#8M Por un futuro igualitario tras la pandemia

#8M Por un futuro igualitario tras la pandemia
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, girará este año en torno al lema “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”. En esta efeméride se homenajeará pues a las mujeres que se encuentran en primera línea de la crisis de la COVID-19, como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias. Así como también a aquellas mujeres que han liderado eficazmente la lucha contra la pandemia, pero que permanecen invisibles a la luz pública. Y es que esta crisis ha puesto de relieve la importancia de las contribuciones de las mujeres, pero también las cargas desproporcionadas que soportan y que se hacen aún mayores en momentos difíciles.
Mujeres que marcan la diferencia en tiempos de crisis
Pronto se cumplirá un año desde que la OMS declaró la pandemia de la COVID-19. En este tiempo muchas mujeres han ocupado un papel fundamental en esta batalla. Han capitaneado equipos formados mayoritariamente por mujeres, atendiendo a los enfermos, investigando y desarrollando tratamientos médicos.
La portuguesa Elisa Ferreira, Comisaria Europea de Cohesión y Reformas, rindió así homenaje recientemente a estas «heroínas», y llamó a mantener esa «resiliencia» para salir juntas de esta situación.
«Las mujeres están siendo un eslabón muy fuerte para aguantar una sociedad y una economía en un periodo tan difícil»
Las mujeres conforman el 70% del personal que trabaja en el sector sanitario y de asistencia social. Sin embargo, pese a constituir la mayoría del personal de primera línea, existe una representación inadecuada de las mujeres en los espacios de política nacionales y mundiales relacionados con la COVID-19.
Protagonistas invisibles de la lucha contra el COVID-19
Las mujeres han demostrado sus habilidades y conocimientos para liderar de una manera efectiva los esfuerzos de respuesta y recuperación ante la COVID-19. Cada vez se acepta más que las mujeres aportan experiencias, perspectivas y habilidades diferentes y necesarias, que contribuyen de manera indispensable en los procesos de toma de decisiones para dar forma al futuro post pandémico.
Pero dicha relevancia no tiene su reflejo en los medios de comunicación. Así lo manifiestan estudios como The Missing Perspectives of Women in COVID-19 News, que ha analizado la presencia de mujeres como expertas y protagonistas, así como la proporción de historias con dimensión de género, en la cobertura sobre la pandemia en seis países (India, Estados Unidos, Reino Unido, Kenia, Nigeria y Sudáfrica). En resumen la presencia femenina es mucho menor que la de los hombres.
Un sesgo de género detectado en los medios, que también ha sido denunciado por un grupo de científicas que ha publicado una carta en la que reclaman ser escuchadas y tenidas en cuenta tanto en la esfera política como informativa.
“Estamos frustradas porque nuestro trabajo está siendo pasado por alto y tergiversado en los medios. Estamos agotadas sabiendo que, después de que todo esto termine, tendremos que luchar para reclamar el terreno profesional que se nos escapa durante esta emergencia”
Perspectivas de género para un futuro igualitario
A raíz de la pandemia del COVID-19, han surgido nuevos obstáculos que se suman a los de carácter social y sistémico que persistían antes y que frenan la participación y el liderazgo de las mujeres.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ha publicado que la mujer durante la pandemia además de haber perdido salud, bienestar social y economía en todo el mundo, se ha tenido que enfrentar a mayor responsabilidad en el hogar, mayor riesgo de pérdida de empleo y de ingresos económicos, mayor riesgo de violencia y abuso o explotación. Desde la perspectiva de género la mujer ha quedado más sobrecargada que nunca de trabajo y responsabilidad.
“Para defender los derechos de las mujeres y aprovechar plenamente el potencial de su liderazgo ante una crisis, se deben integrar las perspectivas de las mujeres y las niñas en toda su diversidad, en todas las etapas de la respuesta y la recuperación ante una pandemia”. ONU Mujeres
Un escenario para visibilizar nuevos modelos de referentes
Las situaciones de crisis agrandan las desigualdades de género ya existentes. El sector TIC no ha sido ajeno a este fenómeno en un momento en el que la tecnología ha sido esencial, nos ha permitido mantener el contacto con los nuestros, teletrabajar, formarnos, y seguir haciendo nuestras vidas manteniendo las distancias de seguridad.
En nuestro país, han sido muchas las científicas, tecnólogas e investigadoras, protagonistas en la lucha contra el COVID-19. De hecho, ellas suman el 36% de los puestos en el CSIF y lideran más del 50% de los estudios sobre el virus.
Nos encontramos por ello ante una gran oportunidad para ampliar los modelos que se tienen de la mujer, visibilizar referentes femeninos a las próximas generaciones, y demostrar la importancia de aprovechar el potencial de las mujeres para el desarrollo de nuestra sociedad. Todas estas mujeres que han estado en primera línea plantando cara al coronavirus, son un ejemplo y una inspiración para las niñas de hoy. Niñas cuyas madres a pesar de afrontar situaciones de desigualdad, han estado al frente del cuidado de sus familias, teletrabajando o investigando por un futuro mejor.
Es momento de repensar el futuro para afrontar el nuevo escenario post pandémico. Por un futuro más igualitario en el que se cuente con el talento y la capacidad de liderazgo de las mujeres.
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*Fuentes:
https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/11/announcer-international-womens-day-2021
Educar a niñas imperfectas y mujeres valientes

Educar a niñas imperfectas y mujeres valientes
Hace unos días se celebró en todo el mundo el “Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia”. Una cita conmemorada “con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia, para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas”.
Una fecha para dar visibilidad a referentes en estas áreas y romper con prejuicios y estereotipos de género que, arrastrados desde hace mucho años, continúan sorprendentemente a día de hoy suponiendo barreras que mantienen a niñas y mujeres significativamente alejadas de estos sectores TIC. Y eso sucede aun suponiendo la mitad de la población mundial y, por tanto, desaprovechando la mitad del potencial.
«Para hacer frente a los inmensos desafíos del siglo XXI –desde el cambio climático hasta los trastornos tecnológicos– nos hace falta la ciencia y toda la energía necesaria y, por ello, el mundo no puede privarse del potencial, la inteligencia y la creatividad de los miles de mujeres que son víctimas de desigualdades o prejuicios tan arraigados”.
Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia
¿Por qué las niñas se alejan de la ciencia y la tecnología?
Todos los estudios coinciden en señalar que no se trata de una cuestión de habilidad, sino de factores culturales, sociales y educativos más profundos y arraigados heredados del patriarcado. En la infancia niños y niñas se relacionan de igual manera con la ciencia y la tecnología, e incluso las chicas suelen sacar mejores notas que los chicos en todas las materias, incluyendo matemáticas y ciencias. El problema no viene de ellos o ellas, sino de cómo se les educa de forma diferente a enfrentar los retos y a afrontar el fracaso.
“Cuando los chicos tienen problemas con una tarea, dicen al profesor: hay un problema con mi código. Las chicas por el contrario afirman: profesor, hay un problema conmigo».*
Tradicionalmente se ha transigido mucho más en los “juegos de niños”, permitiéndoles asumir más riesgos, saltando, brincando…si tropiezan no pasa nada, son “cosas de chicos”. No se les deja mostrarse vulnerables, y por el contrario se les premia su carácter valiente y aventurero. Sin embargo a las niñas se les recompensa su mesura, se le elogia por ser bonitas y responsables, deben jugar pero de forma segura, “sin mancharse” y sacando buenas notas.
Se limitan así las potencialidades de las niñas, que aprenden que no se espera lo mismo de ellas que de los niños. Ellas disminuyen así su autoestima y autoconfianza mientras ellos aprenden que pueden conseguir lo que se propongan con esfuerzo y esto actúa como un refuerzo positivo de su autoestima. Estas exigencias pueden ser causa de inseguridades, temor al fracaso e incluso frustración con el tiempo. Y así, la tendencia es que al final las niñas eviten tomar riesgos, lo que se traduce en no salirse de “lo establecido”.
El proceso de aprendizaje se basa en la experimentación, ensayo y error, y en los primeros años de vida niños y niñas tienen que vivenciar experiencias que ayuden a construir su personalidad y a afrontar la toma de decisiones. Si, como ocurre tradicionalmente en el caso de las niñas, no se han atrevido a trepar a un árbol y caerse, o experimentar el fracaso de suspender una asignatura, y para colmo no encontramos referentes científicas o ingenieras en nuestros libros de texto ¿Cómo se van a inclinar de adultas por elegir una carrera con fama de complicada, masculinizada y en la que solo hay una minoría de mujeres? Que por cierto, siendo a menudo las más listas de la clase, no están visibilizadas o lo están con una imagen social de frikis o empollonas.
Educadas para la seguridad y la perfección
A las chicas se les educa para ser madres, excelentes profesionales y además a estar siempre perfectas. El temor a no estar a la altura, a no ser capaces, a fallar, y a no poder llevar hogar y trabajo delante de forma impecable, inclina a las mujeres a hacer lo que siempre se ha esperado de nosotras, a permanecer en nuestra zona de confort para no defraudar, a la prudencia y a la autoexigencia por la perfección ¿Por qué tenemos que ser SuperWoman y no mujeres normales?
“Los hombres solicitan un empleo si cuentan con solo un 60% de las cualificaciones, pero las mujeres, lo solicitan solo si reúnen el 100% de las cualificaciones”.*
Para elegir con libertad, sin prejuicios o estereotipos, para que la sociedad cuente con mujeres valientes, se necesita educar en igualdad a niñas imperfectas, que no teman hacer frente a sus temores, a cometer un error o al fracaso y que, además lo entiendan como una oportunidad de aprendizaje. Cualidades fundamentales para desarrollar profesiones STEM basadas en el aprendizaje por prueba o error, en las que hace falta errar, porque equivocarse es un paso más para prosperar y alcanzar el éxito.
Educar desde la familia y la escuela es fundamental para que ellas igual que ellos, se puedan sentir cómodas con su imperfección, permitiéndose innovar, ser diferentes, elegir con valentía su futuro, y no lastradas por clichés. Porque la perfección no existe. Tenemos una gran oportunidad por delante, estamos en el pleno desarrollo de unas nuevas profesiones TIC que no cuentan con la historia del patriarcado, con la masculinización de los puestos de trabajo. Pero tenemos que mostrar que es una realidad, dar a conocer cómo se necesita del talento femenino para el avance no solo de las mujeres, sino de la propia sociedad y del sector. Es el momento de sustituir el “deber ser” por el “querer ser” y el “querer es poder”.
“Tenemos que enseñarles a ser valientes en las escuelas y al principio de sus carreras, cuando hay más potencial de impactar sus vidas y las vidas de otros, y tenemos que mostrarles que las vamos a amar y a aceptar no por ser perfectas sino por ser valientes”.*
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* Citas de Reshma Saujani, Fundadora de «Niñas que codifican» (Girls Who Code)
Mujeres, ciencia y techos de cristal
Mujeres, ciencia y techos de cristal
La reciente toma de posesión de Kamala Harris, estuvo cargada de simbolismo. Entre otros titulares ocupó portadas como “la vicepresidenta que rompe techos de cristal”. Se convirtió en la primera mujer en jurar dicho cargo, además de ser la primera persona negra y de origen asiático en ser número dos de la Casa Blanca. Pero además, con un vídeo en las redes sociales antes de la toma dedicado a “las mujeres que vinieron antes”, Harris puso el foco en su madre científica, a quien agradecida dedicó un reconocimiento y atribuyó su logro.

Shyamala, la científica que crió a una vicepresidenta
Gracias a este gesto el mundo entero descubrió a Shyamala Gopalan Harris, quien a los 19 años emigró a Estados Unidos desde la India, consiguió ser una brillante científica y dar un magnífico ejemplo a sus dos hijas. Una madre soltera que fue capaz de sacar adelante la crianza, la lucha por obtener un puesto de profesor titular y su participación en una investigación pionera sobre el cáncer de mama.
Investigadora y mujer, la carga adicional de ser madre
Su legado fue un modelo a seguir, como el de muchas otras madres apasionadas por su trabajo y también por sus hijos. Y que asumen con normalidad sus sacrificios por compatibilizar con malabarismos el cuidado del hogar y su carrera, o en muchas ocasiones se sienten culpables cuando roban tiempo de estar con su familia para intentar ascender en su profesión.
Un legado de coraje y perseverancia
Shyamala ha conseguido servir de inspiración, y será recordada por miles de mujeres por su perseverancia y coraje para seguir adelante. Ahora le toca el turno a su hija, que ha marcado un hito y contribuirá a dar un paso más para que las niñas puedan crecer sin techos, barreras o prejuicios que les impidan llegar donde quieran.
Pero aunque ha habido muchos cambios y factores que por supuesto han mejorado desde que Shyamala llegó a EEUU, los últimos datos no son buenos, cada vez hay menos científicas, matemáticas e ingenieras. La brecha de género se teme que tras la pandemia aumente dichas desigualdades. Y en consecuencia existe el riesgo de que se pierda mucho talento femenino en esta generación.
I’m here today because of the women who came before me. pic.twitter.com/ctB9qGJqqp
— Kamala Harris (@KamalaHarris) January 20, 2021
Un mensaje inspirador para el futuro
Harris además de mirar al pasado y agradecer las oportunidades que se le brindaron para cumplir su sueño, no olvidó lanzar un mensaje esperanzador hacia el futuro. «Soy la primera vicepresidenta pero no seré la única», dijo en el mes noviembre en el discurso tras su designación oficial en la candidatura demócrata. Así sea, y veamos a muchas madres y a sus hijas, elegir con libertad y sin renuncias, alcanzar sus metas.

Nos sumamos a #NoMoreMatildas

Nos sumamos a #NoMoreMatildas
Si Einstein hubiese sido mujer, la historia de las científicas ausentes
“¿Te imaginas que hubiera pasado si Einstein hubiese sido mujer? Pues que probablemente hoy no sabríamos quien es Einstein, y es que los méritos de sus descubrimientos se los habría llevado algún compañero de investigación”.
Con esta cuestión y esta llamada a la reflexión comienza el vídeo de la campaña #NomoreMatildas, que se ha convertido en viral en las últimas semanas. Una original propuesta de la la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) con el apoyo de la Oficina del Parlamento Europeo en España, para dar a conocer el ‘Efecto Matilda’.
Matilda Joslyn Gage, activista de los derechos de las mujeres fue la primera en exponer el fenómeno que ningunea los logros de las científicas. Denominar ‘Efecto Matilda’ a esta tendencia fue idea de Margaret W. Rossiter, historiadora de la ciencia.
La iniciativa se propone contribuir a dar visibilidad a las mujeres científicas que a lo largo de la historia han quedado relegadas a un segundo plano, perpetuando estereotipos de género aún muy vigentes hoy.
El efecto Matilda, no es cosa del pasado
Desafortunadamente, el efecto Matilda es un fenómeno del presente, no solo del pasado. De hecho, la campaña llama la atención sobre “la falta de referentes femeninos y el impacto que tiene en las aspiraciones profesionales de las niñas, que se traduce en una menor presencia en las carreras STEM”.
Según la Unesco, las mujeres suponen el 28% del alumnado en carreras científicas en el mundo. En nuestro país, la presencia de chicas en estos estudios, no aumenta sino que se está reduciendo en los últimos años en áreas clave para el desarrollo tecnológico, como la ingeniería informática y las matemáticas. Las profesiones del futuro siguen sin ser una opción para muchas mujeres.
Hablamos de problemas de máxima actualidad en un entorno en el que, las carreras STEM toman un papel destacado también para concepción de nuestro futuro. Así, es imprescindible concienciar tanto a la comunidad científica como al profesorado y familias, de que el efecto Matilda existe y que es un factor que influye en la baja percepción que tienen las chicas sobre sus capacidades afectando ello a la elección y desempeño de profesiones científicas y tecnológicas. Cuando la historia que nos han contado y que se sigue enseñando a las niñas, sistemáticamente deja en la sombra, silencia o atribuye a otros los logros de mujeres en estas áreas.
¿Dónde estás las referentes femeninas en los libros de texto? #NomoreMatildas pone el foco en esta realidad, esta ausencia de referentes femeninas en los libros de texto, y ofrece material didáctico para subsanarla. En primer lugar tres cuentos ilustrados sobre la vida de iconos mundiales como Albert Einstein, Alexander Fleming y Erwin Schrödinger, en caso de ser mujeres. Y por otra parte, un encarte para libros de texto que incluye a las mujeres de la ciencia.
Una acción para poner en el lugar que corresponde a todas las mujeres ausentes en la historia como consecuencia del ‘Efecto Matilda’, y con la que se quiere promover en definitiva que las chicas conozcan a estas mujeres, se identifiquen con ellas y descubran que la ciencia no es una cuestión de género. Por todo esto, ¡ Nos sumamos a #NoMoreMatildas ! ¿Te sumas?
Más allá de la pandemia, nuevas metas para la igualdad y la recuperación en 2021

Más allá de la pandemia, nuevas metas para la igualdad y la recuperación en 2021
A las metas tradicionales contra la doble brecha digital y de género, en 2021 se suman nuevos retos para la igualdad. Empezamos el año con la esperanza de ir dejando atrás la pandemia y, sobre todo, analizando y asumiendo sus posibles consecuencias. Es hora de actuar para reducir o minimizar sus efectos, y en definitiva, dar la vuelta a la situación que afecta a mujeres de todo el mundo.
Ya contábamos con retos y objetivos claros, como incrementar el número de mujeres profesionales trabajando en el sector tecnológico, favorecer la visibilización de referentes, e incrementarlas vocaciones STEM de las niñas. Pues estrenando el 2021, hay que sumar nuevos propósitos para paliar además los efectos de la Covid-19. La pandemia ha acelerado los procesos de digitalización, haciéndose necesarias ahora, más que nunca, unas competencias digitales básicas para el desarrollo personal y profesional en cualquier ámbito a través de las TIC.
Porque muchas mujeres y niñas, se han llevado la peor parte en esta crisis, como advierte ONU Mujeres.
“Los impactos de las crisis nunca son neutrales en cuanto a género se refiere. Y la crisis por el Covid-19 no es la excepción. La pandemia de coronavirus ha puesto más en evidencia la desigualdad de género, afectando más a las mujeres”.
Combatir el desempleo femenino
En primer lugar, es una realidad de datos que más mujeres que hombres han perdido su empleo durante los últimos meses. Así lo señalan estudios recientes como el elaborado por The Century Foundation y el Center for American Progress (How COVID-19 Sent Women’s Workforce Progress Backward), que pone de manifiesto que en países como EE.UU se ha multiplicado por cuatro el número de mujeres que han dejado el trabajo.
“El colapso del sector del cuidado infantil y las reducciones drásticas en las horas de supervisión escolar como resultado del Covid-19 podrían expulsar a millones de madres de la fuerza laboral remunerada. La inacción podría costar miles de millones, socavar la seguridad económica familiar y hacer retroceder la equidad de género a una generación”.
Apoyo a la conciliación y a sectores vulnerables
La participación de las mujeres también es mayor en sectores económicamente más vulnerables y no esenciales, afectados directamente por la crisis como el comercio, el turismo o la hostelería. Por otro lado, el 70% de la fuerza laboral en el campo de la salud y la educación son mujeres (según indica la ONU) pero, a pesar de ello y de la alta exposición que tienen a ser contagiadas, muchas de ellas siguen sin recibir salarios igualitarios y ocupan menos puestos de liderazgo.
Y una de las grandes conclusiones de los estudios sociales post covid, es que las mujeres han tenido más dificultades para conciliar su vida profesional y familiar. A pesar de las posibilidades que brinda el teletrabajo, éste se ha convertido en un arma de doble filo, desembocando en casos frecuentes de hiperresponsabilidad de la mujer sobre su vida personal y familiar. La mayoría han asumido las responsabilidades de cuidados familiares, como lo han hecho históricamente, lo cual ha tenido un efecto negativo sobre el empleo y sus ingresos, y la equidad de género en los lugares de trabajo y hogares.
Hablamos de que el sector TIC ha supuesto un escenario para propiciar soluciones así como oportunidades, pero ¿Se ha sido consciente hasta el momento de la importancia de las nuevas tecnologías y de la digitalización en otras profesiones y sectores no directos? Es decir, de la transversalidad del sector como clave para permitir el avance del comercio, de la hostelería o del turismo. Y de igual forma, la diversidad de profesiones que se están haciendo cada vez más esenciales en las distintas esferas del sector TIC como la comunicación, el derecho legal, etc. ¿En qué posición se sitúan los sectores más vulnerables? ¿Supone esto una agudización de las brechas ya existentes como la digital y la de género?
Medidas para la recuperación
La falta de equidad y la pérdida de fuerza laboral perjudican a mujeres, hombres, familias, comunidades y empresas; y puede lastrar una verdadera recuperación económica. Este sesgo de género repercutirá a medio o largo plazo en sus expectativas profesionales e incluso, en el avance del PIB.
Se hace necesario aunar esfuerzos para que las políticas de reactivación económica incorporen proactivamente a las mujeres, que y que quienes sean responsables y establezcan medidas para el empleo establezcan medidas específicas (teletrabajo, horarios flexibles…), se otorguen apoyos financieros directos a mujeres, ayudas al emprendimiento femenino y a la especialización en TIC, etc.
Y por supuesto acciones de concienciación, para incentivar el uso y aprovechamiento de las posibilidades y oportunidades que brinda la tecnología, animar a las mujeres a lanzarse a profesiones y puestos de trabajo TIC. Apostar por un futuro más allá de la pandemia, prometedor y digital.
No es momento para el pesimismo, sino para ser conscientes de los retos a los que nos enfrentamos y trabajar para diseñar un futuro del sector TIC donde la mujer tenga su justo espacio y pueda contribuir a salir de esta crisis. ¡Vamos allá!
Bienvenida esperanza, bienvenido 2021

Bienvenida esperanza, bienvenido 2021
Cada año comienza un ciclo de esperanza. Tras un 2020 marcado por la pandemia, en WomANDigital apostamos por seguir trabajando por el cambio. Sin negar las dificultades y las excepcionales circunstancias de los últimos meses, continuamos aprendiendo de lo acontecido, creciendo y enfocándonos en un futuro cercano con optimismo. Despedimos el año sin caer demasiado en la nostalgia de centrarnos en lo pasado, y en su lugar nos enfocamos en todo lo que nos depara el 2021.
En WomANDigital no ha habido pausa sino adaptación, como recogemos en esta breve recopilación de las acciones más importantes del año, en las que han cobrado importancia la red y el online, ante la imposibilidad de realizarse de manera presencial.
Es el caso del Ciclo WomANDigital Talks, una serie de encuentros online entre expertas en materias como el emprendimiento y talento TIC, la ciberseguridad, la inteligencia artificial o el gaming. Desde sus diferentes sectores y vivencias personales, las participantes abordaron los retos actuales para la igualdad de género en el ámbito TIC, así como respondieron desde su conocimiento y experiencia a cuestiones de interés planteadas por el público.
Otra iniciativa de trabajo implementada vía telemática ha sido el Grupo Motor para el Plan Piloto de Igualdad, en el que han participado empresas con experiencia en la implantación, desarrollo y evaluación de medidas de igualdad en sus respectivas áreas de actividad. La producción de este grupo, servirá para la transferencia de buenas prácticas a las pymes andaluzas del sector tecnológico a fin de facilitar facilitar la implantación real de medidas de igualdad en especialmente en estas empresas.
A su vez, dentro de la iniciativa WomANDigital se están llevando a cabo acciones formativas microelearning para el fomento de la igualdad de género en las empresas andaluzas del sector tecnológico. Y a partir de enero de 2021 se realizarán una serie de talleres motivacionales.
No olvidamos los avances conseguidos en 2020 en otros proyectos paralelos como INPanel by WomANDigital, el primer directorio online de talento femenino TIC andaluz; que cuenta ya con más de 120 expertas, la suma de más mujeres Referentes, inspiradoras de vocaciones STEM y modelo para niñas y jóvenes; y el aumento de número de adhesiones a nuestro Manifiesto por la Igualdad de Oportunidades en el sector TIC, que asciende ya a más de 1000.
Despedimos el 2020 y echamos un vistazo a la agenda de WomANDigital de 2021, que ya tiene marcados los siguientes hitos:
- Talleres motivacionales de formación para pymes. Las empresas participantes en los mismos tendrán la oportunidad de aproximarse a través de hitos expositivos, experienciales y transferenciales a las claves de la igualdad en las empresas.
- Plan Piloto de implantación de medidas de igualdad. Tras la celebración de las sesiones grupales para la puesta en común de medidas de igualdad, los próximos meses comenzará el Plan Piloto de desarrollo de consultoría específica para el acompañamiento en la implantación de medidas de igualdad en 10 empresas andaluzas del sector. En 2021, se realizarán una jornada informativa, 10 pilotajes a empresas y una guía para la implantación de medidas de igualdad que se pondrá a disposición de las empresas.
- Jornadas de sensibilización para empresas y Jornadas universitarias «El liderazgo del futuro», con las que estaremos presentes en todas las provincias para trabajar en sinergias en todo el territorio andaluz.
Acciones todas ellas con las que intentaremos llegar y trabajar en cada provincia andaluza, y que se pondrán en marcha con la máxima seguridad. Dependiendo de las posibilidades que permitan los protocolos COVID-19, éstas se realizarán de vía online o en formato híbrido. Y por supuesto persiguiendo el mismo objetivo de continuar cerrando brechas de género, aprovechando todas las oportunidades para seguir avanzando en una sociedad digital e igualitaria.
(Más información sobre los Eventos WomANDigital)
Por un 2021 cargado de nuevos retos y avances ¿Te apuntas?
#WomANDigital #Súmate
Obstáculos de la mujer en el sector TIC ¿Barreras o autobarreras?

Obstáculos de la mujer en el sector TIC ¿Barreras o autobarreras?
Varios estudios y voces expertas apuntan ya a ciertos obstáculos identificados, que paralizan o dificultan el acceso y desarrollo del papel de la mujer en el sector TIC. Techos y pasillos de cristal, “suelos pegajosos”, brecha de género, estereotipos, etc. Conceptos que conocemos y entendemos de forma clara en nuestras mentes pero ¿Nos hemos parado a analizar su origen?
Crecemos con juegos de niños o juegos de niñas, formamos nuestra identidad en base a si somos chicas emocionales o chicos que solucionan problemas, creamos una familia con mujeres que quieren ser madres y hombres que compatibilizan ser súper papás con su ascendente carrera profesional, y pasamos los años laborales con emprendedores que crean oportunidades y trabajadoras que prefieren no arriesgar.
Valores con los que convivimos día a día pero que ¿Somos conscientes de que constituyen auténticas barreras para el talento femenino y las vocaciones STEM en las mujeres? Hablamos de valores y aprendizajes socio-culturales, heredados de años de patriarcado y de un sector tradicionalmente masculinizado. Pero entonces, ¿Es correcto denominar autobarreras a estos obstáculos?
Analicemos algunos conceptos más (enlace):
- Segregación ocupacional: Este concepto se refiere a la concentración de mujeres en determinadas ocupaciones y/o familias profesionales que, generalmente, se caracterizan por tener condiciones de empleo poco satisfactorias, bajos salarios y pocas oportunidades de formación continua y adquisición de cualificaciones añadidas
- Segregación vertical: acumulación en puestos de trabajo de baja responsabilidad.
Desde la Organización Internacional del Trabajo se destacan principalmente dos factores que contribuyen a potenciar la segregación ocupacional en el trabajo por razón de género; por un lado, las actitudes culturales y sociales de lo que se supone que es un empleo “de hombres” o “de mujeres”; y por otro lado, la desigualdad de género presente en la formación que conduce a los dos sexos a orientarse (por sí mismos) hacia profesiones y trabajos diferentes. Por ejemplo, las enfermeras o docentes son considerados como empleos “femeninos”. Los nuevos campos donde las mujeres se abren camino en empleos no convencionales en algunas partes del mundo incluyen las tecnologías de la información y las comunicaciones y también el ámbito jurídico55. Ellas tienden a ocupar empleos considerados menos estratégicos, mientras que ellos se posicionan en mayor medida en los puestos más operacionales, es decir, los que más directamente conducen a puestos de dirección.
Mujeres y nuevas tecnologías de la información y la comunicación (Gobierno de España)
- Conciliación de la vida familiar y laboral: “El fenómeno de la conciliación entre vida laboral y familiar tiene además una vertiente que podíamos denominar ‘particular’, ya que las parejas y en ellas, fundamentalmente las mujeres, que son las que soportan mayoritariamente la ‘doble presencia’; utilizan diversas estrategias para articular su actividad laboral y su actividad familiar. Estos mecanismos de articulación de ambos ámbitos a nivel de las economías domésticas, han sido analizados por diversas autoras, entre otras: Hochschild, 1989 (The Second Shift: Working Parents and the Revolution at Home); Moen and Yan Yu, 2000 (Effective Work/Life Strategies: Working Couples, Work Conditions, Gender, and Life Quality)”. (Wikipedia)
Tras lo expuesto, tomamos pues un punto de referencia para profundizar en la denominación de autobarrera: la tradición. Nos encontramos con dos grandes verdades. La primera es que somos seres sociales y, como tales, conformamos nuestra identidad según una educación cultural y tradicional, conviviendo con los valores de nuestro alrededor, aprendiendo de lo que vemos, sentimos y oímos. Y la segunda verdad es que contamos con personalidad propia, con una biología y genética que nos aporta unas competencias y aptitudes únicas que podemos trabajar y desarrollar para formar nuestra personalidad. En palabras de Patricia Briggs “La identidad era en parte herencia, en parte educación, pero principalmente las decisiones que tomas en la vida”.
Con todo esto, tomamos el mensaje positivo. La mujer en el sector TIC se encuentra, al igual que en otras facetas, con barreras socio culturales que se trasladan a las esfera profesional y económica. Un sector que tradicionalmente ha sido de hombres y que cuenta con unas prácticas y dinámicas que suponen estas barreras mencionadas: techos de cristal, brecha salarial, falta de vocaciones… Años tras años de prácticas que han llevado a que generaciones hayan crecido con estas barreras de una forma casi innata, pasando a constituir auto barreras de la personalidad en sí mismas.
Pero estamos en pleno desarrollo de las sociedades digitales, con las denominadas profesiones del futuro de la mano, y con un mundo de oportunidades para el cambio asociados a la transformación digital. Unas profesiones nuevas (y otras por llegar) en las que diseñar y crear otros modelos y referentes, y en las que es imprescindible el aprovechamiento de la totalidad del talento y de la diversidad de perspectivas para conseguir una tecnología justa y mejor. Y qué mejor escenario y momento que éste nuevo mundo de oportunidades, para luchar contra estas barreras, propias o sociales, y que el papel del talento femenino pueda desarrollarse sin estos obstáculos o dificultades. Tomándolo como retos, para avanzar y superarlos.
“Si realmente tienes tu propia identidad, seguirás haciendo lo que crees que es realmente adecuado para ti,
y también entenderás el siguiente paso que quieres dar”. Helmut Lang.
Brecha de género juvenil, una cuestión de confianza tecnológica
Brecha de género juvenil, una cuestión de confianza tecnológica
La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha causado un fuerte impacto en nuestra manera de relacionarnos, nuestra actividad digital se ha intensificado y extendido a prácticamente todos los ámbitos. Las TIC han contribuido a afrontar mejor el confinamiento, pero a su vez han puesto de manifiesto las brechas en competencias digitales y de género de nuestra sociedad. Una transformación hacia lo digital se impone como fundamental, y por ello se hace necesario reflexionar sobre esta situación excepcional, con el propósito de priorizar los pasos a dar para hacer posible una sociedad más justa e igualitaria.

Brecha digital generacional en pandemia
Más de la mitad de jóvenes encuestados señalan que este tiempo en confinamiento les ha hecho más comunicativos con su familia y con sus amistades gracias fundamentalmente a las TIC, que les han ayudado incluso a recuperar relaciones abandonadas. Esta es una de las conclusiones del informe “De puertas adentro y de pantallas afuera. Jóvenes en confinamiento”, financiado por Telefónica y Santander y realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad. Una investigación que ha analizado el impacto de este periodo de encierro en las actitudes y formas de vida de este colectivo.
Según el estudio, el grupo de edad entre 15 y 29 años considera que tiene un conocimiento tecnológico alto, y más habilidades tecnológicas que sus mayores, es decir sus progenitores y/o profesorado. Sin embargo, cuando se comparan con sus amistades o el resto de gente de su edad las diferencias son menores, lo que muestra que la brecha digital percibida tiene un importante y lógico componente generacional.
Durante el confinamiento y en el ámbito familiar, la juventud ha encarnado por igual y en gran medida (72,4%) la figura de mediadora experta, apoyando y solucionando los problemas y dificultades relacionadas con la tecnología. Se ha producido y acelerado un traspaso de conocimiento intergeneracional, de transmisión de competencias digitales desde los más jóvenes hacia sus progenitores y familiares más mayores, permitiendo la inclusión digital de aquellas personas con menos habilidades en el uso de las TIC.
Brecha de género TIC en el colectivo juvenil
El mismo estudio señala una brecha de género en cuanto a la percepción de la capacitación tecnológica entre hombres y mujeres. Los hombres de entre 15 y 29 años consideran que tienen más competencias digitales, que lo que consideran las mujeres de la misma edad de sí mismas.
Los chicos se perciben como más habilidosos digitalmente y se observa una significativa diferencia en cuanto a la comparación entre iguales. El 38,3% de las mujeres jóvenes considera que tiene más habilidades tecnológicas que sus amigos, mientras que en el caso de los hombres el porcentaje aumenta hasta el 47,5%. A su vez el 33,1% de las mujeres considera que tiene más competencias en este sector que otras chicas de su edad, mientras que entre los hombres el porcentaje aumenta hasta el 41,3%.
Además, tanto chicos como chicas tienen una mirada crítica acerca de la cantidad de tiempo de uso de Internet y redes sociales, pero vuelve a haber diferencias por sexo según el mencionado análisis. Ellas tienen mucho más acentuada la sensación de sobrepasar los límites de uso de la tecnología.
La confianza tecnológica como clave
La brecha de género en el uso de las TIC que se aprecia en el colectivo juvenil, se traduce en una menor confianza tecnológica. Es decir, cómo se relacionan los chicos y chicas cotidianamente con la tecnología, influye en su identificación a dichas edades como más competentes digitalmente. Un mayor uso, mayor familiaridad y cercanía con estas herramientas contribuyen a percibirse como más capacitados en tecnología.
Una brecha sutil en cuanto al manejo y los hábitos TIC que surge ya desde la infancia. Una diferencia de socialización digital, de autopercepción y confianza tecnológica que continúa y se desarrolla en la etapa juvenil. Por ello, es ya en esos primeros años donde se debe poner el esfuerzo para invertir la tendencia. La confianza tecnológica de los chicos y chicas puede facilitar una mayor identificación con profesiones tecnológicas y determinar las vocaciones hacia estas áreas.
Favorecer la accesibilidad, el acercamiento y aprendizaje de las TIC desde edades tempranas, puede ser clave para generar y afianzar esa confianza tecnológica, superando estereotipos o posibles barreras autoimpuestas. Trabajar para despertar vocaciones e impulsar la profesionalización, ampliar el rol de las mujeres de usuarias a productoras, e implicarlas en el proceso de diseño y desarrollo tecnológico. Todo ello en beneficio de la sociedad, realizando un mejor aprovechamiento del talento femenino, para la inclusión de la perspectiva de las mujeres en el sector tecnológico.
Superando retos del pasado, avanzando hacia nuevas oportunidades
Superando retos del pasado, avanzando hacia nuevas oportunidades
Hace bastantes años que el concepto de brecha de género empezó a calar en la conciencia social, alertando de las distintas desigualdades a las que la mujer se enfrentaba en el ámbito personal y profesional en todas las esferas.
Relucían entonces una serie de retos que, llegada la denominada cuarta revolución industrial, parece que se siguen arrastrando e incluso agudizando en los nuevos escenarios de la digitalización. El sector TIC demanda de forma contundente la profesionalización e incorporación de talento pero, sin embargo, cuenta solo con una representación del 19’7% de mujeres en España (según los últimos datos de Eurostat).

¿Qué está pasando entonces?
La industria tecnológica es el motor económico de las sociedades del futuro, y ya en gran medida del presente. En el 2022 se estima una demanda de 125.000 puestos de trabajo relacionados, pero el número de estudiantes de carreras STEM sigue disminuyendo con el paso de los años con especial incidencias en las chicas (más datos e información en “El desafío de las vocaciones STEM” de DigitalES).
Los estudios apuntan ya a varios motivos para explicar esta brecha de género tecnológica:
- El aprendizaje de modelos y estereotipos de género desde las edades más tempranas, que perpetúan roles sociales del patriarcado.
- La no adaptación del modelo educativo, que no aborda las competencias matemáticas ni tecnológicas, y la carencia de un sistema que naturalice la coeducación en estas materias.
- La consecuente falta de vocaciones posterior, al no dar a conocer estas profesiones y sus oportunidades desde la infancia.
- La ausencia de referentes y modelos de inspiración en escenarios clave como la Inteligencia Artificial, la ciberseguridad, el Big Data, la cloud, el blockchain.
La consecuencia: Perdemos el 50% del talento, que es el factor fundamental de la competitividad de un país.
¿Cuál es el camino?
Pues todo apunta a que la clave está en diversificar desde la transversalidad. Es decir, visibilizar las interconexiones que las TICs tienen con otras profesiones como la comunicación, la salud, el marketing, etc. La tecnología forma y formará parte de prácticamente la totalidad de las tareas y acciones de nuestro día a día, y como tal, hay que acercar la educación en sus competencias desde las edades más tempranas de forma igualitaria a niños y niñas.
Acercar estas profesiones, mostrar en qué consisten y sus oportunidades, desmitificando consideraciones que llegan a ser importantes barreras en el acceso. Hay que contar y calar el mensaje de que la tecnología y la ciencia son divertidas y de gran utilidad para la sociedad, que estamos construyendo nuestro futuro y las mujeres deben formar parte de su diseño y desarrollo. El talento femenino debe tomar protagonismo en este sentido para que así estén representadas la diversidad de perspectivas, pasando de ser consumidoras a productoras y creando un mundo más justo y equitativo.
Cuando el sector TIC cuenta con las circunstancias idóneas…
La industria de la tecnología es un sector relativamente nuevo, con profesiones recientes, en las que es más fácil romper con los roles masculinizados.
En palabras de Alicia Richart, Directora general de DigitalES: «Cuando comparamos personas de empresas del mismo tamaño, de sectores parecidos, con el mismo nivel educativo y la misma experiencia, la brecha de género se sitúa en un 8,9% en el sector TIC y en un 14% en el resto. Hay menos discriminación salarial, pero sigue habiendo un techo de cristal porque la mujer ocupa puestos menos especializados y con menor remuneración».
Nos encontramos, entonces, ante un espacio que marca las oportunidades para el cambio y, una serie de retos afrontar en él: igualdad salarial, techos de cristal (liderazgo femenino) y vocaciones STEM. Es necesario por lo tanto, abordar las etapas de la vida en su totalidad para generar las medidas que permitan romper las barreras de acceso y desarrollo, comenzando por trabajar los modelos educativos para continuar con los laborales y, por supuesto, con una transformación en el sistema socio-cultural de base. Haciendo que estos retos realmente lleguen a formar parte del pasado a través del aprovechamiento de las nuevas oportunidades.
La ciberseguridad: una necesidad de diversidad de perspectivas

La ciberseguridad: una necesidad de diversidad de perspectivas
Son varios los estudios que analizan las denominadas profesiones del futuro asociadas a la transformación digital pero, no tenemos que mirar tan a largo plazo pues la realidad es que estas profesiones se están creando en nuestro presente. Las nuevas generaciones ya se están formando, configurando sus personalidades y aspiraciones y, por ello, el futuro es presente.
La ciberseguridad es y será sin duda uno de los pilares de la sociedad digital y de todo el ámbito empresarial en general. Un sector que por su reciente aparición y rápido crecimiento, prevé una importante demanda de puestos de trabajo y de perfiles, tantos propios como asociados. Hablamos pues de futuro profesional, en el que no se pueden obviar de ninguna forma valores como la justicia social y la necesidad de diversidad de perspectivas.
Y por todo esto, es una gran noticia el nacimiento de Women4Cyber Spain, el capítulo español de la Fundación Europea sin ánimo de lucro Women4Cyber, asociación fundada por la Organización Europea de Ciberseguridad que busca potenciar el talento femenino en el ámbito de la ciberseguridad.
“Es fundamental contar con el talento femenino en todos los sectores y muy especialmente en los que tienen un alto potencial de crecimiento, como son la tecnología y la ciberseguridad”.
Eduvigis Ortiz, presidenta y fundadora de Women4Cyber

La asociación cuenta con 4 andaluzas en su Junta Directiva: Concepción Cordón, Maica Aguilar, Soledad Antelada y Mar López Gil. Porque las mujeres andaluzas tienen mucho que decir en un sector que cuenta actualmente con escasa participación femenina, y por lo que se está trabajando en la creación de comunidades para la promoción de mejores prácticas, la visibilización de referentes femeninos, la promoción de programas de formación para atraer talento femenino, el apoyo y definición de políticas en este sentido, y el establecimiento de alianzas a nivel público y privado. ¿Los objetivos? Aumentar la presencia de mujeres en I+I en ciberseguridad y tecnologías emergentes, y potenciar su presencia en el mercado laboral.
El reto de no incrementar las brechas existentes en el sector, como la brecha digital y de género, que cuentan con tan alto crecimiento e inversión, ha de ser una de las prioridades. Vamos en busca de una tecnología más inclusiva y participativa, en la que es indispensable la perspectiva femenina y el papel de las mujeres como productoras en las fases de diseño, creación y desarrollo.