portatil con taza de café y juegues infantiles al lado

Lecciones de conciliación tras la pandemia

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Lecciones de conciliación tras la pandemia

4 de noviembre de 2021

Hemos comenzado un nuevo curso de la ansiada post pandemia, pero con pocos cambios en lo que se refiere a avances en igualdad. El teletrabajo prometía hacer posible la conciliación de la vida familiar y laboral, pero nada más lejos de la realidad. Ni ha supuesto un reparto más equitativo de las tareas, ni el teletrabajo forzoso fue la solución. Para muchas mujeres supuso una sobrecarga física, mental y emocional, al añadir a los cuidados que ya realizaban, largas jornadas de trabajo desde casa. Toca reflexionar, ¿Qué hemos aprendido de la pandemia?

Teletrabajar en desigualdad

En los últimos años, antes de que nadie hubiera oído hablar del COVID-19, las TIC empezaron a considerarse como un elemento imprescindible para ayudar a conciliar la vida laboral y familiar.  La solución perfecta para las directivas, ya que internet les permitía realizar parte del trabajo desde casa. La aplicación de las nuevas tecnologías abría una puerta al desarrollo de la empresa y al confort de las personas trabajadoras, que se preveía especialmente viable y prometedor en algunos sectores con condiciones idóneas como el tecnológico.

Hace año y medio, una crisis sanitaria sin precedentes, aceleraba la transformación digital de la sociedad de manera integral. El teletrabajo se impuso con la esperanza de marcar un antes y un después. Trabajar desde casa parecía que iba a cambiar el reparto de roles de género en las familias. Pero esta esperanza pronto se desvaneció, porque no se dieron las condiciones idóneas para que hombres y mujeres pudieran conciliar y teletrabajar en igualdad.

El sobreesfuerzo y la imposible desconexión digital

El periodo de confinamiento pasó factura a muchas mujeres. En el caso de trabajadoras con cargas familiares, a su trabajo se unió la responsabilidad de los cuidados, lo cual supuso un sobreesfuerzo. La jornada laboral se alargó hasta dos horas semanales, como indica un análisis de NordVPN recogido en Forbes.

Por otra parte, se complicó la denominada “desconexión digital”, regulada por la Ley orgánica de protección de datos y que trata de garantizar el bienestar personal. Las personas expertas llamaron a este fenómeno relacionado con las problemática de separar la vida personal y profesional como  «trabajadores burbuja».

Las mujeres, las más perjudicadas tras la crisis sanitaria

Superada la crisis es momento de sacar conclusiones, y no resultan positivas. Las fuentes oficiales coinciden en señalar que el porcentaje de mujeres que perdieron o abandonaron sus trabajos fue significativamente mayor que el de los hombres. La falta de corresponsabilidad y la imposibilidad de conciliar los ámbitos laboral y familiar, fue clave. Fueron las que más corrieron con la mayor carga de los cuidados, y por tanto las que más tuvieron que solicitar reducciones de jornada, excedencias o renunciar a su trabajo.

La desigualdad en los salarios se ha acrecentado con la pandemia y está muy relacionada con esa obligación de conciliar, que recae principalmente en las mujeres. Al reducir sus jornadas las mujeres  ver mermados sus sueldos. Lo cual las empuja a priorizar el cuidado de menores, postergando el desarrollo de sus carreras profesionales.

Una asignatura pendiente de vuelta a la presencialidad

El teletrabajo no obró el milagro, porque conseguir un reparto de tareas más igualitario depende de múltiples y arraigados factores educativos y socio culturales. Quizás debido a la urgencia e imposición con el que se tuvo que aplicar, derivado de la situación sanitaria, que en muchos casos no contó con regularización ni sistemas garantes.

Luchar contra estos roles y estereotipos es una carrera de fondo, que necesita medidas de sensibilización y de la implicación de las administraciones públicas, de una manera coordinada y transversal.

Las acciones acometidas en materia de conciliación y corresponsabilidad resultaron insuficientes. Millones de mujeres han vuelto al trabajo este mes de septiembre presencialmente, con los mismos problemas para conciliar que antes del COVID-19. Se ha puesto de manifiesto la falta de flexibilidad horaria y la sobrecarga de trabajo de las personas empleadas.

Problemas que se agudizaron o se dejaron ver de forma más patente durante la crisis sanitaria, y de los que deberíamos tomar nota y aprender. El teletrabajo puede ser una opción válida y viable para muchas personas, pero deben proponerse muchas más acciones que permitan compaginar la vida laboral con la familiar y personal.

Por la parte de las empresas se deben generar entornos flexibles, independientemente del género de las personas trabajadoras.  Con el propósito de no perpetuar la percepción de que las tareas domésticas y los cuidados son responsabilidad de las mujeres. Al igual que las políticas de conciliación deben ir dirigidas a todo el mundo, y deben tener en cuenta el ciclo vital y necesidades, de hombres y mujeres.


collage de pequeñas fotografías de mujeres

Tejiendo redes de apoyo para mujeres STEM

collage de pequeñas fotografías de mujeres

Tejiendo redes de apoyo para mujeres STEM

21 de octubre de 2021

A muy corto plazo, todas las previsiones apuntan hacia un claro liderazgo de las carreras STEM en el mercado laboral. Y en este escenario, las empresas reconocen su dificultad para cubrir vacantes en las nuevas profesiones digitales. Se necesitan profesionales con estas cualificaciones, pero las mujeres siguen sin subirse al carro de las TIC. Ante un sector altamente masculinizado, surgen nuevas tendencias, comunidades y redes, en las que las mujeres pueden encontrar el apoyo e impulso necesario para despegar como profesionales o emprender un negocio tecnológico.

Contactos estratégicos y networking

Como hemos visto en anteriores entradas, ya desde la niñez factores socioculturales heredados de generación en generación alejan a las chicas de determinadas carreras STEM. Aquellas jóvenes que superan dichos prejuicios, y se lanzan a estudiar una carrera científica o tecnológica, se enfrentan a una etapa formativa en la que ya experimentan el ser una minoría femenina. Una situación con la que deberán lidiar posteriormente en el ámbito laboral: la presión de trabajar, hacerse oír y progresar, en sectores tradicionalmente masculinos.

Unas circunstancias que están cambiando a ritmo lento, y por las que cobra cada vez más importancia para las profesionales contar con una sólida de red de contactos. Una comunidad de aliadas como fuente de inspiración, apoyo y asesoramiento a la hora de tomar decisiones, e incluso que les brinden ayuda para acceder a financiación.

Las redes de apoyo femeninas crecen en el ámbito empresarial y emprendedor. Actúan como una caja de resonancia, dando visibilidad al papel de las mujeres en muy diferentes ámbitos. Así como poniendo en valor la diversidad en los equipos, y la capacidad de liderazgo en áreas donde los techos de cristal todavía impiden a las mujeres alcanzar puestos de dirección.

Las emprendedoras que forman parte de estas comunidades, multiplican sus posibilidades de éxito y de crecimiento profesional. Esta necesidad de compartir y aprender de otras mujeres ha impulsado la creación de redes de networking en los últimos años en todo el mundo. Algunos ejemplos internacionales son: en el mundo anglosajón está Ellevate, que domina en USA; y en UK está Congress London, Blooming Founders, y The Women´s Chapter. Y otras más generalistas: Latinas in stem, Alberta Women Entrepreneurs, Girlz in Web, Women sphere, PWN Global, The Next Women, Women 2.

La mayoría de la inversión corre a cargo de las decisiones de hombres

En su mayoría son ellos los ingenieros, tecnólogos o programadores, y en consecuencia, también lo son quienes emprenden, lideran una empresa TIC, o copan los puestos de alta dirección y los consejos de administración.

Por ello, estas redes resultan especialmente útiles para el emprendimiento femenino en uno de sus principales desafíos, la búsqueda de inversión. El acceso al capital está fuertemente vinculado a quién conoces y, las mujeres emprendedoras, suelen ser menos proactivas en cuanto a esa red de contactos para establecer alianzas de inversión.

Las startups creadas por mujeres lo tienen más difícil para acceder a ese capital en la cultura de los negocios y las relaciones públicas. Los contactos son clave y, por tanto, son los emprendedores masculinos quienes se hacen con el mayor porcentaje de fondos destinados al venture capital.

Disponer de un ecosistema de negocios diverso, con más fondos liderados por inversoras, más mentoras y referentes, contribuiría a mejorar la cultura empresarial y el liderazgo de la mujer en sectores como el tecnológico.

Nuevos términos para nuevos tiempos: sororidad y coopetición

Según la Fundación del Español Urgente (Fundéu), la palabra sororidad es un término reivindicativo que se refiere a la relación de hermandad y solidaridad entre mujeres, una red de apoyo femenina mundial para luchar contra la desigualdad, la brecha salarial y la violencia de género.

La palabra cuenta con personas a favor y en contra pero, se utiliza cada vez más para alentar la complicidad de las mujeres y lograr cambios sociales en materia de igualdad.  Se anima a las mujeres a unirse y apoyarse frente a una cultura aún patriarcal, y entre sus reivindicaciones se encuentra el fin de la brecha salarial, la precariedad laboral y el techo de cristal, pidiendo medidas urgentes de conciliación.

Otro de los términos que cobra protagonismo es el de coopetir, acuñado los profesores de la Universidad de Harvard, Adam Brandenburger y Barry Nalebuff. Una palabra que identifica un nuevo modelo de negocio colaborativo, en el que compañías y personal ejecutivo ponen en marcha comportamientos mixtos de cooperación y competición que buscan un beneficio para todas las partes. Se trata de unirse para crear valor, un tipo de actitud que responde al objetivo ‘win-win’. En este nuevo contexto colaborativo, las mujeres pueden aprovechar y sacar ventaja de dichas redes de apoyo femeninas y asociaciones estratégicas.

Queda mucho trabajo por hacer para conseguir la igualdad de género en los negocios y, por ello, tienen cabida nuevos fenómenos como el de la sororidad, la coopetición y estas redes de mujeres profesionales en las pueden prestarse “ayuda mutua”… Apoyándose y alentando a otras mujeres a tener éxito. Un éxito compartido, en beneficio de todas y todas, y por la igualdad.


niña pensativa frente a una pizarra con fórmulas matemáticas

¿Por qué escapar de las matemáticas?

niña pensativa frente a una pizarra con fórmulas matemáticas

¿Por qué escapar de las matemáticas?

7 de octubre de 2021

Huir de las matemáticas, es una tendencia habitual entre estudiantes en general y, más en concreto, entre las chicas. Sin embargo, elegir una carrera intentando evitar esta asignatura puede restar competitividad de cara al futuro profesional. Y supone también un alejamiento de la realidad y de sectores con gran demanda laboral, como el tecnológico, que requiere profesionales de muy diferentes materias en los que las matemáticas tienen poco o nada tienen que ver con el estereotipo de “hacer números”. Al igual que, para aprender a multiplicar antes hay que saber sumar, si queremos fomentar las STEM debemos empezar por cambiar la perspectiva que la juventud tiene de ellas y del aprendizaje de las matemáticas.

Ansiedad matemática y aritmofobia

¿Quién no ha escuchado alguna vez estas frases? “A mí es que no me gustan o no se me dan bien las matemáticas”.  O “yo es que soy de letras” para evitar realizar un cálculo. Es un sentimiento muy común este rechazo por un área que provoca frecuentemente temor o preocupación, y que se le ha denominado como ansiedad matemática. Esta matefobia influye negativamente en nuestro aprendizaje, ya que reduce la memoria funcional o de trabajo, la cual se necesita para la resolución de los planteamientos matemáticos.

 El sentirnos mal ante un problema matemático, afecta a nuestro rendimiento, empeorando a su vez nuestra angustia en un círculo vicioso de negatividad hacia esta disciplina

Metodología y emociones en el aprendizaje

¿Eres de los que sentía estrés o incluso miedo cuando tenía que salir a la pizarra para resolver un problema? Debes saber que esta sensación no está relacionada con tus capacidades, sino con su enseñanza y con el fuerte componente emocional que requiere el aprendizaje. La didáctica de las matemáticas y la psicología se han detenido a estudiar este fenómeno.

El cómo se enseña esta disciplina es fundamental. Las matemáticas son progresivas, y si no se asimila adecuadamente un concepto básico, difícilmente se podrán entender conocimientos más avanzados. Estos vacíos pueden complicar el aprendizaje y provocar desinterés.  Enseñar paso a paso, consolidar lo aprendido, y buscar aplicaciones prácticas a conceptos abstractos, pueden contribuir a ayudar a disfrutar de las matemáticas.

Aprender a gestionar la frustración, y a sacar aprendizajes de los planteamientos erróneos

Y es que los errores son una oportunidad para alcanzar el éxito. No es malo equivocarse, ya que se puede aprender y sacar partido del error… Muchos descubrimientos han nacido de un error de cálculo e incluso han supuesto algo mejor que lo que se buscaba.

La metodología del profesorado debe pues poner el foco en que el alumnado asimile que, de un problema normalmente no se va a tener una solución inmediata, sino que lo más probable es que requiera recurrir a todos los conocimientos y experiencias previas, para construir una estrategia que nos lleve a la solución.

Cuando algo no nos produce interés o nos causa temor, es difícil motivar su aprendizaje y evitar su rechazo

Las emociones, las creencias y las actitudes ante esta asignatura influyen directamente sobre el rendimiento. El tipo de metodología del docente influye tanto como una actitud positiva del estudiante. Es fundamental trabajar ambos para evitar que el alumnado experimente bloqueos en la resolución de problemas, desista y atribuya su fracaso a una falta de aptitud matemática, condicionando la elección de su itinerario formativo y a la larga su futuro profesional.

Falsos mitos en torno a las carreras STEM

Hay muchos mitos que causan esa desgana del estudiante hacia las matemáticas: que son muy difíciles, poca motivadoras, conceptos abstractos que no se ven como aplicables a la vida cotidiana, desconexión con otros ámbitos o profesiones que son “de letras”…Se trata de factores socioculturales que tienen como consecuencia un menor interés por carreras, ya que se considera de manera generalizada que las matemáticas son imprescindibles para destacar en ellas.

Sin embargo, en concreto sectores como el tecnológico son muy amplios y están en constante innovación y crecimiento, englobando muy diferentes áreas más allá de la pura programación, como la administración de sistemas, la ciberseguridad, la ciencia de datos o incluso el diseño. Además, en la actualidad se tiende hacia la interdisciplinariedad, creando equipos con profesionales en materias igualmente necesarias como  la psicología, economía, el marketing o la comunicación, que en principio no mostraban una relación directa con la tecnología, o con las temidas matemáticas.

Brecha de género en matemáticas

La brecha de género en matemáticas no es algo que se haya dado en todas las épocas, de hecho se experimentó una fuerte presencia femenina en momentos en los que se consideraban unos estudios dirigidos a la docencia. Pero en las ingenierías, como rama de la matemática aplicada, apenas ha habido tradicionalmente mujeres y es una tendencia que continua actualmente.

Las carreras científicas (de Química a Medicina, pasando por Biología o Psicología) tienen un porcentaje al menos aceptable de mujeres, pero con las matemáticas la cosa cambia radicalmente.

¿El interés por las ciencias de las niñas es mayor que en las matemáticas?

Así lo manifiesta el más reciente informe de TIMSS  (Trends in International Mathematics and Science Study), que evalúa las competencias cognitivas en estas materias del alumnado de 4º de Primaria y 2º de la ESO desde el año 1995

El 31% de las niñas españolas de 4.º afirman que les gustan mucho las matemáticas; pero esa cifra se eleva al casi 42% en los niños (y las diferencias se repiten en la media de la UE y la OCDE). Y cando se pregunta si sienten seguridad al estudiar la materia: solo responde afirmativamente el 21% de ellas frente al 32% de ellos.

Un cambio de perspectiva, para sembrar oportunidades

Son muchas las razones por las que se hace necesario cambiar la perspectiva que se tiene de las matemáticas desde la niñez, motivar el interés y fomentar su aprendizaje. En primer lugar, porque son de utilidad para cualquier disciplina y especialmente para el crecimiento profesional. Nos ayudan a interpretar datos, analizar y evaluar los mismos.

Las matemáticas aportan pensamiento crítico, y capacidad para la resolución de problemas

Además en un mundo cada vez más digitalizado, el mercado demanda y demandará nuevas competencias y habilidades digitales (Tech Skills), vinculadas a los nuevos puestos que se crearán con la transformación digital en que nos encontramos. De hecho, es ya una realidad que existe dificultad para encontrar perfiles con talento digital, para compañías que desarrollan propuestas disruptivas e innovadoras.

De los 10 puestos de trabajo en auge, según el Foro Económico Mundial, al menos ocho corresponden a áreas STEM

Por todo ello, no está de más plantear en nuestras aulas ¿por qué escapar de las matemáticas? Y además reflexionar sobre los factores que influyen en esta huida: metodología de enseñanza, sistema de estudios, entorno motivador, falta de referentes e información sobre las profesiones….

Esto es necesario especialmente para evitar el alejamiento prematuro de la juventud de áreas científicas y tecnológicas, aún apenas sin conocerlas, y que quizás les puedan brindar grandes oportunidades.

 Porque dejar de huir y conocer puede ser el primer paso para enfrentar el miedo y avanzar hacia el futuro


cámara de video grabando a una mujer

Mujeres STEM: de la ficción a la realidad

cámara de video grabando a una mujer

Mujeres STEM: de la ficción a la realidad

23 de septiembre de 2021

La capacidad de los medios de moldear nuestra percepción de la realidad, ha sido corroborada por múltiples estudios. Del mismo modo que la importancia de tener referentes en los que identificarse e inspirarse, a la hora de despertar vocaciones o en la toma de decisiones profesionales. Partiendo de ambas premisas, no es baladí detenerse a analizar la representación de la mujer STEM que se hace desde la pequeña y la gran pantalla. Un retrato, o como indican algunas investigaciones un “mediorretrato”, que no siempre se ajusta a la realidad, pero que a su vez ejerce una fuerte influencia en la juventud a través de películas o series.

De inexpertas a hackers

Sin duda ha habido una evolución cualitativa y cuantitativa en los roles asignados a las mujeres STEM en cine y tv. En primer lugar, los personajes relacionados con la ciencia y la tecnología eran mayoritariamente hombres, prácticamente el doble como mostró en 2018 un trabajo realizado por The Lyda Hill Foundation y Geena David Institute on Gender in Media.

Y cuando aparecían, se mostraba a una mujer inexperta en tecnología, y por supuesto no se solía asociar a trabajos relacionados con aptitudes o habilidades tecnológicas. Algo que cambió en la década de los 80´cuando se creó el arquetipo de “belleza inteligente”. Fue un personaje común, el de científicas o investigadoras, que destacaban por ambas cualidades, como es el caso de las chicas Bond. Sin embargo, se trataba tan solo de una mera presencia en las cintas y no una representación real de las profesiones STEM. Además estas mujeres se mostraban en el rol de buenas profesionales, pero siempre en calidad de asistentes.

Las películas de acción, en las que cobró un importante papel la tecnología, consolidaron este rol de la “mujer hacker”, una especialista en tecnología pero altamente estereotipada.  Como es el caso de Felicity Smoak en ‘Arrow’ o ‘Natalie Portman’ en las diferentes sagas de  Marvel. Introvertida, solitaria, antisistema…así eran Sandra Bullock en La red, Angelina Jolie en Hackers y Trinity de Matrix. La mujer hacker de los últimos años ha consolidado una imagen rebelde y antisocial. La trilogía Millenium, es un ejemplo de protagonista con grandes habilidades en tecnología y con una llamativa estética gótica.

¿Dónde están las informáticas normales? Chicas jóvenes dedicadas a la tecnología sin ese aire siniestro, fricki o antisocial. En las películas que han visto las cuatro últimas décadas desde luego no.

La excepción del efecto Scully

Científica, escéptica e independiente. La Dr. Dana Scully rompió con los estereotipos de la mujer STEM en el año 1993, cuando se estrenó la serie Expediente X. Una excepción que consiguió gran popularidad y marcó a numerosas adolescentes, que gracias a este personaje descubrieron y decidieron dedicarse a la ciencia, la química, la biología o los estudios forenses.

El Instituto Geena Davis desarrolló un estudio, con la ayuda de J.Walter Thompson Intelligence, sobre la representación de los personajes STEM en los medios, en el que se encuestaron a más de 2.000 mujeres estadounidenses, y que tenía como objetivo principal analizar el efecto Scully. Esta heroína fue un modelo a seguir para muchas mujeres, que posteriormente se decantaron por estudiar carreras tradicionalmente asociadas a los hombres. El 63% de las científicas que tenían 12 años cuando se estrenó Expediente X reconocieron que si no hubiera sido por el personaje seguramente no se hubieran dedicado a la ciencia.

El mismo trabajo resaltó los preocupantes estereotipos relacionados con las STEM en los medios: el 65,8% de las mujeres STEM representadas se dedicaban a las ciencias de la salud, mientras que, en campos como la informática, la ingeniería o la física los porcentajes no llegaban al 10%. Y Casi el 43% de los personajes STEM femeninos sacrificaron su vida personal para trabajar en dichas áreas.

imagen del personaje de ficción Scully de Expediente X

Brecha de género TIC en la ficción

Recientemente una campaña publicitaria finlandesa ha llamado la atención sobre la falta de representación femenina en las TIC en la realidad, y los clichés con los que son representadas en la ficción. Su objetivo es concienciar sobre la imagen poco real que se sigue mostrando en la de las mujeres STEM, la cual no ayuda a que las niñas y jóvenes decidan estudiar una profesión en la industria tecnológica.

De la ficción a la realidad” es el nombre de la campaña de la compañía finlandesa TietoEVRY junto con la agencia  TBWA\Helsinki. Está formada por tres anuncios diferentes, que se refieren a personajes ficticios populares del mundo de la tecnología, pero con características estereotipadas. Por ejemplo, en las piezas aparecen Trinity, el personaje de “Matrix”, Lisbeth Salander, la hacker de “Millenium: los hombres que no amaban a las mujeres” o Nyota Uhura de “Star Treck”.

“Las mujeres profesionales de las TIC son dos veces más frecuentes en la ficción que en la vida real. Es hora de hacer de la ficción, una realidad”. Estas son las frases que incluyen los anuncias en las que aparecen los personajes.

Contar con modelos profesionales STEM verdaderos en cine y tv podría animar en lugar de desalentar a las jóvenes, ayudarles  a identificarse más fácilmente con ingenieras o tecnólogas. Dicha representación debería ser realista, identificable y alineada con los valores actuales. En una sociedad en la que la tecnología avanza a pasos agigantados, implicar a las mujeres en la sociedad digital y aprovechar su talento, es fundamental para un progreso y desarrollo igualitario.

3 personajes de ficción mujeres

mujer expone en una sala con más gente mientras sujeta una tablet

Emprendedoras digitales, una minoría solvente y longeva

mujer expone en una sala con más gente mientras sujeta una tablet

Emprendedoras digitales, una minoría solvente y longeva

9 de septiembre de 2021

Las cifras coinciden en todos los países. Se crean menos startups lideradas por mujeres, una tendencia que también se da en el sector TIC. Sin embargo, estas empresas nacidas del emprendimiento femenino tienen mayor supervivencia. Analizamos las razones por las que los proyectos de negocio promovidos por mujeres son minoritarios, pero resultan más solventes y duraderos a la larga que los de los hombres.

Menos empresas femeninas pero con mayor supervivencia

Las empresas lideradas por mujeres, son una minoría. Así lo muestran las cifras de informes elaborados por diferentes entidades como la iniciativa W Startup Community .

Los datos del emprendimiento femenino mejoran, pero la igualdad es aún un reto a alcanzar.

– El 16% de las startups están lideradas por mujeres en España, siendo la media de Europa del 13% según el portal EU-Startups.

– 12% de mujeres TIC en España vs 19% en OCDE.

– Las mujeres en ingenierías representan solo el 24%

– Los hombres representan el 93% del tejido de Venture Capital.

A pesar de ser una minoría estas startups femeninas ¡son unas supervivientes! Fracasan menos, resultan más solventes y longevas.

En el caso de los negocios digitales, el número de emprendedoras es también bajo, situándose en el 14%. Sin embargo, el emprendimiento digital y tecnológico es precisamente el principal motor de creación de valor en la economía en las últimas décadas, por lo que la brecha de género digital supone uno de los principales desafíos para el desarrollo social y económico actual.

Liderazgos dispares

Las causas de estas diferencias entre el emprendimiento femenino y masculino, pueden encontrarse en las distintas maneras de ejercer el liderazgo.

Las mujeres que lideran empresas se caracterizan por:

  • Alta cualificación. Las mujeres que alcanzan puestos de alta dirección suelen estar muy cualificadas y suelen tener experiencia profesional y haber ocupado algún puesto de responsabilidad.
  • Capacidad de gestión y motivación. Las mujeres suelen pensárselo más a la hora de poner en marcha un negocio. Una falta de confianza que se traduce en que cuando emprenden lo hacen con niveles mayores de seguridad y empeño en que su empresa siga adelante.
  • Menor riesgo. Las mujeres suelen guardar más cautela a la hora de tomar decisiones y ser más realistas cuando se trata de números, asumen menos riesgos y tienen más capacidad de análisis.
  • Menos gastos. Las mujeres son más prudentes en cuanto al gasto, y se decantan por realizar pequeñas inversiones y poco a poco.
  • La conciliación como prioridad. Las emprendedoras buscan la conciliación entra el trabajo y la familia, y en muchas ocasiones quieren ser su propia jefa por la flexibilidad que les permite. Los hombres por el contrario, dedican más horas al trabajo.
  • Las mujeres generan ambientes de participación más eficaces y, por tanto, generan mayor retención del talento y empatía en las organizaciones.
  • Una de las cualidades del liderazgo femenino es un mejor rendimiento gracias a su mayor creatividad e innovación en la toma de decisiones.
  • Mayor paridad y diversidad. Las mujeres aportan puntos de vista diferentes para crear productos más diversos, que aportan soluciones a las necesidades sociales y receptivas al pulso del mercado.

Obstáculos para el emprendimiento femenino

Si consiguen buenos resultados  ¿por qué a las mujeres les cuesta emprender?

Estos son algunos de los factores que juegan en contra del emprendimiento femenino:

  • La cultura y educación. La falta de un impulso al emprendimiento desde edades tempranas en la educación frena la vocación empresarial de las mujeres.
  • Los prejuicios pueden hacer que las mujeres sientan más miedo que los hombres a fracasar y crean que tendrán que superar muchas más barreras a la hora de emprender y conciliar.
  • La falta de referentes. Encontrar el camino es difícil si no se tienen ejemplos y casos de éxito cercanos en los que encontrar inspiración y apoyo. Visibilizar a las emprendedoras en un reto para que las mujeres se sientan capaces de sacar adelante su negocio.
  • El acceso a la financiación. Las rondas de financiación e inversores son áreas tradicionalmente masculinas. Las dificultades de encontrar financiación hacen que las mujeres lideren startups más pequeñas. Además, al centrar sus objetivos en el crecimiento profesional, no solo en datos económicos, los convierte en menos ambiciosos y menos atractivos  para los inversores.
  • Mentorización. Contar con redes de mujeres empresarias, donde establecer contactos, encontrar apoyo de expertas y asesoramiento profesional, es vital para las mujeres en su camino emprendedor en un terreno altamente masculinizado.

La diversidad cotiza al alza

Conseguir un equilibrio de liderazgo empresarial entre  hombres y mujeres supone un éxito en materia de igualdad, pero también a nivel económico. Más emprendedoras significa mejores resultados financieros, y en definitiva, el aumento del PIB nacional.

Las empresas más diversas proporcionan soluciones que aportan más valor a sus productos, y mayor rentabilidad. Invertir en empresas que apuestan por el talento y el liderazgo femenino es una opción atractiva por su eficiencia, positiva y enriquecedora para la sociedad en general.

Sin embargo, el éxito radica y depende de muchas causas, es fruto del trabajo de todo un equipo y la mezcla de sus diferentes cualidades. Todo ello bajo un prisma respetuoso, no discriminatorio y diverso.


iconografia de los sexos masculino y femenino

Adiós al mito: hombres de ciencias, mujeres de letras

iconografia de los sexos masculino y femenino

Adiós al mito: hombres de ciencias, mujeres de letras

26 de agosto de 2021

Es comúnmente aceptado que los hombres tienen más talento para las áreas científico-técnicas que las mujeres. Sin embargo, esta opinión arraigada durante siglos en el imaginario colectivo no es más que eso, una creencia que se sustenta estereotipos que, desafortunadamente, sigue influyendo en las que las chicas de hoy tienen de ellas mismas. Y lo que es más grave, en sus decisiones a la hora de elegir estudios. No se trata de medir las capacidades de hombres y mujeres como si de una competición se tratase, pero sí de tener claro si existe algo o nada de verdad en mitos como que a los chicos, por alguna razón biológica, se les dan mejor las matemáticas que a las chicas.

Un cerebro maleable, para adquirir habilidades de chicos o chicas

Gina Rippon, es una neurocientífica que ha pasado décadas rebatiendo el neuroseximo. Es decir, la idea de que de alguna manera, los cerebros de hombres y las mujeres son esencialmente diferentes, y que los niños y niñas pueden estar expuestos a estereotipos de género prácticamente desde que nacen. Estas conclusiones se recogen en su libro «The Gendered Brain», en el que argumenta que no es el cerebro humano el que está intrínsecamente unido «al género», sino el mundo y el entorno en el que crecemos. Para ello, describe muchas de las teorías sobre las diferencias de género como mitos difíciles de destronar que resurgen constantemente.

El cerebro es maleable, se moldea con la experiencia y el entrenamiento, y desde que nacemos hay ciertos comportamientos que se fomentan sutilmente: «Un mundo de género produce un cerebro de género», asegura. Por tanto, “si creemos que existen diferencias profundas entre los cerebros de hombres y mujeres, y que por ello tienen acceso a diferentes habilidades, eso afectará nuestra forma de pensar, y a nuestro concepto de otras personas y su potencial”, advierte Rippon.

Por tanto, nuestros comportamientos y habilidades se van moldeando, estimulando o limitando en ciertas capacidades no innatas. Por ejemplo, si damos a los niños juegos de construcción en lugar de muñecas, desarrollarán un pensamiento lógico que quizás les inclinen hacia ciertas asignaturas y profesiones a la larga. «La comprensión de que cada cerebro es diferente de cualquier otro y no necesariamente en función del sexo del dueño del cerebro es un paso realmente importante en el siglo XXI», insta Rippon

Sin diferencias de género al nacer en habilidades matemáticas

En una investigación publicada en la revista Science of Learning, realizando en  la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, se ratificó que los niños y las niñas tienen en sus primeros años de vida habilidades matemáticas similares. Cuando la comunidad científicas comparó los escáneres cerebrales y las puntuaciones de 104 niños y niñas de entre 3 y 10 años, no encontró diferencias de género en cómo procesaron las matemáticas. También se evaluó la capacidad matemática, y se mostró el mismo interés al ver los vídeos educativos de matemáticas. Sus cerebros procesaron las matemáticas de la misma forma y obtuvieron resultados parecidos en los exámenes.

Las personas responsables del estudio fueron más allá para averiguar si las preferencias tienen que ver con algún factor biológico después de la infancia, y que afecte a su desarrollo cognitivo y a esa brecha de género. Pero se inclinaron en sus conclusiones más por “los estereotipos negativos y otros factores socioculturales que pueden alejar a las niñas y mujeres jóvenes de las matemáticas y áreas científico-técnicas relacionadas”.

No es biología, sino cultura

Otros trabajo más que niega la existencia de ese presunto “gen matemático”, es un estudio que analizó datos de niños y niñas de 86 países diferentes. Sus autores, Jane Mertz of the University of Wisconsin-Madison and Jonathan Kane of the University of Wisconsin-Whitewate, afirman que  “la brecha matemática-género se debe a factores socioculturales que difieren entre países, y que estos pueden modificarse». Según la investigación, «aparentes brechas de género son en realidad solo disparidades en la educación y las expectativas culturales, sin evidencia de algún mecanismo biológico más profundo”.

Mertz y Kane concluyeron como regla general que, a mayor igualdad no solo se elimina la brecha de género, sino que también mejora la puntuación en las pruebas. Los países donde las mujeres tienen una alta participación en la fuerza laboral y tienen salarios comparables a los de sus homólogos masculinos, generalmente tienen las puntuaciones matemáticas más altas. Es decir que “en cuanto a logros matemáticos la equidad de género es una situación en la que todos ganan», concluyeron.

A nivel mundial, las titulaciones futuras más demandadas serán las relacionadas con las titulaciones STEM y, en este sentido, la mujer está en clara minoría y desventaja, influida como hemos visto por ciertos mitos o estereotipos que las alejan de estas áreas. Una brecha de género vital, dada la importancia que estos sectores tienen en la actualidad y el carácter todavía más relevante que van a tener en un futuro cercano en la llamada cuarta revolución industrial. Por ello, es vital tomar las medidas necesarias para desterrar falsas creencias y transmitir a las jóvenes, que por naturaleza tienen iguales capacidades y por tanto las mismas oportunidades para desarrollar la carrera que deseen. Nadie está condicionado biológicamente para una carrera o profesión, y por tanto será su decisión o sus preferencias personales tomadas libremente, las que determinen su destino, de ciencias o de letras. 


mujer en laboratorio manejando diferentes dispositivos

¿De qué hablamos cuando nos referimos a las STEM?

mujer en laboratorio manejando diferentes dispositivos

¿De qué hablamos cuando nos referimos a las STEM?

12 de agosto de 2021

En los últimos años, el acrónimo STEM se ha popularizado en todo el mundo para referirse a ciertas disciplinas científico-técnicas y a la educación en las mismas. Sin embargo, al igual que la ciencia y la tecnología evolucionan de forma constante, también lo hacen los términos  para referirse a ciertos campos o enseñanzas esenciales para ayudar a las nuevas generaciones a afrontar los retos de la 4ª Revolución Industrial. En este post nos proponemos llamar a las cosas por su nombre, conocer las acepciones más comunes en torno a las STEM y, por supuesto, de forma inclusiva y desde una perspectiva de género.

El acrónimo STEM

En primer lugar no nos ha de sorprender que cuando buscamos el término STEM en los principales buscadores, aparece asociado al mismo el de CTIM. Estas siglas hacen referencia a las disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Es el equivalente en español de STEM, ​ el acrónimo en inglés de Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Un término utilizado sobre todo en Europa y EE.UU pero que también tiene su equivalente en otros idiomas como en alemán, en el que el acrónimo equivalente es MINT, de Mathematik, Informatik, Naturwissenschaft y Technik.

Una vez aclaradas estas cuestiones idiomáticas, teniendo en cuenta que  el alcance de las STEM puede variar según la organización que realice su definición, la generalidad es que todas las definiciones coinciden en señalar sus beneficios, ya que estas disciplinas son consideradas como fundamentales para las sociedades tecnológicamente avanzadas.  Suponen una mayor competitividad y de cara al futuro, una mayor prosperidad económica y capacidad de crecimiento sostenido.

Pero para entender por qué es tan necesaria la enseñanza de estas áreas, es importante tener en cuenta el amplio y diverso papel que desarrollan los campos que conforman las STEM. La “S” de ciencia, abarca problemas como el calentamiento global, cambio climático o la medicina. La “T” de tecnología va desde las computadoras hasta la era digital con Inteligencia Artificial y programación. La “E” de ingeniería se refiere a infraestructuras, diseño de edificios, ciudades y puentes. Por último, la “M” de matemáticas, abarca desde economía, contabilidad, inversiones e impuestos, analistas y hasta criptógrafos.

Un poco de historia

El término STEM se atribuye al matemático Seymound Papert, cuando en la década de los 80´lo empleó al construir uno de los primeros juguetes con programación incorporada, el Lego-Logo.

Más tarde en los 90´ el término original SMET fue acuñado por la National Science Foundation (NSF), pero sus siglas fueron de nuevo reorganizadas para dar lugar en el 2001 al acrónico actual que se ha extendido a muchos países.

Una década más tarde, el término cobró protagonismo para destacar la importancia de la necesidad de invertir en un nuevo modelo educativo en ciencias, y se inició su inclusión en el currículum educativo a nivel global. Un sistema interdisciplinar, basado en estimular los procesos de investigación científica para el aprendizaje conjunto y de forma práctica de conceptos de Matemáticas, Ciencias y Tecnología, dentro de un proceso de diseño y resolución de problemas, tal y como se hace en la ingeniería.

En definitiva, la educación STEM hace referencia a un nuevo enfoque educativo, con el propósito de garantizar la transversalidad del proceso de enseñanza-aprendizaje a través de disciplinas que en la sociedad actual se consideran imprescindibles. Y desde una perspectiva creativa y enriquecedora, que complementa los contenidos científicos a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

De STEM a STEAM

En los últimos años el término STEM se ha ampliado dando lugar a otras vertientes como el término STEAM donde la “A” es para las Artes. Un avance hacia ese enfoque de multidisplinariedad, en el que se hace hincapié en la creatividad, el pensamiento libre y el pensamiento crítico.

O también el denominado ST2REAM, donde “T2” es enseñanza o instrucción temática (teaching o thematic instruction, en inglés), “R” por Lectura (reading) y “A” por artes.

Por último el acrónimo STEM se está cambiando por PECS (Physics, Engineering, Computer, Science), ya que mientras la proporción hombre-mujer entre las especialidades universitarias en biología, química y matemáticas es más igualitaria, en física, ingeniería e informática (PECS) el porcentaje entre hombres y mujeres parece haberse estancado en aproximadamente 4 a 1.

Aun así, pese a sus matices o diferencias, todos estos términos comparten la misma premisa: que los estudiantes aprendan sobre pensamiento crítico, resolución de problemas, creatividad, innovación, investigación, colaboración y liderazgo.

Igualdad de género en las STEM

A lo largo de la historia, desde el Antiguo Egipto, pasando por la Edad Media hasta nuestros días, las mujeres dedicadas a las STEM han permanecido en minoría y en un segundo plano. La UNESCO se plantea como objetivo principal, la igualdad de género en el ámbito de las STEM, y acabar con los numerosos obstáculos y cánones sociales que dificultan la educación y su calidad para las niñas. En las carreras relacionadas con las STEM, el 35% del alumnado son mujeres. Y sólo el 3% de las estudiantes de la educación superior, por ejemplo, escogen realizar estudios en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Se necesita dar respuestas intersectoriales e integrales que permitan la participación de las niñas y las mujeres en la búsqueda de soluciones para hacer frente a los desafíos actuales y futuros. La brecha de género resulta alarmante cuando se considera que, en general, las carreras vinculadas con las STEM constituyen los empleos del futuro, la fuerza motriz de la innovación, del bienestar social, del crecimiento inclusivo y del desarrollo sostenible. Empoderar a las niñas y las mujeres para que estudien y cursen carreras en el ámbito de las STEM, constituye pues un imperativo urgente.


manos de una niña jugando a la consola

Niñas gamers de hoy, futuras mujeres STEM del mañana

manos de una niña jugando a la consola

Niñas gamers de hoy, futuras mujeres STEM del mañana

22 de julio de 2021

Las generaciones que crecimos a la par que las primeras consolas, escuchamos en más de una ocasión aquello de “jugar con videojuegos es una pérdida de tiempo”. La desconfianza ante los nuevos dispositivos y su adicción, así como los posibles efectos dañinos derivados de un uso poco responsable o excesivo, eran sentimientos comunes en las familias. Pero todo esto está cambiando, y los videojuegos comienzan a ser percibidos como útiles herramientas para despertar el interés por la tecnología en la juventud y, especialmente, para atraer a las chicas hacia las vocaciones STEM.

Diversos estudios apuntan a que los videojuegos pueden servir como puerta de entrada de las jóvenes hacia ámbitos técnicos. Esto se debe a que los videojuegos desarrollan unas habilidades cognitivas y una relación con la tecnología, que son claves para el acercamiento a las STEM, llamadas así en referencia a las siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.

En concreto, un informe elaborado por la Universidad de Surrey y la British Academy  concluyó que las chicas gamers, tienden más a realizar carreras STEM. Según el trabajo titulado “El comportamiento de las chicas jugadoras de videojuegos y la selección de estudios”, las chicas de trece y catorce años que invierten una media de nueve horas semanales jugando a videojuegos, son hasta tres veces más propensas a acabar en este tipo de carreras técnico-científicas. Por el contrario, las adolescentes que no juegan videojuegos tienen cuatro veces más de probabilidad de no ir a la universidad.

El citado trabajo también menciona el hecho de que el cien por cien de las estudiantes de estos grados STEM se identificaban como gamers. Razones por las que el estudio destaca la importancia de identificar a estas chicas gamers desde edades tempranas para animarlas a realizar formación universitaria científico-técnica.

Casi la mitad de los gamers en España (46%) son mujeres

Si bien existen factores de nivel socioeconómico asociados con el uso de videojuegos, sí que existe tradicionalmente una diferenciación de juegos según el género, y los videojuegos se encuentran entre aquellos que son “más de chicos”. La exclusión de las mujeres en ciertos tipos de juegos de construcción, de fuerza o de coordinación, es una práctica cultural que recae y es responsabilidad de familias y educadores.

Una visión que está poco a poco cambiando, y como muestra el Anuario 2020 de la AEVI, la Asociación Española de Videojuegos, el número de mujeres gamers crece en España cada año. En 2020, la comunidad de usuarios ascendió hasta alcanzar prácticamente los 16 millones de videojugadores, de los cuales alrededor del 54% son hombres y el 46% son mujeres.

infografia perfil de jugadores de videojuegos españoles

Un público femenino que consume mucho contenido online, por lo cual se convierte en un objetivo interesante para muchas marcas. Sin embargo, aunque sean muchas las consumidoras, según el Libro Blanco de las mujeres en el ámbito tecnológico 2019, la presencia de la mujer aún se encuentra muy poco representada en escenas competitivas de alto nivel, ya sea a nivel nacional o mundial, y existen pocas referentes gamers a quienes recurrir a modo de ejemplo o inspiración.

Iguales habilidades, mismas oportunidades

Niños y niñas son iguales ante los videojuegos, no hay diferencia en sus capacidades, y cada vez son más las chicas que se acercan a esta forma de ocio que puede abrirles la puerta a disciplinas TIC.

Fomentar el desarrollo de esas competencias digitales a través de los videojuegos, facilita llegar ser parte de un sector que se encuentra en pleno auge y una industria floreciente con aplicaciones en cada vez más áreas. El acercamiento y una relación de confianza con las tecnologías desde edades tempranas, pueden tener un papel muy importante en la vida de las chicas, porque las gamers de hoy pueden convertirse en las futuras ingenieras o tecnólogas del mañana.

Si quienes estudian carreras STEM muy probablemente también son gamers, entonces no es mal propósito ofrecerles información a todas y muy especialmente a estas jóvenes, sobre las formaciones universitarias técnico-científicas y sus posibilidades profesionales. Hacer ver a las niñas que en el mundo de las ciencias y la tecnología ellas también tienen un lugar lleno de oportunidades, es una cuestión educativa desde el ámbito doméstico, las instituciones y el sector académico. Pero también es labor de la industria, porque está en sus manos despertar su interés y crear productos atractivos para ellos y ellas.  El sector las necesita y quizás, la manera más fácil de mostrárselo, sea precisamente a través de un videojuego.


chica sostiene un libro abierto

Libros de texto sin referentes femeninos, educar y aprender con sesgos de género

chica sostiene un libro abierto

Libros de texto sin referentes femeninos, educar y aprender con sesgos de género

8 de julio de 2021

Los cuentos infantiles tradicionales con los que crecemos y educamos a generaciones, son una fuente inagotable de estereotipos de género. Actualmente, las películas infantiles cada vez tienen más en cuenta estos sesgos para evitar reproducirlos, aunque todavía existen excepciones. Por otra parte, la publicidad es otro de esos ámbitos donde se empieza a cambiar la visión de los roles del hombre y la mujer: las empresas saben el coste millonario que puede suponer tener que retirar una campaña sexista, así como el efecto dañino para la imagen y valores de la propia marca. Y es que cada vez más, las personas son capaces de identificar estas imágenes estereotipadas cuando ven una película, leen un periódico o les asaltan en un anuncio publicitario.

¿Pero qué pasa con las mujeres en los libros de texto? Si bien se han producido avances en cuanto a formas inclusivas y no discriminatorias, todavía queda camino que recorrer en cuanto al contenido. Ya desde edades tempranas, el material didáctico es un elemento clave en la superación de roles asociados. Se necesitan matemáticas, físicas, ingenieras o tecnólogas, como referentes en la escuela durante la etapa de la niñez y la juventud en la que se forjan las vocaciones.

¿Somos lo que leemos?

La familia, la sociedad y la educación contribuyen a conformar valores y patrones de comportamiento desde nuestra más tierna infancia. En la escuela, los libros de texto tienen un gran peso como recurso básico en la transmisión de conocimientos. Sin embargo, la historia que se cuenta en estos libros y cómo es contada, dejan en la sombra los logros de mujeres de forma sistemática.

Un fenómeno sobre el que alertó la campaña #NoMoreMatildas a comienzos de año: científicas, informáticas e investigadoras permanecen ausentes, perpetuándose estereotipos de género que perviven y se transmiten a las nuevas generaciones con un fuerte impacto en las vocaciones de las chicas en estas áreas.  La falta de referentes femeninos y el impacto que tiene en las aspiraciones profesionales de las niñas, se traduce en una menor presencia en las carreras STEM.

Formar personas, sin roles ni jerarquías

Educar brindando igualdad de oportunidades, para el desarrollo integral de las personas y de todas sus potencialidades, desde el respeto y valorando las diferencias. Con este objetivo, existen diferentes corrientes educativas, entre ellas la coeducación que se propone potenciar un modelo válido para todos los géneros.

Pero para ello, se necesita un material didáctico adecuado que, a pesar de haber mejorado en las sucesivas reformas educativas en cuanto a igualdad, todavía persiste en tópicos y un claro desequilibrio en la representación del género masculino y femenino. Se han dado pasos, pero lograr el equilibrio en los referentes femeninos y masculinos que se muestran en los libros de texto es una de las principales reivindicaciones de la coeducación.

Así lo manifiestan estudios como el de Ana López-Navajas (Universidad de Valencia), ‘Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO: una genealogía de conocimiento ocultada’, que concluyó que solo el 7,5% de las referencias aparecidas en los 115 libros analizados de 19 asignaturas hacían mención a mujeres. Entre ellos, los que menos incluían eran los de materias como Física y Química o Ciencias Sociales.

Faltan científicas, informáticas y tecnólogas referentes en las aulas

La administración está llevando acciones para fomentar la igualdad y velar por la presencia de las mujeres en el ámbito educativo. En Andalucía, por ejemplo, se dispone de una lista con recomendaciones para selección y elaboración de materiales didáctico con el objetivo de que en los libros las mujeres ocupen el espacio que les corresponde. Por su parte, las editoriales se están poniendo manos a la obra para garantizar un uso inclusivo del lenguaje, evitar estereotipos y roles de género, promocionar la corresponsabilidad, e incorporar referentes femeninos. La comunidad educativa también está cada vez más sensibilizada, pero es fundamental su implicación para la elección de un material más igualitario, y para el desarrollo de dinámicas en el aula que fomenten tanto la visibilidad de las mujeres como nuevos modelos de masculinidad.

Equidad y diversidad entre líneas

Es importante destacar que, de manera generalizada, está bastante asumido que es necesario un cambio, existiendo una conciencia colectiva cada vez mayor de cómo influyen los estereotipos de género y la ausencia de referentes femeninos.

No se trata de forzar una representación femenina no real, sino de ofrecer un nuevo enfoque y mostrar la variedad y posibilidades con las que cuentan las niñas, que son capaces y libres de elegir aquello que quieran ser. Y, para ello, se necesita que los libros de texto aborden los contenidos desde una perspectiva de género y atendiendo a una realidad diversa.

En definitiva, el sistema educativo, al igual que la familia y la sociedad en general, debe contribuir a eliminar estereotipos de género asociados a determinadas vocaciones y profesiones. Y en concreto los libros de textos son herramientas ideales para ampliar nuestra visión de la historia y de nuestro mundo de hoy, que formará la sociedad del mañana. Las niñas necesitan encontrar entre sus páginas más modelos de mujeres investigadoras, ingenieras o tecnólogas en los que identificarse y reconocerse, incluyendo estas referentes en los contenidos de todas las asignaturas que aprenden en la escuela.


mujer interactuando con unas ganas de realidad virtual

Mujeres en las TIC, hackeando estereotipos

mujer interactuando con unas ganas de realidad virtual

Mujeres en las TIC, hackeando estereotipos

24 de junio de 2021

No tienen razón de ser, ni responde a hechos científicos demostrados, pero es una realidad que existen ideas generalizadas y arraigadas en torno a los roles del hombre y la mujer. Prejuicios o pensamientos preconcebidos sin ninguna justificación, pero extendidos y asumidos por la gran mayoría de la sociedad. Son los denominados estereotipos de género, que influyen también en la visión de los profesionales de cada sector, y entre ellos, el de los hombres y mujeres del ámbito TIC. Identificar dichos estereotipos, reconocerlos e invertirlos, es un primer gran paso en la carrera contra la brecha de género.

¿Dónde nacen los estereotipos?

De modo inconsciente atribuimos rasgos, creencias, actitudes o comportamientos tradicionalmente relacionados con los hombres o las mujeres. Desde que nacemos, aprendemos y reproducimos estos patrones de género que conforman el imaginario colectivo de la comunidad en la crecemos y que provocan los denominados sesgos.

No tienen que ser obligatoriamente negativos, pero marcan roles desde la infancia, generando a la larga situaciones de desigualdad y discriminación. La coeducación desde edades tempranas, es pues la principal herramienta para el cambio y la igualdad, desde el hogar, la familia y la escuela.

“Eso no es para chicas”

Como vimos en el post “Educar a niñas imperfectas y mujeres valientes”, a los niños y niñas se les educa de forma diferente, por ejemplo en cuestiones vitales como la manera de enfrentar los retos y afrontar el fracaso. De los niños se espera que sean traviesos y enérgicos, y de las niñas frágiles y responsables. Ya de mayores se asocia a los hombres con cualidades como la valentía, la racionalidad y la fortaleza; mientras a las mujeres se las considera como más inestables y preparadas de forma innata para la atención y el cuidado de la familia.

Estos conceptos se repiten y asientan generación tras generación, se aceptan de forma natural, y limitan las opciones de desarrollo personal. Se coartan las potencialidades de las niñas, que aprenden que no se espera lo mismo de ellas que de los niños, y se canalizan sus intereses hacia determinadas carreras y profesiones.

Estereotipos de género en las TIC

Cuando pensamos en una persona matemática o científica, lo primero que viene a la mente de la mayoría es la imagen de un hombre, con bata blanca y gafas de pasta. El sector científico y tecnológico no es, ni mucho menos, ajeno a esta influencia de los estereotipos de género.

Como vimos en el post “Brecha de género juvenil, una cuestión de confianza tecnológica” es ya en esos primeros años de juventud donde la confianza tecnológica de los chicos y chicas puede facilitar una mayor identificación con profesiones tecnológicas y determinar las vocaciones hacia estas áreas.

Las jóvenes eligen minoritariamente carreras TIC, y cuando lo hacen se enfrentan a ser pocas en las universidades, ya que en estos estudios existe una mayoría masculina. Demostrar su valía es una constante en estas carreras con fama de complicadas, y con estereotipos como que son profesiones solo para mujeres diferentes, empollonas o con un factor de inteligencia destacado, frikis, introvertidas, y poco sociables.

Los micromachismos durante la etapa de formación se trasladan al ámbito laboral, donde tampoco es fácil destacar y avanzar profesionalmente. “La maternidad impide que las mujeres se centren en su trabajo”, “la mujer no tiene la suficiente autoridad para ocupar cargos directivos”, “los hombres modernos se dedican al hogar”… Estos son solo algunos ejemplos de conceptos estereotipados que reproducen sesgos de género.

Pese a ser baluarte de modernidad y vanguardia, con unas profesiones que cuentan con las características idóneas para el teletrabajo, la conciliación, etc., el sector TIC muestra actualmente unos datos que demuestran que persiste la desigualdad en cuanto a la presencia femenina y el acceso a puestos de liderazgo. Mujeres científicas, informáticas, programadoras, ingenieras, tecnólogas… Que rompen con los esquemas establecidos, y demuestran su capacidad para desarrollarse en estos ámbitos, ampliando la imagen generalizada de la mujer que se tiene en las áreas STEM. Poco a poco con su trabajo, contribuyen en la misión de hackear estereotipos establecidos y a reprogramar como referentes, nuevos modelos y la visión que tiene el mundo de la mujeres en las TIC.