siendo “útil”. Por esta razón, cuando la asistencia tecnológica es “generadora de conocimiento”, se eligen perfiles masculinos, como Watson de IBM, perpetuando aún más los estereotipos de mujer=ayudante y hombre=experto.
“Me ruborizaría si pudiera”
Un informe elaborado por la Unesco llamó la atención sobre estos hechos: que los asistentes de voz son femeninos, sumisos y favorecen la discriminación. El nombre del trabajo en cuestión, “I’d Blush If I Could (“Me ruborizaría si pudiera”), hace referencia precisamente a dicha cualidad, a la respuesta que daba Siri antes de su última actualización, cuando se le decía “eres sexy”. Ahora Siri contesta: “¿Perdón?» o «me has dejado sin palabras”.
La Unesco recomendó cambios para corregir estas características que, según el informe, demuestran prejuicios de la programación que perpetúan la brecha de género. De esta forma, detalló toda una serie de recomendaciones para evitar este problema: investigar los prejuicios que reflejan los asistentes; corregir la falta de mujeres en la programación, y establecer sistemas de predicción que se anticipen a las desviaciones. También se aconsejó el desarrollo de voces neutras y políticas de incentivos, que faciliten la adopción de lenguajes inclusivos.
Avances neutros hacia la igualdad
La feminización de la asistencia virtual, desde el nombre hasta el tono de voz y sus respuestas, dado por las empresas tecnológicas, ha experimentado mejoras en los últimos años. Siri, por ejemplo, ya afirma que “no tiene sexo” y sus responsables trabajan en darle una voz con género neutro.
En 2019, fueron pioneros Virtue y Copenhagen Pride, que crearon Q, el primer asistente de voz neutro sin género definido. Para ello, descubrieron cómo establecer una frecuencia situada entre una típica voz masculina (tan grave como 85 Hz) y una femenina (tan aguda como 255 Hz). La medida ideal para que fuera percibida como una voz «sin género» resultó ser entre 145 y 175 Hz.
n a las desviaciones. También se aconsejó el desarrollo de voces neutras y políticas de incentivos, que faciliten la adopción de lenguajes inclusivos.
IA para corregir errores de género
Este sexismo tecnológico no es consustancial a la propia tecnología. Como hemos visto, ocurre por la falta de diversidad en el proceso de investigación y producción TIC, que hace que su enfoque no cuente de manera general con una perspectiva de género, que rompa con los clásicos prejuicios de sus creadores.
Pero, además de medidas para lograr un equilibro de equipos y cambios estructurales, que rompan con los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres para lograr una mayor representación en el sector, también los avances en Inteligencia Artificial (IA) y el cruce automatizado de datos, pueden ser de gran ayuda.
Se trata de soluciones tecnológicas que buscan acabar con las desigualdades de género desde su origen. Entre ellas, y en materia de RRHH, personas expertas citan a Suited o Tilr. Dichas compañías utilizan IA y algoritmos libres de sesgos, centrados en habilidades concretas, para seleccionar candidaturas, ofreciendo la misma igualdad de oportunidades a todas las personas que pueden ser seleccionadas.
Para construir un futuro digital equitativo, se requiere equilibrar la balanza en tecnología en cada eslabón de la cadena. Desde la conciliación de la vida laboral y familiar, a la presencia femenina en los puestos de toma de decisión. Para que su visión participe en todas las fases del proceso productivo y enriquezca el resultado, dando lugar a una tecnología bajo una perspectiva de género más amplia, sin estereotipos e igualitaria.
Conceptos y tendencias para explicar la desigualdad
Conceptos y tendencias para explicar la desigualdad
Si bien no es nuevo que la inserción de la mujer en los sectores científico y tecnológico es imprescindible, es un hecho que ha cobrado mayor relevancia a raíz de la pandemia, con la correspondiente aceleración de los avances tecnológicos, y la digitalización de la sociedad. Numerosos estudios, teorías e investigaciones, se afanan en explicar las razones de este fenómeno mundial que provoca falta de vocaciones STEM entre las chicas, popularizando conceptos para denominar a estas situaciones de desigualdad. En esta ocasión, nos centraremos en dos de ellas: la regla de la modestia, y los denominados acantilados de cristal.
Regla de la modestia, un factor clave del por qué de la falta de vocaciones STEM entre las chicas
¿Por qué si las matemáticas se asocian a las carreras del futuro decrecen las matriculaciones de mujeres en esta área? ¿Qué influye en las preferencias de las chicas para que no opten por los estudios STEM, como apuesta de futuro?
En anteriores publicaciones como ¿Por qué huir de las matemáticas?, planteamos esta cuestión y abordamos las razones que influyen en esta tendencia entre las chicas. También nos detuvimos en esas falsas creencias basadas en aprendizajes culturales heredados, en Adiós al mito: hombres de ciencias, mujeres de letras. Así como en la importancia de la educación temprana, en la escuela y en el ámbito familiar, en la noticia Educar a niñas imperfectas y mujeres valientes.
En todos ellos, analizamos las muchas y variadas causas por las que persisten los estereotipos, como ideas limitantes que determinan y coartan la concepción que las niñas tienen de sí mismas. Y que sirven además para cimentar a lo largo de los años, los obstáculos y barreras invisibles en el imaginario femenino, que les impiden aprovechar al máximo todas sus potencialidades, en cualquier área.
Otro de esos factores, que actúan negativamente en la elección de estudios científicos y tecnológicos, es a lo que se le llama “la regla de la modestia”. Una propensión de las mujeres, independientemente del país del que provengan, por inclinarse hacia carreras modestas. Es decir, a huir de la competitividad, a pesar de que esta suponga una mayor probabilidad de éxito.
Esta dañina modestia comienza ya a los 6 años. Es a esta tierna edad, cuando a las mujeres se les enseña que deben ser discretas y no alardear de sus capacidades. Y, en consecuencia, crecen pensando que no son tan inteligentes como los chicos y que, por tanto, no están preparadas o no poseen el grado de brillantez necesario para dedicarse a estudios asociados a una mayor dificultad, como las carreras técnicas.
La cultura y la educación están en la base de esta regla de modestia, lo que aprendemos en casa y se consolida en la escuela. En la elección de estudios operan estereotipos ligados a la autopercepción y a la competencia que se atribuyen las chicas a sí mismas. Y actúan como barreras sutiles, pero que a la larga obstaculizan el acceso de las mujeres a determinados estudios de ciencia y tecnología, por lo que, en la práctica, no gozan de las mismas oportunidades que los hombres.
Así explicaba la «Regla de modestia» la plataforma Mujeres con ciencia, a través del siguiente vídeo realizado por la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco, con motivo del pasado Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Acantilados de cristal que limitan el liderazgo femenino
A los denominados suelos pegajosos (una práctica por la cual se limita a la mujer a tareas consideradas femeninas) y a los techos de cristal (límites invisibles para ascender en el mundo laboral); ya en puestos de liderazgo, las mujeres se pueden encontrar con los denominados acantilados de cristal. El término fue acuñado en 2004 por los profesores británicos Michelle K. Ryan y Alexander Haslam de la Universidad de Exeter.
Evocando la metáfora del techo de cristal, la expresión «acantilado de cristal» se refiere al peligro que implica la exposición a la caída por no ser evidente el riesgo
El riesgo está en acceder a una posición ejecutiva que, aparentemente, permite traspasar el techo de cristal, pero que a la postre, solo puede conllevar un descalabro, ya que los objetivos son inalcanzables. El término se creó para el mundo de la empresa, pero con el tiempo su uso se ha extendido también a otros ámbitos.
El acantilado de cristal es el fenómeno mediante el cual las mujeres en puestos de liderazgo, tienen más probabilidades que los hombres de alcanzar puestos de dirección durante períodos de crisis o recesión, en los que la probabilidad de fracaso es mayor
Ryan y Haslam mostraron que una vez las mujeres rompen el techo de cristal, y asumen posiciones de liderazgo, a menudo pasan por experiencias diferentes a las de sus homólogos masculinos. En concreto, las mujeres tienen más probabilidades de ocupar puestos precarios y, por tanto, con mayor riesgo de fracasar, bien por ser nombradas para dirigir organizaciones en crisis, bien por no recibir el apoyo y los recursos necesarios para el éxito.
Demostraron que los acantilados de cristal están muy relacionados con los estereotipos y que tienen una explicación multifactorial. Ryan logró le dio una vuelta a un artículo publicado en el periódico londinense The Times en 2003, que aseguraba que las empresas con más mujeres en puestos de poder tendían a funcionar peor.
“No era que las mujeres provocasen el mal funcionamiento de las empresas, sino que el hecho de que la empresa ya estuviera funcionando mal era lo que provocaba que se nombrase a más mujeres para puestos de liderazgo», contó Ryan a Forbes.
En sus estudios, Haslam y Ryan detallan cómo las personas creen que las mujeres están mejor preparadas para liderar empresas en mala racha, ya que las consideran más empáticas e intuitivas. Pero no porque consideren que las mujeres lideren mejor la situación, sino que se las ve como buenas gestoras de personas y, además, dispuestas a asumir la culpa del fracaso en la gestión.
Estos puestos aproximados a acantilados de cristal, corren el riesgo de dañar la reputación y las perspectivas profesionales. Cuando una empresa obtiene malos resultados, la gente tiende a culpar a la dirección por su deficiente gestión, sin tener en cuenta las variables situacionales o contextuales. Además, el equipo responsable de la investigación descubrió que las mujeres en posición de liderazgo, una vez que han fracasado, les resulta más difícil que a los hombres tener segundas oportunidades, dado que cuentan con menos mentores y patrocinadores, así como con menos acceso a una red protectora de contactos.
Las consecuencias negativas de los acantilados de cristal son evidentes. Disfrazadas de oportunidad pueden ser una auténtica trampa. Por ello, el primer paso para tender puentes hacia la igualdad, es precisamente detectar estas situaciones de riesgo. Y conseguir que el liderazgo femenino avance, pero con las mismas oportunidades que los hombres, por razones de justicia y equidad.
Se buscan mujeres TIC
Se buscan mujeres TIC
Hace ya doce años que la Unión Internacional de Telecomunicaciones de las Naciones Unidas, designara el último jueves del mes de abril como Día Internacional de las Niñas en las TIC. Su objetivo, “alentar a las niñas y mujeres jóvenes a considerar la posibilidad de orientar sus estudios y profesiones al campo de las carreras tecnológicas”, sigue siendo a día de hoy más vigente y necesario que nunca. La brecha digital de género persiste, así como la falta de igualdad en el sector TIC, dos retos para el progreso económico y social en todo el mundo.
Un avance lento
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible sitúa a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas como áreas imprescindibles “para impulsar sociedades más inclusivas y sostenibles”. Sin embargo, al ritmo actual, se calcula que tardaremos casi ocho décadas más en lograr la igualdad de género en el sector STEM.
La brecha de género digital experimenta avances, pero persiste y, en un sector estructural y tradicionalmente masculinizado, adquiere nuevas formas ligadas tanto al acceso y el uso de las TIC; como a la generación de contenidos; competencias digitales; diseño tecnológico y liderazgo femenino.
En conclusión, el avance científico y desarrollo tecnológico está en la base del progreso. Nuestra sociedad necesita de la ciencia y la tecnología, y estas áreas necesitan fomentar las vocaciones entre las jóvenes, para contar con más mujeres en las TIC y más líderes femeninas, que inspiren a las nuevas generaciones.
Para 2050, el 75% de los trabajos estará relacionado con las áreas STEM
Despertar el interés entre las niñas por profesiones que hoy aún no existen o que son muy desconocidas no es tarea fácil, más si cabe cuando estas niñas heredan los estereotipos educativos y culturales de las personas adultas pues en el ámbito educativo también se produce esta transferencia. Según diferentes estudios, como The Impact of Gender on Interest in Science Topics and the Choice of Scientific and Technical Vocations, el profesorado en la mayoría de los casos no cuenta en sus temaros con científicas o tecnólogas de referencia, recursos o formación especializada, con la que enseñar y motivar a su alumnado.
Sin embargo, acercar a las jóvenes desde edades tempranas a las TIC significa, sin duda, prepararlas para los empleos del futuro. Y contribuir a reducir una brecha de género TIC, que puede suponer un freno para el desarrollo de nuestra sociedad y una mayor igualdad de oportunidades.
La realidad es que no sabemos a qué trabajos podrán optar nuestros hijos e hijas, o que especializaciones tendrán mayor demanda. Pero sí sabemos, que todo apuntan a que tendrán que ver con la tecnología. De hecho, ya a día de hoy, muchos puestos no se cubren porque no hay personas con las habilidades digitales suficientes o con competencias tecnológicas para cubrirlos.
Mujeres que hicieron historia
Uno de las principales causas de la falta de matriculaciones femeninas en ámbitos STEM es el desconocimiento. Las chicas crecen sin referentes, ni en sus casas ni en los libros de texto. Todo el mundo conoce nombres como Steve Jobs, Bill Gates y Mark Zuckerger. Pero apenas se conocen a las mujeres que a lo largo de la historia han sido pioneras en este sector, que han abierto camino con su ejemplo superando prejuicios y estereotipos.
Por ello, dedicamos este espacio a poner nombre y apellidos a esas mujeres, para darles visibilidad y reconocer su mérito. Realizamos un breve repaso solo por algunas de las mujeres TIC que, no por ser una minoría fueron menos importantes. Protagonistas invisibles del desarrollo tecnológico, que apenas son citadas en los libros de texto y medios de comunicación. Una recopilación con el propósito de inspirar a nuestras niñas TIC de hoy y cerrar así la brecha de género, romper tendencias, y que la historia futura se escriba de manera inclusiva.
- Hedwig Eva Maria Kiesler,conocida como Hedy Lamarr, fue una ingeniera y actriz que diseñó junto con el compositor George Antheil un sistema para detectar torpedos teledirigidos. Este invento funcionaba con 88 frecuencias – equivalentes a las teclas de un piano – y que era capaz de hacer señales de transmisión entre frecuencias de espectro magnético. Sería la antesala del WiFi y del Bluetooth.
- Ada Lovelace, la primera mujer programadora. Matemática de formación, desarrolló un extenso trabajo de investigación sobre la conocida como máquina analítica. No es otra que la calculadora mecánica de Charles Babbage (el padre de los ordenadores), una herramienta con la que desarrolló el primer programa para ordenador, es decir, un algoritmo codificado para ser procesado por una máquina.
- Radia Joy Perlman, la madre de Internet. Uno de los logros más importantes de esta estadounidense experta en seguridad informática fue el protocolo Spanning Tree Protocol (STP). Un lenguaje utilizado para permitir la comunicación entre ordenadores y es utilizado en las redes LAN de acceso local o en los ethernet.
- Mary Lee Woods se formó como científica informática como parte del equipo de programación de la computadora Ferranti Mark I, la primera comercializada. En la década de los años cincuenta se independizó como consultora de software para el hogar, como una de las primeras programadoras independientes del mundo.
- Susan Wojcicki, impulsora de Google y directora ejecutiva de YouTube. Desde su puesto como directora de marketing, llegó a acuerdos con universidades para instalar un cuadro de búsqueda de Google gratis en las webs de estos centros educativos con el fin de conseguir más visitas. Esto sería un primer paso para que Google se convirtiera en ser el buscador más utilizado del mundo. También se encargó de supervisar la compra de YouTube, apostando por las plataformas de vídeos.
- Frances Elizabeth Allen, pionera en el campo de automatización de tareas paralelas y optimización de compiladores dentro de la sección de investigación de IBM. En 2006, logró el Premio Turing de la Association for Computing Machinery. Fue la primera mujer en recibir el galardón.
- Lore Harp y Carole Ely, dos amas de casa graduadas de la Universidad de San Francisco, exhibieron su modelo de computadora personal –la Vector 1–, en el mismo momento que Jobs y Wozniak presentaban el Apple II. En su momento apenas tuvieron repercusión. Sin embargo, la creación de estas mujeres importantes acabó convirtiéndose en el precursor de lo que hoy se conoce como Vector Graphics.
- Evelyn Berezin fue una ingeniera informática estadounidense. Desarrolló el primer sistema de reservas de billetes de líneas aéreas para United Airlines. Es también conocida como la madre de los procesadores de texto, desde que en 1968 desarrolló la idea de un programa que permitía almacenar y editar textos.
- Ángela Ruiz Robles, maestra que en 1949 creó un procedimiento mecánico, eléctrico y a presión del aire para la lectura de libros que consistía en unas láminas con dibujos que se iluminaba al posar el dedo sobre ellas, apareciendo un texto educativo. En 1962 patentó su Enciclopedia Mecánica, considerada de alguna manera un precedente del primer libro electrónico.
- Jude Milhon, inventora del término Ciberpunk. Durante toda su vida hizo grandes esfuerzos porque las mujeres utilicemos la tecnología, nos adentrásemos en este mundo y no tuviéramos miedo de probar aparatos tecnológicos ni de acceder a Internet. Esta hacker también es famosa por crear una asociación para defender la privacidad digital. También luchó por defender una red pública cuando Internet estaba en muy pocas manos (militares americanos y estudiantes universitarios).
¿Quieres seguir reescribiendo la historia?
Conoce a más expertas y su trabajo en nuestra sección Materiales, consultando otros recursos lúdico-didáticos relacionados con la Mujer y las TIC, tanto del pasado como del presente: juegos, calendarios, cómic…para conocer y aprender de una manera divertida de referentes femeninas en ciencia y tecnología. Toda una serie de propuestas para las chicas, donde visualizarse como parte activa del futuro TIC.
La comunicación, y cómo democratizar la ciencia y la tecnología
La comunicación, y cómo democratizar la ciencia y la tecnología
La sociedad digital ya es una realidad, presente y futuro de nuestro mundo. Las esferas social, política y económica, se adaptan a un ritmo vertiginoso al avance científico y tecnológico, que caracteriza a las denominadas ciudades inteligentes, siempre de la mano de un progreso sostenible.
¿Y cuál es el papel de la comunicación en esta revolución digital? Pues cuentan con un nexo inevitable e imprescindible, que ha provocado una transformación en el sector desde ese hito, que marcara un antes y un después sin precedentes: Internet.
¿Qué ha supuesto Internet en la era de la comunicación?
Principalmente, ha posibilitado dos hechos transformadores: permitir el acceso general y libre a la información, y facilitar la inmediatez en la conexión entre personas. Todo esto, eliminando barreras geográficas y universalizando su uso.
Según el INE, en el año 2021 en España, el 93,9% de la población de 16 a 74 años ha utilizado Internet en los últimos tres meses, 0,7 puntos más que en 2020. Esto supone un total de 33,1 millones de personas usuarias.
Y seguimos avanzando gracias a Internet:
- Tecnologías de la información y la comunicación
- 5G
- Inteligencia Artificial
- Big Data
- Redes sociales y nuevas plataformas de comunicación
Una larga lista de desarrollos e innovación, que ha tenido como uno de sus frutos a la “Comunicación digital” y, con ella, la aparición del cliente digital (de comunicación y del resto de sectores) y conceptos como el de “innovación y competencia disruptiva”:
Por un lado, la innovación disruptiva se puede producir cuando una empresa ingresa a un mercado y empieza a generar soluciones simples y sencillas, pero que pueden incluso desplazar a empresas que mantienen el liderazgo de mercado.
Sobre todo, las innovaciones se pueden dar en los productos, en los procesos o de manera simultánea en productos y procesos. Por lo tanto, las empresas que aplican la innovación disruptiva van generando cambios paulatinos en sus productos y procesos.
Además, esto va provocando el desplazamiento de los productos de los líderes del mercado, cambiando los gustos y preferencias de los consumidores, los cuáles van cambiando sus preferencias por los nuevos productos.
Libertad de información y libertad de expresión en la era de las telecomunicaciones
En las redes sociales, las plataformas de generación ciudadana de contenidos como Wikipedia, la proliferación de blogs, los podcasts, y un largo etcétera de espacios para publicaciones, podemos encontrar las dos caras de la moneda: un sinfín de oportunidades y un rango de peligros o riesgos que, en gran medida, son desconocidos para la gran mayoría de la población.
Nos encontramos pues ante la situación real: nos hemos convertido en consumidores digitales de una forma abrupta. En datos:
Cómo acceder a un programa de mentoring
En primer lugar, no importa si eres estudiante, estás finalizando los estudios, o si te dedicas a un sector y quieres ampliar los conocimientos del mismo aplicados a otros. La pregunta es, ¿qué habilidades deseas desarrollar? Hay que tener claro el objetivo que quieres conseguir para sacar el máximo partido a la mentoría.
Otro aspecto a tener en cuenta, es la escucha activa, un factor muy importante para poder captar toda la información, y aprender del acompañamiento que te va a ofrecer la persona mentora en el trascurso del programa.
También, es interesante buscar el perfil de las personas mentoras que más se asemejan al entorno que te importa. Así, para quien realice la mentoría, será más fácil transmitir sus comentarios, sugerencias y aportaciones.
Y, por último, para poder recibir la mentoría, puedes acceder a entidades, mediante páginas web o Redes Sociales, que estén llevando a cabo proyectos de mentoring en el que te ofrezcan la información sobre sus programas.
Y es que, cada vez son más las entidades que utilizan estos programas para acelerar nuevos liderazgos femeninos y que las mujeres descubran que pueden llegar a ser lo que ellas quieran, a través de los ojos de referentes. Y así, pronto sea posible derribar ese “techo de cristal”, y esas barreras invisibles que continúan impidiendo que muchas mujeres lleguen a esos puestos de dirección para los que, sin duda, están capacitadas.
ONTSI. Estudio sobre uso y actitudes sobre contenidos digitales en España – principales tendencias de los hábitos de consumo de contenidos digitales en 2021 y su evolución en los últimos 5 años.
Y es que, además, hemos vivido casi dos años de pandemia donde las nuevas tecnologías han sido clave para permitir continuar con nuestras vidas, tanto a nivel personal como profesional. Un punto de inflexión o, mejor dicho, de aceleración del sector TIC, que ha estrechado más que nunca, esta relación indivisible entre tecnología y comunicación.
Llegamos así, a analizar cómo la tecnología se pone al servicio de la comunicación, y viceversa, para comprender este momento histórico: la democratización del conocimiento y, en un momento tal, la de sus dos grandes pilares, ciencia y tecnología.
Digitalización del bienestar, comunicación de los avances
¿Cuánto ha avanzado la calidad de vida en los últimos años? Una reflexión en la que nos conviene detenernos, pues ha sido posible precisamente gracias a las STEM y al sector TIC. Pero, ¿qué habría pasado si no hubiésemos entendido y sido conscientes de este proceso?… “Traducir” ese lenguaje técnico y especializado, ha sido una de las principales tareas de profesionales y medios de comunicación, para acercar una compleja realidad a la sociedad, cumpliendo la misión principal de informar pero con el plus de calidad propio de la democracia: implicar, concienciar, apelar para hacer que la gente forme parte.
Aterrizamos aquí en otro punto importante: la adaptación de la comunicación corporativa, (que ya va por la 3.0), a la nueva realidad de las empresas y sectores económicos.
Según personal experto de The Valley, “El 67% de las pymes españolas ve importante digitalizarse en su día a día”.
“En cualquier proceso de transformación digital se necesita tiempo y dedicación para realizarla de manera estratégica, y evitar dificultades que permitan un crecimiento estable”.
Es un proceso de adaptación inevitable, en palabras de Daniel Villa, CEO de Double V Partners, “aún falta entender la dupla de la tecnología con los demás frentes de las empresas, como las comunicaciones, para integrar las estrategias de transformación corporativa”. Un camino de doble sentido, según el estudio del año 2016 de la European Public Relations Education and Research Association (Euprera) y la European Association of Communication Directors (EACD), en el que participaron 2.710 profesionales de la comunicación de 43 países diferentes, reveló que el 72% de los profesionales relacionados con la comunicación opinan que el Big Data cambiará su profesión.
Analizando la igualdad de género en la comunicación digital
Lamentablemente, la situación de la mujer en este sector no es mucho mejor que en el TIC.
Según el Estudio sobre Mujeres Periodistas en España de la PDLI, se concluye una discriminación salarial para el 66,5% de las periodistas, así como desvela las razones de la falta de presencia de mujeres en puestos directivos, donde solo el 2,5% afirma que hay igualdad mientras el 95,6% de las periodistas consideran que están copados mayoritariamente por hombres.
La transversalidad del sector TIC es algo patente, con prácticamente la totalidad de sectores en plena transformación digital. Entonces, si la perspectiva femenina no se encuentra presente de una forma equitativa en el diseño y desarrollo científico-tecnológico, pero tampoco lo hace en cómo se cuentan las historias y cómo se informa y se comunica la sociedad, corremos el grave riesgo de contar con una sociedad digital no inclusiva y, por tanto, sesgada.
Impulsar el cambio de tendencias en sectores como el de la comunicación, se puede contemplar pues como una vía para avanzar en la igualdad de género en el sector TIC, creando sinergias para una digitalización sostenible y justa.