Estereotipos STEM, una asignatura pendiente desde Primaria

Estereotipos STEM, una asignatura pendiente desde Primaria
Al empezar Primaria, se empieza a desarrollar en nuestro imaginario socio cultural, la idea de que las niñas están menos interesadas que los niños en materias como la informática y la ingeniería. Es la asociación tradicional de profesiones de chicos o profesiones de chicas. Ya en esta edad tan temprana, surge un estereotipo TIC que puede mantenerse durante toda la adolescencia y consolidarse en la edad adulta, que provoca un aumento la brecha de género en las profesiones STEM, y como consecuencia una brecha salarial entre hombres y mujeres.
Tabula rasa (“pizarra en blanco”) es una teoría que propone que cada individuo nace con la mente “vacía”, es decir, sin cualidades innatas, de modo que todos los conocimientos y habilidades de cada ser humano provienen exclusivamente del aprendizaje, a través de sus experiencias y sus percepciones.
Siguiendo esta teoría, si nacemos sin una tendencia innata hacia ciertas áreas, y sin creencias o prejuicios ¿cuándo adoptamos los denominados estereotipos de género? Pues parece ser, según recientes investigaciones que bastante pronto, concretamente en Primaria ya asociamos con hombres y mujeres ciertos intereses por la ciencia y la tecnología.
Una investigación de la Universidad de Houston y la Universidad de Washington, publicada recientemente en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha analizado las opiniones sobre género que tienen los niños y niñas, y adolescentes sobre los estudios STEM.
Si bien trabajos anteriores se habían centrado en las capacidades de chicos y chicas hacia este tipo de áreas, este nuevo trabajo ha puesto el foco en sus intereses, y sus creencias en cuestiones de género.
Según dicho informe a los 6 años, la mayoría cree que a las niñas no les interesan la computación ni la ingeniería. Una idea que se va reforzando en la educación primaria y hace que al llegar a secundaria, «muchas chicas hayan tomado ya la decisión de no cursar carreras de informática e ingeniería porque sienten que no les corresponden», advierte Allison Master, autora del estudio.
Para llegar a esta conclusión, diseñaron encuestas y experimentos para medir las «creencias» de una muestra de 2.200 niños de 6 a 18 años. Y descubrieron que, algo más de la mitad (51%) de los niños, creían que las niñas están menos interesadas que los niños en las ciencias informáticas, y casi dos tercios (63%), dijeron que las niñas están menos interesadas en la ingeniería.
Además hicieron un experimento en el que debían elegir entre dos actividades. Cuando se les decía previamente que las niñas estaban menos interesadas que los niños en hacer una prueba de informática, el 35% de ellas elegía hacerla, pero cuando se les decía que niños y niñas estaban interesados por igual, se animaban el 65%.
Su objetivo fue demostrar que los estereotipos «pueden afectar al sentido de pertenencia e influir en la motivación», según el coautor del estudio, Andrew Meltzoff. «Descubrimos que etiquetar una actividad de forma estereotipada influía en el interés de los niños por ella y en su disposición a llevarla a casa: la mera presencia del estereotipo influía en los niños de forma dramática. Esto nos hizo ver el efecto pernicioso de los estereotipos en los niños y adolescentes».
El estudio es concluyente:
“Todos los estereotipos pueden influir en la motivación de una persona joven a largo plazo y disuadirla de intentar una actividad o contribuir a que se incline o evite ciertos estudios”.
Por tanto, corregir esta situación ya desde la escuela es importante porque si estos estereotipos hacen que cada vez menos mujeres se interesen por la ciencia o la tecnología, la brecha de género en las TIC aumentará. Y a su vez también hará crecer la brecha salarial entre hombres y mujeres, dado que estos perfiles profesionales tienen y tendrán más demanda y mejores condiciones laborales.
El papel del profesorado y de las familias puede ser fundamental, para ayudar a contrarrestar los estereotipos que arrastramos tradicionalmente. Ofertar actividades relacionadas con la tecnología, y promover la participación por igual de niños y niñas, es una asignatura que necesita mejorar por un futuro en igualdad.
La iniciativa WomANDigital, reconocida como buena práctica para el cumplimiento del ODS 5

La iniciativa WomANDigital, reconocida como buena práctica para el cumplimiento del ODS 5
WomANDigital, está de enhorabuena tras recibir un nuevo reconocimiento nacional por parte de una entidad de prestigio como es la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
En concreto, ha sido seleccionada como buena práctica de la Administración Pública andaluza en la consecución del ODS 5. Una distinción por su labor en la promoción de la igualdad de género en el sector TIC.
Los 17 ODS, avanzando en la Agenda 2030
- Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos y aprobados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el periodo 2015-2030, son una iniciativa de ámbito global para “erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad” de todos sus habitantes. Todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron los 17 Objetivos, así como el plan para alcanzar los objetivos en 15 años.
- En estos momentos, existe un compromiso firme por parte del sector público en el desarrollo sostenible y el proyecto planteado pretende proporcionar formación, herramientas y recursos que favorezcan el intercambio de ideas, iniciativas y buenas prácticas entre las distintas administraciones públicas (estatales, autonómicas, regionales, locales, universidades, etc.).
La entidad responsable de este reconocimiento a WomANDigital, es el Centro Asociado a la UNED en Tudela, que consciente del impacto que genera en la sociedad tanto a través de su actividad como de la imagen alineada con los ODS, ofrece entre otras acciones formación y jornadas divulgativas.
- Además, para la difusión de las buenas prácticas puestas en marcha por diferentes administraciones públicas y que ayudan a alcanzar cada ODS, UNED ha creado en su web una ficha que identifica las actuaciones llevadas a cabo por cada organización, los beneficiarios y su impacto en los ODS.
Emprendimiento femenino, retos y oportunidades en la era digital

Emprendimiento femenino, retos y oportunidades en la era digital
Hoy 19 de noviembre, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer Emprendedora. Una efeméride que nació en 2014 en el consejo de las Naciones Unidas para reconocer el esfuerzo y el valor de las mujeres emprendedoras.
Desde WomANDigital nos sumamos a los objetivos de esta celebración, poniendo el acento en ámbito científico y tecnológico de esta iniciativa.
- Sensibilizar a la sociedad sobre las barreras, brechas y dificultades que existen en el ecosistema empresarial y financiero TIC en la actualidad, para aquellas mujeres que quieren emprender.
- Impulsar el empoderamiento femenino en el mundo, y acabar con las desigualdades de género aún latentes en el ámbito empresarial.
La brecha de género en el mundo del emprendimiento, no es un fenómeno novedoso. Las empresas digitales lideradas por mujeres son notablemente inferiores a las de los hombres, y se enfrentan a mayores dificultades para acceder a financiación, a pesar de resultar más sostenibles y rentables en el tiempo. Así lo analizamos en el post Emprendedoras digitales, una minoría solvente y longeva.
Además, la crisis sanitaria y el contexto actual de transformación digital, ha supuesto nuevos retos y desafíos para el emprendimiento femenino, especialmente para aquellas mujeres de áreas rurales.
Pero en este sentido, el sector TIC y la tecnología suponen nuevas oportunidades para el emprendimiento, tanto por la generación de nuevas profesiones, como por las posibilidades de desarrollo y reciclaje profesional para las mujeres. Por ello el emprendimiento digital y tecnológico se vislumbra como uno de los principales motores de creación de valor en la economía actual, del que si las mujeres quedan al margen, supondrá una nueva brecha de género en sectores de gran potencial de crecimiento y de creación de empleo. Un potencial de talento TIC que no podemos desaprovechar, porque es necesario el enfoque femenino en cuanto a la inclusión de nuevas perspectivas y valores.
¿Cómo son las emprendedoras femeninas TIC?
Siguiendo las conclusiones del estudio “El emprendimiento digital femenino en España: situación y prospección”, presentado en abril de este año, este es el perfil de las mujeres que emprenden en el ámbito tecnológico y digital en nuestro país:
- Mujer de entre 35 y 45 años, con alta cualificación, experiencia laboral de al menos 15 años, perfil pre-directivo o directivo y con una importante percepción de sus capacidades para emprender (82,6%)
- Un porcentaje relevante (70%), afirma que la familia no ha sido un obstáculo a la hora de emprender, aunque en gran mayoría son mujeres sin descendencia y con padres relativamente jóvenes. Las que han formado una familia ven en el emprendimiento digital una forma de poder organizar su tiempo y ser sus propias jefas.
- El 46,3% cree que el género no influye en el éxito como emprendedora, aunque el 42,3 % percibe que su sector es mucho más exigente para las mujeres que para los hombres.
- El emprendimiento es oportunidad para un 60% de ellas, sin embargo en el 39,8% de los casos fue una elección tomada por la frustración y las dificultades de promoción en los empleos asalariados, mientras queel 59,4% recomendaría emprender a otras mujeres.
¿Cómo son las startups que emprenden las mujeres TIC?
- Las mujeres lideran microempresas de menos de 5 años, entre 0 y 4 empleadas/os y por debajo de los 100.000 € de facturación (70%)
- Las empresas digitales de mujeres presentan unas rentabilidades y una mayor solvencia sobre todo en los primeros años de vida. Registran menores niveles de endeudamiento, como consecuencia de la falta de acceso al crédito. El no alcanzar un determinado volumen les impide acceder a determinadas economías de escala y limita su expansión. Mantienen un crecimiento sostenido y limitado.
- Las startups digitales fundadas por mujeres en España son empresas que operan en una amplia variedad de sectores, desde consultoría, educación, movilidad, sostenibilidad o Fintech, hasta la industria 4.0. Hacen uso de las tecnologías disruptivas, donde destacan la Inteligencia Artificial (21%), Big Data (19%) y Aplicaciones Web (10%), seguidas por Blockchain, Robotización y Desarrollo de Software con un 6% cada una.
Emprendimiento desde una perspectiva de género
- Reducir esta brecha de género en el sector TIC en concreto, y en todos los ámbitos en general, es fundamental para el futuro de la economía. Urge incorporar la perspectiva de género para favorecer e impulsar el emprendimiento digital, eliminando barreras e impulsando las startups lideradas por mujeres.En definitiva, allanar el camino para normalizar la figura de la mujer emprendedora. A través de iniciativas que faciliten el acceso a la financiación, incentivos para inversores, programas específicos de formación, y apoyo a asociaciones de emprendedoras en el entorno digital. Con especial atención a las mujeres de zonas rurales, permitiéndoles el acceso y la aplicación de las tecnologías disruptivas a su actividades empresariales.Estas son solo algunas recomendaciones, sin olvidar otras dirigidas a promover un cambio ya desde edades tempranas. Acciones como en las que trabaja WomANDigital, dirigidas a eliminar los sesgos de género en las disciplinas en materias STEM, fomentando estas vocaciones, promoviendo la incorporación de niñas y jóvenes a estas disciplinas, y visibilizando mujeres referentes para inspirar a las emprendedoras del futuro. A través de formación, eventos y la difusión de materiales específicos como estudios, contenidos didácticos y recursos para empresas del sector TIC en cuestiones de igualdad de género.
Upskilling y reeskilling, la importancia de renovarse en la era TIC

Upskilling y reeskilling, la importancia de renovarse en la era TIC
La tecnología avanza a un ritmo trepidante e imparable, lo cual exige la colaboración de profesionales con la formación necesaria para afrontar los desafíos cada vez más complejos de la era digital. Y por ello, el reskilling y el upskilling de la plantilla en las empresas se han convertido en un factor de competitividad y, para las personas empleadas, especialmente para las mujeres, en un arma de doble filo. Por un lado, puede brindarles un abanico de oportunidades, y/o por otro, convertirse en un techo de cristal que les impida ascender profesionalmente. Y es que no siempre se cuenta con la ayuda y las herramientas necesarias para actualizarse y especializarse y, en definitiva, para acceder y liderar en sectores tecnológicos disruptivos.
Más que formación continua
La formación continua y el reciclaje profesional no son algo nuevo, y nunca han estado de más para mejorar nuestras habilidades y escalar a nivel laboral. Sin embargo, ya no es solo una cuestión de estar al día tecnológicamente. En plena transformación digital, en muchos sectores se ha convertido en una exigencia o factor de competitividad. Las empresas requieren cada vez más de personas creativas y dinámicas para afrontar retos globales, capaces de trabajar en equipos multidisciplinares, junto a profesionales de diferentes materias y trayectorias.
En este contexto, las llamadas soft skills y la inteligencia emocional son cada vez más valoradas. Unas habilidades en las que las mujeres sobresalen por sus capacidades de organización de equipos y liderazgo, productividad personal, negociación, resolución de conflictos y gestión del tiempo. Razones de más por las que la formación en materias científicas y tecnológicas, puede ser una opción idónea para las jóvenes. Pero también son una gran posibilidad de reinvención profesional, ya que se puede acceder al sector tecnológico desde otras áreas no necesariamente ligadas a las STEM en su origen.
Tendencias en competencias profesionales
La pandemia del COVID-19 ha dejado huella en todos los sectores, y en mayor o menor medida, las personas empleadas han necesitado actualizarse y mejorar sus competencias digitales de forma urgente. Pero todo apunta a que esta tendencia continuará siendo necesaria y relevante en los próximos años: La falta de habilidades TIC amenaza con lastrar a las empresas que no apuesten por subirse rápido al tren de la revolución tecnológica.
Y aunque la crisis sanitaria ha obligado a detener en muchos casos el plan formativo de la plantilla, tendencias como el reskilling y el upskilling. Las cuales resultan una garantía de resultados para las personas empleadoras, y de competitividad y oportunidades laborales para las empleadas.
El upskilling es una estrategia de capacitación adicional en nuevas habilidades, que ayudan a desempeñar de forma más efectiva las tareas del puesto de trabajo. Mientras que el reskilling o reciclaje profesional, consiste en formar en nuevas competencias para desempeñar un puesto distinto. Este concepto ha cobrado especial importancia a consecuencia de la digitalización de los entornos laborales.
Ambas acciones están dirigidas a frenar la brecha digital, llegando en un entorno laboral cada vez más digitalizado, y contribuyen a:
- Generar confianza.
- Retener el talento.
- Aumentar la motivación y productividad.
- Facilitar la movilidad de los profesionales.
- Fomentar el aprendizaje continuo y la adaptación de la cultura empresarial a los cambios que están produciendo.
Especialización y conciliación, una asignatura pendiente
A pesar de los esfuerzos por promocionar carreras STEM, las vocaciones descienden en sectores que tradicionalmente han presentado barreras de acceso para las mujeres. Por otra parte, en plena vorágine de la vida laboral, acceder a una formación especializada, o cursar unos estudios de posgrado, se presenta como una tarea incompatible con la conciliación en muchas ocasiones.
La exigencia de horarios y dedicación en la rutina diaria hace muy difícil, especialmente a las mujeres, despuntar y romper los techos de cristal en estos sectores ligados a las TIC, donde es esencial contar con unas competencias profesionales avanzadas.
Las mujeres pueden y deben jugar un papel relevante en la evolución tecnológica. Pero para ello es necesario contar con toda una serie de medidas, desde la etapa educativa a la empresarial. Y que sirvan de inspiración, faciliten e impulsen el papel de las mujeres en estos roles de liderazgo digital. Sin techos ni límites.
Lecciones de conciliación tras la pandemia

Lecciones de conciliación tras la pandemia
Hemos comenzado un nuevo curso de la ansiada post pandemia, pero con pocos cambios en lo que se refiere a avances en igualdad. El teletrabajo prometía hacer posible la conciliación de la vida familiar y laboral, pero nada más lejos de la realidad. Ni ha supuesto un reparto más equitativo de las tareas, ni el teletrabajo forzoso fue la solución. Para muchas mujeres supuso una sobrecarga física, mental y emocional, al añadir a los cuidados que ya realizaban, largas jornadas de trabajo desde casa. Toca reflexionar, ¿Qué hemos aprendido de la pandemia?
Teletrabajar en desigualdad
En los últimos años, antes de que nadie hubiera oído hablar del COVID-19, las TIC empezaron a considerarse como un elemento imprescindible para ayudar a conciliar la vida laboral y familiar. La solución perfecta para las directivas, ya que internet les permitía realizar parte del trabajo desde casa. La aplicación de las nuevas tecnologías abría una puerta al desarrollo de la empresa y al confort de las personas trabajadoras, que se preveía especialmente viable y prometedor en algunos sectores con condiciones idóneas como el tecnológico.
Hace año y medio, una crisis sanitaria sin precedentes, aceleraba la transformación digital de la sociedad de manera integral. El teletrabajo se impuso con la esperanza de marcar un antes y un después. Trabajar desde casa parecía que iba a cambiar el reparto de roles de género en las familias. Pero esta esperanza pronto se desvaneció, porque no se dieron las condiciones idóneas para que hombres y mujeres pudieran conciliar y teletrabajar en igualdad.
El sobreesfuerzo y la imposible desconexión digital
El periodo de confinamiento pasó factura a muchas mujeres. En el caso de trabajadoras con cargas familiares, a su trabajo se unió la responsabilidad de los cuidados, lo cual supuso un sobreesfuerzo. La jornada laboral se alargó hasta dos horas semanales, como indica un análisis de NordVPN recogido en Forbes.
Por otra parte, se complicó la denominada “desconexión digital”, regulada por la Ley orgánica de protección de datos y que trata de garantizar el bienestar personal. Las personas expertas llamaron a este fenómeno relacionado con las problemática de separar la vida personal y profesional como «trabajadores burbuja».
Las mujeres, las más perjudicadas tras la crisis sanitaria
Superada la crisis es momento de sacar conclusiones, y no resultan positivas. Las fuentes oficiales coinciden en señalar que el porcentaje de mujeres que perdieron o abandonaron sus trabajos fue significativamente mayor que el de los hombres. La falta de corresponsabilidad y la imposibilidad de conciliar los ámbitos laboral y familiar, fue clave. Fueron las que más corrieron con la mayor carga de los cuidados, y por tanto las que más tuvieron que solicitar reducciones de jornada, excedencias o renunciar a su trabajo.
La desigualdad en los salarios se ha acrecentado con la pandemia y está muy relacionada con esa obligación de conciliar, que recae principalmente en las mujeres. Al reducir sus jornadas las mujeres ver mermados sus sueldos. Lo cual las empuja a priorizar el cuidado de menores, postergando el desarrollo de sus carreras profesionales.
Una asignatura pendiente de vuelta a la presencialidad
El teletrabajo no obró el milagro, porque conseguir un reparto de tareas más igualitario depende de múltiples y arraigados factores educativos y socio culturales. Quizás debido a la urgencia e imposición con el que se tuvo que aplicar, derivado de la situación sanitaria, que en muchos casos no contó con regularización ni sistemas garantes.
Luchar contra estos roles y estereotipos es una carrera de fondo, que necesita medidas de sensibilización y de la implicación de las administraciones públicas, de una manera coordinada y transversal.
Las acciones acometidas en materia de conciliación y corresponsabilidad resultaron insuficientes. Millones de mujeres han vuelto al trabajo este mes de septiembre presencialmente, con los mismos problemas para conciliar que antes del COVID-19. Se ha puesto de manifiesto la falta de flexibilidad horaria y la sobrecarga de trabajo de las personas empleadas.
Problemas que se agudizaron o se dejaron ver de forma más patente durante la crisis sanitaria, y de los que deberíamos tomar nota y aprender. El teletrabajo puede ser una opción válida y viable para muchas personas, pero deben proponerse muchas más acciones que permitan compaginar la vida laboral con la familiar y personal.
Por la parte de las empresas se deben generar entornos flexibles, independientemente del género de las personas trabajadoras. Con el propósito de no perpetuar la percepción de que las tareas domésticas y los cuidados son responsabilidad de las mujeres. Al igual que las políticas de conciliación deben ir dirigidas a todo el mundo, y deben tener en cuenta el ciclo vital y necesidades, de hombres y mujeres.
Tejiendo redes de apoyo para mujeres STEM

Tejiendo redes de apoyo para mujeres STEM
A muy corto plazo, todas las previsiones apuntan hacia un claro liderazgo de las carreras STEM en el mercado laboral. Y en este escenario, las empresas reconocen su dificultad para cubrir vacantes en las nuevas profesiones digitales. Se necesitan profesionales con estas cualificaciones, pero las mujeres siguen sin subirse al carro de las TIC. Ante un sector altamente masculinizado, surgen nuevas tendencias, comunidades y redes, en las que las mujeres pueden encontrar el apoyo e impulso necesario para despegar como profesionales o emprender un negocio tecnológico.
Contactos estratégicos y networking
Como hemos visto en anteriores entradas, ya desde la niñez factores socioculturales heredados de generación en generación alejan a las chicas de determinadas carreras STEM. Aquellas jóvenes que superan dichos prejuicios, y se lanzan a estudiar una carrera científica o tecnológica, se enfrentan a una etapa formativa en la que ya experimentan el ser una minoría femenina. Una situación con la que deberán lidiar posteriormente en el ámbito laboral: la presión de trabajar, hacerse oír y progresar, en sectores tradicionalmente masculinos.
Unas circunstancias que están cambiando a ritmo lento, y por las que cobra cada vez más importancia para las profesionales contar con una sólida de red de contactos. Una comunidad de aliadas como fuente de inspiración, apoyo y asesoramiento a la hora de tomar decisiones, e incluso que les brinden ayuda para acceder a financiación.
Las redes de apoyo femeninas crecen en el ámbito empresarial y emprendedor. Actúan como una caja de resonancia, dando visibilidad al papel de las mujeres en muy diferentes ámbitos. Así como poniendo en valor la diversidad en los equipos, y la capacidad de liderazgo en áreas donde los techos de cristal todavía impiden a las mujeres alcanzar puestos de dirección.
Las emprendedoras que forman parte de estas comunidades, multiplican sus posibilidades de éxito y de crecimiento profesional. Esta necesidad de compartir y aprender de otras mujeres ha impulsado la creación de redes de networking en los últimos años en todo el mundo. Algunos ejemplos internacionales son: en el mundo anglosajón está Ellevate, que domina en USA; y en UK está Congress London, Blooming Founders, y The Women´s Chapter. Y otras más generalistas: Latinas in stem, Alberta Women Entrepreneurs, Girlz in Web, Women sphere, PWN Global, The Next Women, Women 2.
La mayoría de la inversión corre a cargo de las decisiones de hombres
En su mayoría son ellos los ingenieros, tecnólogos o programadores, y en consecuencia, también lo son quienes emprenden, lideran una empresa TIC, o copan los puestos de alta dirección y los consejos de administración.
Por ello, estas redes resultan especialmente útiles para el emprendimiento femenino en uno de sus principales desafíos, la búsqueda de inversión. El acceso al capital está fuertemente vinculado a quién conoces y, las mujeres emprendedoras, suelen ser menos proactivas en cuanto a esa red de contactos para establecer alianzas de inversión.
Las startups creadas por mujeres lo tienen más difícil para acceder a ese capital en la cultura de los negocios y las relaciones públicas. Los contactos son clave y, por tanto, son los emprendedores masculinos quienes se hacen con el mayor porcentaje de fondos destinados al venture capital.
Disponer de un ecosistema de negocios diverso, con más fondos liderados por inversoras, más mentoras y referentes, contribuiría a mejorar la cultura empresarial y el liderazgo de la mujer en sectores como el tecnológico.
Nuevos términos para nuevos tiempos: sororidad y coopetición
Según la Fundación del Español Urgente (Fundéu), la palabra sororidad es un término reivindicativo que se refiere a la relación de hermandad y solidaridad entre mujeres, una red de apoyo femenina mundial para luchar contra la desigualdad, la brecha salarial y la violencia de género.
La palabra cuenta con personas a favor y en contra pero, se utiliza cada vez más para alentar la complicidad de las mujeres y lograr cambios sociales en materia de igualdad. Se anima a las mujeres a unirse y apoyarse frente a una cultura aún patriarcal, y entre sus reivindicaciones se encuentra el fin de la brecha salarial, la precariedad laboral y el techo de cristal, pidiendo medidas urgentes de conciliación.
Otro de los términos que cobra protagonismo es el de coopetir, acuñado los profesores de la Universidad de Harvard, Adam Brandenburger y Barry Nalebuff. Una palabra que identifica un nuevo modelo de negocio colaborativo, en el que compañías y personal ejecutivo ponen en marcha comportamientos mixtos de cooperación y competición que buscan un beneficio para todas las partes. Se trata de unirse para crear valor, un tipo de actitud que responde al objetivo ‘win-win’. En este nuevo contexto colaborativo, las mujeres pueden aprovechar y sacar ventaja de dichas redes de apoyo femeninas y asociaciones estratégicas.
Queda mucho trabajo por hacer para conseguir la igualdad de género en los negocios y, por ello, tienen cabida nuevos fenómenos como el de la sororidad, la coopetición y estas redes de mujeres profesionales en las pueden prestarse “ayuda mutua”… Apoyándose y alentando a otras mujeres a tener éxito. Un éxito compartido, en beneficio de todas y todas, y por la igualdad.
¿Por qué escapar de las matemáticas?

¿Por qué escapar de las matemáticas?
Huir de las matemáticas, es una tendencia habitual entre estudiantes en general y, más en concreto, entre las chicas. Sin embargo, elegir una carrera intentando evitar esta asignatura puede restar competitividad de cara al futuro profesional. Y supone también un alejamiento de la realidad y de sectores con gran demanda laboral, como el tecnológico, que requiere profesionales de muy diferentes materias en los que las matemáticas tienen poco o nada tienen que ver con el estereotipo de “hacer números”. Al igual que, para aprender a multiplicar antes hay que saber sumar, si queremos fomentar las STEM debemos empezar por cambiar la perspectiva que la juventud tiene de ellas y del aprendizaje de las matemáticas.
Ansiedad matemática y aritmofobia
¿Quién no ha escuchado alguna vez estas frases? “A mí es que no me gustan o no se me dan bien las matemáticas”. O “yo es que soy de letras” para evitar realizar un cálculo. Es un sentimiento muy común este rechazo por un área que provoca frecuentemente temor o preocupación, y que se le ha denominado como ansiedad matemática. Esta matefobia influye negativamente en nuestro aprendizaje, ya que reduce la memoria funcional o de trabajo, la cual se necesita para la resolución de los planteamientos matemáticos.
El sentirnos mal ante un problema matemático, afecta a nuestro rendimiento, empeorando a su vez nuestra angustia en un círculo vicioso de negatividad hacia esta disciplina
Metodología y emociones en el aprendizaje
¿Eres de los que sentía estrés o incluso miedo cuando tenía que salir a la pizarra para resolver un problema? Debes saber que esta sensación no está relacionada con tus capacidades, sino con su enseñanza y con el fuerte componente emocional que requiere el aprendizaje. La didáctica de las matemáticas y la psicología se han detenido a estudiar este fenómeno.
El cómo se enseña esta disciplina es fundamental. Las matemáticas son progresivas, y si no se asimila adecuadamente un concepto básico, difícilmente se podrán entender conocimientos más avanzados. Estos vacíos pueden complicar el aprendizaje y provocar desinterés. Enseñar paso a paso, consolidar lo aprendido, y buscar aplicaciones prácticas a conceptos abstractos, pueden contribuir a ayudar a disfrutar de las matemáticas.
Aprender a gestionar la frustración, y a sacar aprendizajes de los planteamientos erróneos
Y es que los errores son una oportunidad para alcanzar el éxito. No es malo equivocarse, ya que se puede aprender y sacar partido del error… Muchos descubrimientos han nacido de un error de cálculo e incluso han supuesto algo mejor que lo que se buscaba.
La metodología del profesorado debe pues poner el foco en que el alumnado asimile que, de un problema normalmente no se va a tener una solución inmediata, sino que lo más probable es que requiera recurrir a todos los conocimientos y experiencias previas, para construir una estrategia que nos lleve a la solución.
Cuando algo no nos produce interés o nos causa temor, es difícil motivar su aprendizaje y evitar su rechazo
Las emociones, las creencias y las actitudes ante esta asignatura influyen directamente sobre el rendimiento. El tipo de metodología del docente influye tanto como una actitud positiva del estudiante. Es fundamental trabajar ambos para evitar que el alumnado experimente bloqueos en la resolución de problemas, desista y atribuya su fracaso a una falta de aptitud matemática, condicionando la elección de su itinerario formativo y a la larga su futuro profesional.
Falsos mitos en torno a las carreras STEM
Hay muchos mitos que causan esa desgana del estudiante hacia las matemáticas: que son muy difíciles, poca motivadoras, conceptos abstractos que no se ven como aplicables a la vida cotidiana, desconexión con otros ámbitos o profesiones que son “de letras”…Se trata de factores socioculturales que tienen como consecuencia un menor interés por carreras, ya que se considera de manera generalizada que las matemáticas son imprescindibles para destacar en ellas.
Sin embargo, en concreto sectores como el tecnológico son muy amplios y están en constante innovación y crecimiento, englobando muy diferentes áreas más allá de la pura programación, como la administración de sistemas, la ciberseguridad, la ciencia de datos o incluso el diseño. Además, en la actualidad se tiende hacia la interdisciplinariedad, creando equipos con profesionales en materias igualmente necesarias como la psicología, economía, el marketing o la comunicación, que en principio no mostraban una relación directa con la tecnología, o con las temidas matemáticas.
Brecha de género en matemáticas
La brecha de género en matemáticas no es algo que se haya dado en todas las épocas, de hecho se experimentó una fuerte presencia femenina en momentos en los que se consideraban unos estudios dirigidos a la docencia. Pero en las ingenierías, como rama de la matemática aplicada, apenas ha habido tradicionalmente mujeres y es una tendencia que continua actualmente.
Las carreras científicas (de Química a Medicina, pasando por Biología o Psicología) tienen un porcentaje al menos aceptable de mujeres, pero con las matemáticas la cosa cambia radicalmente.
¿El interés por las ciencias de las niñas es mayor que en las matemáticas?
Así lo manifiesta el más reciente informe de TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study), que evalúa las competencias cognitivas en estas materias del alumnado de 4º de Primaria y 2º de la ESO desde el año 1995
El 31% de las niñas españolas de 4.º afirman que les gustan mucho las matemáticas; pero esa cifra se eleva al casi 42% en los niños (y las diferencias se repiten en la media de la UE y la OCDE). Y cando se pregunta si sienten seguridad al estudiar la materia: solo responde afirmativamente el 21% de ellas frente al 32% de ellos.
Un cambio de perspectiva, para sembrar oportunidades
Son muchas las razones por las que se hace necesario cambiar la perspectiva que se tiene de las matemáticas desde la niñez, motivar el interés y fomentar su aprendizaje. En primer lugar, porque son de utilidad para cualquier disciplina y especialmente para el crecimiento profesional. Nos ayudan a interpretar datos, analizar y evaluar los mismos.
Las matemáticas aportan pensamiento crítico, y capacidad para la resolución de problemas
Además en un mundo cada vez más digitalizado, el mercado demanda y demandará nuevas competencias y habilidades digitales (Tech Skills), vinculadas a los nuevos puestos que se crearán con la transformación digital en que nos encontramos. De hecho, es ya una realidad que existe dificultad para encontrar perfiles con talento digital, para compañías que desarrollan propuestas disruptivas e innovadoras.
De los 10 puestos de trabajo en auge, según el Foro Económico Mundial, al menos ocho corresponden a áreas STEM
Por todo ello, no está de más plantear en nuestras aulas ¿por qué escapar de las matemáticas? Y además reflexionar sobre los factores que influyen en esta huida: metodología de enseñanza, sistema de estudios, entorno motivador, falta de referentes e información sobre las profesiones….
Esto es necesario especialmente para evitar el alejamiento prematuro de la juventud de áreas científicas y tecnológicas, aún apenas sin conocerlas, y que quizás les puedan brindar grandes oportunidades.
Porque dejar de huir y conocer puede ser el primer paso para enfrentar el miedo y avanzar hacia el futuro
Mujeres STEM: de la ficción a la realidad

Mujeres STEM: de la ficción a la realidad
La capacidad de los medios de moldear nuestra percepción de la realidad, ha sido corroborada por múltiples estudios. Del mismo modo que la importancia de tener referentes en los que identificarse e inspirarse, a la hora de despertar vocaciones o en la toma de decisiones profesionales. Partiendo de ambas premisas, no es baladí detenerse a analizar la representación de la mujer STEM que se hace desde la pequeña y la gran pantalla. Un retrato, o como indican algunas investigaciones un “mediorretrato”, que no siempre se ajusta a la realidad, pero que a su vez ejerce una fuerte influencia en la juventud a través de películas o series.
De inexpertas a hackers
Sin duda ha habido una evolución cualitativa y cuantitativa en los roles asignados a las mujeres STEM en cine y tv. En primer lugar, los personajes relacionados con la ciencia y la tecnología eran mayoritariamente hombres, prácticamente el doble como mostró en 2018 un trabajo realizado por The Lyda Hill Foundation y Geena David Institute on Gender in Media.
Y cuando aparecían, se mostraba a una mujer inexperta en tecnología, y por supuesto no se solía asociar a trabajos relacionados con aptitudes o habilidades tecnológicas. Algo que cambió en la década de los 80´cuando se creó el arquetipo de “belleza inteligente”. Fue un personaje común, el de científicas o investigadoras, que destacaban por ambas cualidades, como es el caso de las chicas Bond. Sin embargo, se trataba tan solo de una mera presencia en las cintas y no una representación real de las profesiones STEM. Además estas mujeres se mostraban en el rol de buenas profesionales, pero siempre en calidad de asistentes.
Las películas de acción, en las que cobró un importante papel la tecnología, consolidaron este rol de la “mujer hacker”, una especialista en tecnología pero altamente estereotipada. Como es el caso de Felicity Smoak en ‘Arrow’ o ‘Natalie Portman’ en las diferentes sagas de Marvel. Introvertida, solitaria, antisistema…así eran Sandra Bullock en La red, Angelina Jolie en Hackers y Trinity de Matrix. La mujer hacker de los últimos años ha consolidado una imagen rebelde y antisocial. La trilogía Millenium, es un ejemplo de protagonista con grandes habilidades en tecnología y con una llamativa estética gótica.
¿Dónde están las informáticas normales? Chicas jóvenes dedicadas a la tecnología sin ese aire siniestro, fricki o antisocial. En las películas que han visto las cuatro últimas décadas desde luego no.
La excepción del efecto Scully
Científica, escéptica e independiente. La Dr. Dana Scully rompió con los estereotipos de la mujer STEM en el año 1993, cuando se estrenó la serie Expediente X. Una excepción que consiguió gran popularidad y marcó a numerosas adolescentes, que gracias a este personaje descubrieron y decidieron dedicarse a la ciencia, la química, la biología o los estudios forenses.
El Instituto Geena Davis desarrolló un estudio, con la ayuda de J.Walter Thompson Intelligence, sobre la representación de los personajes STEM en los medios, en el que se encuestaron a más de 2.000 mujeres estadounidenses, y que tenía como objetivo principal analizar el efecto Scully. Esta heroína fue un modelo a seguir para muchas mujeres, que posteriormente se decantaron por estudiar carreras tradicionalmente asociadas a los hombres. El 63% de las científicas que tenían 12 años cuando se estrenó Expediente X reconocieron que si no hubiera sido por el personaje seguramente no se hubieran dedicado a la ciencia.
El mismo trabajo resaltó los preocupantes estereotipos relacionados con las STEM en los medios: el 65,8% de las mujeres STEM representadas se dedicaban a las ciencias de la salud, mientras que, en campos como la informática, la ingeniería o la física los porcentajes no llegaban al 10%. Y Casi el 43% de los personajes STEM femeninos sacrificaron su vida personal para trabajar en dichas áreas.

Brecha de género TIC en la ficción
Recientemente una campaña publicitaria finlandesa ha llamado la atención sobre la falta de representación femenina en las TIC en la realidad, y los clichés con los que son representadas en la ficción. Su objetivo es concienciar sobre la imagen poco real que se sigue mostrando en la de las mujeres STEM, la cual no ayuda a que las niñas y jóvenes decidan estudiar una profesión en la industria tecnológica.
“De la ficción a la realidad” es el nombre de la campaña de la compañía finlandesa TietoEVRY junto con la agencia TBWA\Helsinki. Está formada por tres anuncios diferentes, que se refieren a personajes ficticios populares del mundo de la tecnología, pero con características estereotipadas. Por ejemplo, en las piezas aparecen Trinity, el personaje de “Matrix”, Lisbeth Salander, la hacker de “Millenium: los hombres que no amaban a las mujeres” o Nyota Uhura de “Star Treck”.
“Las mujeres profesionales de las TIC son dos veces más frecuentes en la ficción que en la vida real. Es hora de hacer de la ficción, una realidad”. Estas son las frases que incluyen los anuncias en las que aparecen los personajes.
Contar con modelos profesionales STEM verdaderos en cine y tv podría animar en lugar de desalentar a las jóvenes, ayudarles a identificarse más fácilmente con ingenieras o tecnólogas. Dicha representación debería ser realista, identificable y alineada con los valores actuales. En una sociedad en la que la tecnología avanza a pasos agigantados, implicar a las mujeres en la sociedad digital y aprovechar su talento, es fundamental para un progreso y desarrollo igualitario.

Emprendedoras digitales, una minoría solvente y longeva

Emprendedoras digitales, una minoría solvente y longeva
Las cifras coinciden en todos los países. Se crean menos startups lideradas por mujeres, una tendencia que también se da en el sector TIC. Sin embargo, estas empresas nacidas del emprendimiento femenino tienen mayor supervivencia. Analizamos las razones por las que los proyectos de negocio promovidos por mujeres son minoritarios, pero resultan más solventes y duraderos a la larga que los de los hombres.
Menos empresas femeninas pero con mayor supervivencia
Las empresas lideradas por mujeres, son una minoría. Así lo muestran las cifras de informes elaborados por diferentes entidades como la iniciativa W Startup Community .
Los datos del emprendimiento femenino mejoran, pero la igualdad es aún un reto a alcanzar.
– El 16% de las startups están lideradas por mujeres en España, siendo la media de Europa del 13% según el portal EU-Startups.
– 12% de mujeres TIC en España vs 19% en OCDE.
– Las mujeres en ingenierías representan solo el 24%
– Los hombres representan el 93% del tejido de Venture Capital.
A pesar de ser una minoría estas startups femeninas ¡son unas supervivientes! Fracasan menos, resultan más solventes y longevas.
- El índice de mortalidad de los negocios emprendidos por mujeres es del 29%, frente al 56% que lideran los hombres.
En el caso de los negocios digitales, el número de emprendedoras es también bajo, situándose en el 14%. Sin embargo, el emprendimiento digital y tecnológico es precisamente el principal motor de creación de valor en la economía en las últimas décadas, por lo que la brecha de género digital supone uno de los principales desafíos para el desarrollo social y económico actual.
Liderazgos dispares
Las causas de estas diferencias entre el emprendimiento femenino y masculino, pueden encontrarse en las distintas maneras de ejercer el liderazgo.
Las mujeres que lideran empresas se caracterizan por:
- Alta cualificación. Las mujeres que alcanzan puestos de alta dirección suelen estar muy cualificadas y suelen tener experiencia profesional y haber ocupado algún puesto de responsabilidad.
- Capacidad de gestión y motivación. Las mujeres suelen pensárselo más a la hora de poner en marcha un negocio. Una falta de confianza que se traduce en que cuando emprenden lo hacen con niveles mayores de seguridad y empeño en que su empresa siga adelante.
- Menor riesgo. Las mujeres suelen guardar más cautela a la hora de tomar decisiones y ser más realistas cuando se trata de números, asumen menos riesgos y tienen más capacidad de análisis.
- Menos gastos. Las mujeres son más prudentes en cuanto al gasto, y se decantan por realizar pequeñas inversiones y poco a poco.
- La conciliación como prioridad. Las emprendedoras buscan la conciliación entra el trabajo y la familia, y en muchas ocasiones quieren ser su propia jefa por la flexibilidad que les permite. Los hombres por el contrario, dedican más horas al trabajo.
- Las mujeres generan ambientes de participación más eficaces y, por tanto, generan mayor retención del talento y empatía en las organizaciones.
- Una de las cualidades del liderazgo femenino es un mejor rendimiento gracias a su mayor creatividad e innovación en la toma de decisiones.
- Mayor paridad y diversidad. Las mujeres aportan puntos de vista diferentes para crear productos más diversos, que aportan soluciones a las necesidades sociales y receptivas al pulso del mercado.
Obstáculos para el emprendimiento femenino
Si consiguen buenos resultados ¿por qué a las mujeres les cuesta emprender?
Estos son algunos de los factores que juegan en contra del emprendimiento femenino:
- La cultura y educación. La falta de un impulso al emprendimiento desde edades tempranas en la educación frena la vocación empresarial de las mujeres.
- Los prejuicios pueden hacer que las mujeres sientan más miedo que los hombres a fracasar y crean que tendrán que superar muchas más barreras a la hora de emprender y conciliar.
- La falta de referentes. Encontrar el camino es difícil si no se tienen ejemplos y casos de éxito cercanos en los que encontrar inspiración y apoyo. Visibilizar a las emprendedoras en un reto para que las mujeres se sientan capaces de sacar adelante su negocio.
- El acceso a la financiación. Las rondas de financiación e inversores son áreas tradicionalmente masculinas. Las dificultades de encontrar financiación hacen que las mujeres lideren startups más pequeñas. Además, al centrar sus objetivos en el crecimiento profesional, no solo en datos económicos, los convierte en menos ambiciosos y menos atractivos para los inversores.
- Mentorización. Contar con redes de mujeres empresarias, donde establecer contactos, encontrar apoyo de expertas y asesoramiento profesional, es vital para las mujeres en su camino emprendedor en un terreno altamente masculinizado.
La diversidad cotiza al alza
Conseguir un equilibrio de liderazgo empresarial entre hombres y mujeres supone un éxito en materia de igualdad, pero también a nivel económico. Más emprendedoras significa mejores resultados financieros, y en definitiva, el aumento del PIB nacional.
Las empresas más diversas proporcionan soluciones que aportan más valor a sus productos, y mayor rentabilidad. Invertir en empresas que apuestan por el talento y el liderazgo femenino es una opción atractiva por su eficiencia, positiva y enriquecedora para la sociedad en general.
Sin embargo, el éxito radica y depende de muchas causas, es fruto del trabajo de todo un equipo y la mezcla de sus diferentes cualidades. Todo ello bajo un prisma respetuoso, no discriminatorio y diverso.
Adiós al mito: hombres de ciencias, mujeres de letras

Adiós al mito: hombres de ciencias, mujeres de letras
Es comúnmente aceptado que los hombres tienen más talento para las áreas científico-técnicas que las mujeres. Sin embargo, esta opinión arraigada durante siglos en el imaginario colectivo no es más que eso, una creencia que se sustenta estereotipos que, desafortunadamente, sigue influyendo en las que las chicas de hoy tienen de ellas mismas. Y lo que es más grave, en sus decisiones a la hora de elegir estudios. No se trata de medir las capacidades de hombres y mujeres como si de una competición se tratase, pero sí de tener claro si existe algo o nada de verdad en mitos como que a los chicos, por alguna razón biológica, se les dan mejor las matemáticas que a las chicas.
Un cerebro maleable, para adquirir habilidades de chicos o chicas
Gina Rippon, es una neurocientífica que ha pasado décadas rebatiendo el neuroseximo. Es decir, la idea de que de alguna manera, los cerebros de hombres y las mujeres son esencialmente diferentes, y que los niños y niñas pueden estar expuestos a estereotipos de género prácticamente desde que nacen. Estas conclusiones se recogen en su libro «The Gendered Brain», en el que argumenta que no es el cerebro humano el que está intrínsecamente unido «al género», sino el mundo y el entorno en el que crecemos. Para ello, describe muchas de las teorías sobre las diferencias de género como mitos difíciles de destronar que resurgen constantemente.
El cerebro es maleable, se moldea con la experiencia y el entrenamiento, y desde que nacemos hay ciertos comportamientos que se fomentan sutilmente: «Un mundo de género produce un cerebro de género», asegura. Por tanto, “si creemos que existen diferencias profundas entre los cerebros de hombres y mujeres, y que por ello tienen acceso a diferentes habilidades, eso afectará nuestra forma de pensar, y a nuestro concepto de otras personas y su potencial”, advierte Rippon.
Por tanto, nuestros comportamientos y habilidades se van moldeando, estimulando o limitando en ciertas capacidades no innatas. Por ejemplo, si damos a los niños juegos de construcción en lugar de muñecas, desarrollarán un pensamiento lógico que quizás les inclinen hacia ciertas asignaturas y profesiones a la larga. «La comprensión de que cada cerebro es diferente de cualquier otro y no necesariamente en función del sexo del dueño del cerebro es un paso realmente importante en el siglo XXI», insta Rippon
Sin diferencias de género al nacer en habilidades matemáticas
En una investigación publicada en la revista Science of Learning, realizando en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, se ratificó que los niños y las niñas tienen en sus primeros años de vida habilidades matemáticas similares. Cuando la comunidad científicas comparó los escáneres cerebrales y las puntuaciones de 104 niños y niñas de entre 3 y 10 años, no encontró diferencias de género en cómo procesaron las matemáticas. También se evaluó la capacidad matemática, y se mostró el mismo interés al ver los vídeos educativos de matemáticas. Sus cerebros procesaron las matemáticas de la misma forma y obtuvieron resultados parecidos en los exámenes.
Las personas responsables del estudio fueron más allá para averiguar si las preferencias tienen que ver con algún factor biológico después de la infancia, y que afecte a su desarrollo cognitivo y a esa brecha de género. Pero se inclinaron en sus conclusiones más por “los estereotipos negativos y otros factores socioculturales que pueden alejar a las niñas y mujeres jóvenes de las matemáticas y áreas científico-técnicas relacionadas”.
No es biología, sino cultura
Otros trabajo más que niega la existencia de ese presunto “gen matemático”, es un estudio que analizó datos de niños y niñas de 86 países diferentes. Sus autores, Jane Mertz of the University of Wisconsin-Madison and Jonathan Kane of the University of Wisconsin-Whitewate, afirman que “la brecha matemática-género se debe a factores socioculturales que difieren entre países, y que estos pueden modificarse». Según la investigación, «aparentes brechas de género son en realidad solo disparidades en la educación y las expectativas culturales, sin evidencia de algún mecanismo biológico más profundo”.
Mertz y Kane concluyeron como regla general que, a mayor igualdad no solo se elimina la brecha de género, sino que también mejora la puntuación en las pruebas. Los países donde las mujeres tienen una alta participación en la fuerza laboral y tienen salarios comparables a los de sus homólogos masculinos, generalmente tienen las puntuaciones matemáticas más altas. Es decir que “en cuanto a logros matemáticos la equidad de género es una situación en la que todos ganan», concluyeron.
A nivel mundial, las titulaciones futuras más demandadas serán las relacionadas con las titulaciones STEM y, en este sentido, la mujer está en clara minoría y desventaja, influida como hemos visto por ciertos mitos o estereotipos que las alejan de estas áreas. Una brecha de género vital, dada la importancia que estos sectores tienen en la actualidad y el carácter todavía más relevante que van a tener en un futuro cercano en la llamada cuarta revolución industrial. Por ello, es vital tomar las medidas necesarias para desterrar falsas creencias y transmitir a las jóvenes, que por naturaleza tienen iguales capacidades y por tanto las mismas oportunidades para desarrollar la carrera que deseen. Nadie está condicionado biológicamente para una carrera o profesión, y por tanto será su decisión o sus preferencias personales tomadas libremente, las que determinen su destino, de ciencias o de letras.