Los estudios STEM, como apuesta de futuro
Los estudios STEM, como apuesta de futuro
Muchos chicos y chicas, junto a sus familias, se enfrentan estos días a una decisión nada fácil y que no debe tomarse a la ligera: qué carrera o estudios elegir. Una decisión importante que marca el comienzo de la etapa adulta y en la que las llamadas “salidas profesionales” y “empleabilidad” están muy presentes. En plena transformación digital se presenta un mapa formativo cambiante en el que las competencias digitales se hacen imprescindibles y, los estudios STEM ocupan el primer puesto en cuanto a la demanda de profesionales. Los estudios relacionados con la ciencia y la tecnología suponen toda una apuesta de futuro, y toda una oportunidad para las chicas, en un momento en el que el mercado laboral reclama y necesita además de la perspectiva e impulso del talento femenino.
Los trabajos del futuro digital
Según diversos estudios como el informe ‘The future of Jobs 2020’, de los puestos de trabajo que ocupan las veinte primeras posiciones del ranking, más de un 90% corresponden a titulaciones STEM. Por su parte, según datos de la Unión Europea, el 45% de las ofertas de empleo en 2021 en España estarán relacionadas con el entorno digital.
Todos los indicadores apuntan a que estamos entrando en una cuarta revolución, en este caso digital, y se espera que como en las anteriores revoluciones, se modifiquen para siempre los conceptos de trabajo, empleo y profesión. “Durante la próxima década, buena parte de los empleos de nueva creación serán ocupaciones totalmente nuevas, o bien trabajos existentes que se transformarán significativamente en lo que respecta a la exigencia de nuevas habilidades”, afirma el citado informe del WEF (World Economic Forum).
Existe pues, la inevitable necesidad en las empresas de transformarse digitalmente y, por tanto, de incorporar nuevos perfiles que dominen estas competencias. La empleabilidad en estas profesiones no solo se vincula a la industria tecnológica, porque la tendencia del mercado demanda trabajadores con formación mixta y la digitalización supone un avance hacia la transversalidad de los sectores. Los profesionales STEM se han hecho imprescindibles en prácticamente todos los ámbitos, desde la salud, la enseñanza, finanzas, seguridad, logística etc.
Según Informe InfoJobs-Esade 2020, en la actualidad las profesiones con menor competencia entre profesionales en el mercado laboral son arquitectura de sistemas TIC, planificación financiera, arquitectura de software, diseño de base de datos, intérpretación/traducción, orientación educativa, auxiliar de transporte escolar, dentista, ingeniería de redes TIC y enfermería. Por el contrario, Ingeniería Informática e Ingeniería de Telecomunicaciones son las dos carreras por excelencia con mejores salidas profesionales.
Y de cara a un futuro cercano, las predicciones van más allá. Dentro de cinco años habrá 85 millones de puestos de trabajo que desaparecerán o quedarán obsoletos; y por el contrario surgirán 97 millones de nuevos empleos, relacionados principalmente con la inteligencia artificial y el big data, vaticina el Foro Económico Mundial en su informe Jobs of Tomorrow. Mapping Opportunities in the New Economy.
Brecha de género en la “generación Y”
El personal experto en STEM advierte que actualmente se está preparando a 1.500 millones de niños y niñas para trabajos del pasado, y que deberíamos replantearnos qué habilidades aprenden para el futuro. ¿Por qué? Porque analizando el programa educativo, ni las materias ni el sistema de aprendizaje contribuyen a despertar la curiosidad y el interés por la ciencia y la tecnología.
La “generación Y”, que nació con un móvil bajo el brazo y se caracteriza por un mayor uso y familiaridad con las comunicaciones, los medios de comunicación y las tecnologías digitales, se relacionan con ellas solo a nivel usabilidad de la tecnología. Y aunque carreras más populares hace unos años han dejado paso a grados especializados con las habilidades STEM y la tecnología como denominador común, esto no se traduce en más vocaciones entre la juventud. Y por tanto, las tendencias en empleabilidad no se corresponden con el número de personas egresadas en estudios TIC.
Desde la perspectiva de género además, como vimos en anteriores entradas, factores culturales, sociales y educativos profundos influyen en las niñas, creando barreras que durante su crecimiento las va alejando de la experimentación, el riesgo, y el deseo de adentrarse en un sector tecnológico, en el que persisten estereotipos y una amplia mayoría masculina.
Nadie tiene la clave del éxito asegurado, pero sin duda las profesiones del presente con mayor empleabilidad y perspectivas de futuro se mueven en un escenario digital y de desarrollo tecnológico.
¿Cómo abordar entonces esta situación? Afrontando los retos, para tomar una perspectiva positivista hacia el aprovechamiento de las oportunidades que el sector TIC ofrece para romper con prejuicios, y promover entre las chicas la apuesta por un sector cada vez más consciente de la necesidad de contar con ellas para crear equipos diversos y más productivos. Porque ya, presente y futuro, son TIC.
Tips para acercar a las niñas a las TIC
Tips para acercar a las niñas a las TIC
La presencia minoritaria de las mujeres en el ámbito científico-tecnológico es una realidad, según muestran estudios e informes recientes. Un porcentaje menor de chicas que de chicos se interesan por este tipo de carreras y, en consecuencia, el sector cuenta con menos profesionales, que además encuentran grandes dificultades para llegar a puestos de liderazgo. La brecha de género persiste, y hace que se pierda una parte importante del talento clave para afrontar el futuro. Sin detenernos en los datos, nos centramos en las recomendaciones expertas sobre cómo atraer a las chicas hacia vocaciones STEM, para que cada vez más jóvenes se sientan capaces y opten por ser científicas, matemáticas, ingenieras o tecnólogas.
No existe una receta mágica o imán capaz de atraer a las mujeres hacia las TIC, y revertir un problema sistémico y complejo, en el que influyen diversos factores educativos, sociales y culturales.
Donde sí coincide el personal especializado sobre igualdad de género, es en señalar que cuanto antes se actúe, mejor. Dar a conocer, favorecer y fomentar el conocimiento de las STEM debe ser una tarea a realizar desde edades tempranas, cuando aún niños y niñas tienen intereses similares. Porque sus preferencias en la niñez no son innatas, sino que responden a conceptos culturales, a estereotipos transmitidos por la educación que reciben en los diferentes ámbitos.
“Lamentablemente, vivimos en un sistema profundamente dominado por los roles de género (…). Tradicionalmente, a las mujeres se nos ha socializado en los cuidados (del hogar, de la familia, de nuestros mayores y de nuestros hijos), y se ha dicho de nosotras que somos “más intuitivas” o “sensibles”, por lo que existe una mayoría de mujeres en carreras como comunicación, filologías, terapia ocupacional o enfermería”, sostiene en una entrevista Ludi García, directora gerente de la consultora de comunicación Hotwire. “Mientras tanto, a los hombres se les han atribuido fortalezas como la mente fría y analítica, empujándolos hacia carreras más científico-técnicas como las ciencias, las ingenierías o las matemáticas. Por supuesto, esto no son más que construcciones sociales que, por desgracia, siguen prevaleciendo en algunos sectores de la sociedad”.
Consejos para equilibrar la balanza de género en las TIC
A continuación, recopilamos una serie de recomendaciones dirigidas a dar a conocer las posibilidades que ofrece las carreras STEM, para que en el que momento de elegir, las chicas amplíen sus miras y valoren las posibilidades y oportunidades de este tipo de estudios.
Susanna Tesconi, profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Comunicación e investigadora del grupo de Diseño, Arte, Tecnología y Sociedad (DARTS) de la UOC, recomienda poner en marcha distintas estrategias que abarcan entornos tanto familiares como escolares y empresariales.
- Modelos familiares igualitarios. Las mujeres están infrarrepresentadas en las profesiones basadas en las TIC, y su presencia es mayoritaria en campos profesionales relacionados con los cuidados. Los cuidados se asocian de manera natural a la mujer, por lo que se deberían fomentar unos modelos familiares donde se reparta la carga de trabajo doméstica, de cuidados y laboral. entre hombres y mujeres.
- Visibilizar a las mujeres referentes en las TIC. A partir de los 6 años las niñas se creen menos capaces que los niños, a la hora de alcanzar objetivos que requieran habilidades científicas. Para evitar esa falta de confianza deben identificarse con mujeres de la rama STEM, inspirándose en referentes que visibilicen una realidad, y fomentando que los niños y niñas conozcan su experiencia y labor profesional. Se ha demostrado que las niñas que cuentan con referentes femeninos en el ámbito científico muestran un mayor interés por las STEM.
- Evitar la separación entre letras y ciencias. La tecnología es ubicua, y tiene más sentido un aprendizaje interdisciplinar y desde diferentes perspectivas.
- Enseñar la tecnología con la experimentación. Para ganar seguridad, perder el miedo y tener un conocimiento crítico de la tecnología, se necesita un aprendizaje vivencial en el que encontrar sentido al diseño y uso tecnológico, y hacerlo propio para ser parte del proceso.
- Derribar las dificultades de acceso. Se necesitas planes y estrategias desde las propias empresas para reducir la brecha de género.
- Ampliar la visión masculina de la tecnología, incluyendo otras perspectivas. Seguimos percibiendo lo tecnológico como algo masculino, porque tradicionalmente se ha desarrollado en dicho ámbito y con ese sesgo.
La transformación digital presenta enormes oportunidades a todos los niveles. Y, para impulsar la diversidad en el desarrollo de profesiones clave en el ámbito STEM, avanzando hacia una sociedad “equitativa, diversa y preparada para el futuro», Microsoft España hace estas otras recomendaciones para fomentar el interés de las niñas por las carreras STEM.
- Generar interés. Compartir información relevante sobre el impacto de la tecnología en la vida de las personas permite entender con más facilidad la importancia de desarrollar habilidades tecnológicas.
- Compartir experiencias. Proporcionar experiencias reales desde etapas tempranas, a través de talleres de formación, experiencias inmersivas y clubs de ciencia, ayuda a generar interés en los niños y niñas.
- Apoyar su vocación. Según un estudio de Microsoft, el 81% de las niñas que recibe apoyo de sus padres en su interés por la ciencia y la tecnología están más predispuestas a apostar por un futuro en esta rama.
- Fomentar el “Growth Mindset”. Experimentar con diferentes modelos de aprendizaje que ayuden a desarrollar el pensamiento computacional, que fomente la curiosidad y entienda la experimentación y el error como parte del proceso.
- Fomentar un entorno de aprendizaje adecuado. Las niñas necesitan un modelo de aprendizaje en ciencia y tecnología que promueva la curiosidad y la experimentación y no penalice el error.
Melina Masnatta, directora ejecutiva de “Chicas en Tecnología” comparte estas propuestas para lograr atraer a las niñas hacia las STEM.
- Difundir la variedad de alternativas. Hay un gran desconocimiento sobre qué significa trabajar en STEM. Existen muchos estereotipos de género que se alejan de la realidad de los perfiles científicos y tecnológicos.
- Crear redes de apoyo. Se deben crear redes y comunidades que incentiven y se conecten con otros ecosistemas, desde el educativo, en conexión con el universitario y empresarial.
- Conocer las oportunidades. Hay desconocimiento sobre las oportunidades profesionales y sobre qué significa trabajar en STEM y qué habilidades se precisan para estos campos. Por ejemplo, tecnología, es un ámbito muy requerido y los salarios son, en promedio, un 33% más altos que en otras disciplinas.
La paradoja de la maternidad en el sector TIC
La paradoja de la maternidad en el sector TIC
Hace tan solo unos días que celebrábamos el Día de la Madre, fecha que nos sirve para reflexionar sobre un concepto importante: la maternidad en el sector TIC. Diferentes estudios y encuestas recientes siguen apuntando a este aspecto como asignatura pendiente, para mejorar la presencia de la mujer. E incluso se define como una de las principales barreras que encuentran las mujeres, para alcanzar puestos de liderazgo en empresas dedicadas a la tecnología.
La tecnología avanza a ritmos agigantados, y con ella la demanda de profesionales y las oportunidades laborales en un mercado laboral cada vez más digitalizado. Paradójicamente, y a pesar de que la presencia de la mujer no es nueva en el sector, dicha modernidad y progresión no se corresponde con otros aspectos que marcan la equidad de género en las TIC.
La desigualdad salarial, más contratos temporales, más jornadas a tiempo parcial… Factores que dibujan un escenario poco halagüeño para las mujeres que se deciden por hacer carrera en este ámbito, sin apenas referentes y altamente masculinizado.
Solo 3 de cada 10 puestos de trabajo TIC en Europa están ocupados por mujeres, cifra que se reduce a la mitad en el caso de España (15,6%), según datos del ‘Libro Blanco de las mujeres en el ámbito tecnológico’ de Eurostat.
Segregación horizontal y vertical
En el colectivo femenino se experimenta una fuerte segregación horizontal. Es decir, que la mano de obra femenina se concentra en sectores como los servicios, la formación, la salud, etc. Mientras que otros sectores permanecen tradicionalmente, y a pesar del paso del tiempo, muy masculinizados como es el caso de la Industria, las tecnologías, la ingeniería, etc. Y a su vez, dentro de las ocupaciones TIC, las mujeres ocupan menos puestos técnicos y más tareas relacionadas con las competencias organizativas, sociales y creativas.
Una segregación que también se da en vertical, las mujeres apenas alcanzan las cúpulas de dirección, tanto en las empresas grandes como en las pequeñas. Un «techo de cristal» que también se detecta en el ámbito universitario, donde menos mujeres estudian carreras TIC, y menos logran alcanzar una cátedra.
La penalización laboral de ser madre
Ser madre o escalar en tu carrera profesional. Lamentablemente esta es una decisión a las que aún se enfrentan muchas mujeres, porque según la experiencia de las propias expertas, la maternidad supone un retroceso en las condiciones laborales en los años posteriores a la maternidad y un freno para alcanzar puestos de liderazgo en muchos casos.
El 49% de empresarios líderes en España, hombres y mujeres, afirma que la maternidad es el principal freno al desarrollo directivo de ellas en nuestro país, según el último informe Women In Business 2019.
Las profesionales experimentan una bajada de sus ingresos del 11,4% durante el primer año tras el nacimiento de sus hijos, cuya caída llega al 33% al cabo de una década, según el informe The Child Penalty in Spain.
Compatibilizar ser madre y prepararse para ser líder
La maternidad y la falta de conciliación se alzan como dos los principales obstáculos en el ascenso de las mujeres en el terreno profesionales. A los “techos de cristal” de los que hemos hablado, se suman “suelos resbalosos” que tienen que ver con la doble jornada que supone tener presencia en el trabajo y en el hogar.
Ser madre deja a la mujer con menos tiempo para formarse y realizar la trayectoria necesaria para ascender como directivas. Son mayoría las mujeres que escogen la reducción de jornada y asumen las responsabilidades familiares, lo cual además de limitar sus opciones de ascender y de mejorar sus competencias de cara al liderazgo, supone una doble presión y un mayor nivel de autoexigencia con importantes riesgos psicosociales. De hecho son muchas las que abandonan su carrera tras ser madre, y las que vuelven no lo tienen fácil, suelen hacerlo como una subocupación.
El debate sobre cómo crear las condiciones necesarias que propicien una mayor presencia de las mujeres en puestos de liderazgo en el sector tecnológico sigue sobre la mesa. Los avances tecnológicosy las características de las profesiones en sí, facilitan un entorno propicio para desarrollar y liderar medidas de igualdad y conciliación. El impulso del talento femenino y de las vocaciones STEM debe realizarse mirando a una realidad y, por lo tanto, deben ir de la mano de medidas para propiciar la igualdad, y que sirvan para aprovechar el talento femenino y sus cualidades para el liderazgo. Para que no haya que tomar una elección, y para ser madre y líder sea compatible.
Diversidad contra los sesgos en los algoritmos
Diversidad contra los sesgos en los algoritmos
Paradojas de la historia, fue una mujer, Ada Lovalace, la primera programadora que escribió un algoritmo para una máquina computadora a mediados del siglo XIX. También fueron pioneras durante la Segunda Guerra Mundial las programadoras de la ENIAC, la primera computadora electrónica. Sin embargo, precisamente dichos algoritmos de los que fueron precursoras, pueden resultar una amenaza para la igualdad, ya que la Inteligencia Artificial (IA) aprende y reproduce los prejuicios de género que estas mujeres ya vivieron hace dos siglos.
No es culpa de las máquinas, sino de la historia de las personas
Se define a la Inteligencia Artificial (IA) como “la capacidad de un sistema para interpretar correctamente datos externos, para aprender de dichos datos y emplear esos conocimientos para lograr tareas y metas concretas a través de la adaptación flexible”*.
Los algoritmos se emplean en el análisis de enormes cantidades de datos que se agrupan basándose en generalizaciones. Una información que por dicha generalización, tiende por lo tanto a perpetuar estereotipos. Es decir, la IA aprende de los datos de los últimos 10-20 años y repite los sesgos que se han dado en esa época, ya que muchos de los avances sociales de la actualidad no se encuentran en los datos que manejan o son minoritarios.
Son estos sesgos generados por las personas, los que llevan a errores sistemáticos en los algoritmos. Se repite por ejemplo, la discriminación histórica hacia la mujer y se reflejan los valores de la sociedad que la creó. Un aprendizaje automático y heredado, que influye en la discriminación de género, pero que también va en contra de cualquier tipo de diversidad, al privilegiar toda una serie de patrones.
Programar contra la brecha de género
En la actualidad, se están desarrollando iniciativas destinadas a abordar el problema de los sesgos algorítmicos, conscientes de los retos que supone el hecho de que esta tecnología pueda ahondar o perpetuar las brechas sociales. A menudo surgen noticias sobre fallos anecdóticos, pero a gran escala estos sesgos son un grave problema, ya cada vez se usan más los algoritmos para la toma de decisiones importantes. Por ejemplo, ¿quién puede acceder y quién no a una entrevista de trabajo o a una hipoteca? Respuestas que a día de hoy se dan utilizando algoritmos que manejan datos sobre el color de la piel, el estado civil, el código postal o los ingresos.
Entre las soluciones que se proponen, por ejemplo se optó por eliminar los datos de género, raza y otras características. Sin embargo se observó que en el aprendizaje automático de las máquinas, los modelos entrenados con datos históricos se basan en otras variables y amplifican aún más las desigualdades del pasado. Por ello hay estudios que recomiendan mantener dichas características, para tener así un mayor control a la hora de medir, revertir sesgos y conseguir resultados más igualitarios.
Aumentar la presencia de las mujeres en ciencia y tecnología
El sector de la programación se masculinizó en la década de los 80´y desde entonces las mujeres son minoría en el sector TIC. En España, por ejemplo, solo el 13% por ciento de las programadoras son mujeres. Una desigualdad que se traslada inconscientemente en la programación y en los algoritmos.
La matemática del MIT Cathy O’Neil ya advirtió en su ensayo “Armas de destrucción matemática” publicado en 2016, que los sesgos sexistas de los programadores se trasladan a los algoritmos y al software que diseñan.
Por ello se hace necesaria una labor de concienciación y formación para aprender a detectar los sesgos y fomentar la creación de equipos diversos, capaces de eliminar prejuicios y ofrecer diferentes perspectivas de las que las máquinas aprendan.
Una necesidad que se empieza a tener en cuenta en los nuevos reglamentos de la Unión Europea de cara al desarrollo de la IA. Y que van encaminadas a fomentar equipos multidisciplinares y con mayor representatividad de las mujeres. Con un claro objetivo, conseguir justo lo contrario que sucede ahora, que las máquinas nos ayuden a conseguir la igualdad y a no volver atrás.
Sí al teletrabajo, en igualdad y con perspectiva de género
Sí al teletrabajo, en igualdad y con perspectiva de género
Ha transcurrido más de un año desde la llegada de la pandemia del COVID-19. Una crisis sanitaria sin precedentes que ha cambiado nuestras vidas, y que ha afectado especialmente a las mujeres. Nuevas circunstancias, como la normalización del teletrabajo que, según los últimos estudios, han abierto nuevas brechas de género. Por ello existe una necesidad urgente de llevar a cabo medidas que favorezcan la corresponsabilidad y el acceso de las mujeres a altos cargos, por una cuestión tanto de igualdad como productividad.
Falta de corresponsabilidad y desigualdad salarial
La pandemia ha supuesto un duro golpe para la situación laboral de la mujer, que se ha llevado la peor parte con tasas de desempleo más altas, más contratos temporales, y salarios más bajos. Toda una serie de problemas que ya existían antes de la pandemia pero que se han agudizado y a los que se han sumado las dificultades para conciliar.
Ya antes de la crisis sanitaria, y tradicionalmente, las mujeres han asumido una mayor carga en la atención de la familia y las labores del hogar. Pero al llegar la pandemia fueron muchas más mujeres que hombres las que han perdido su empleo o han tenido que abandonar sus trabajos para dedicarse a tareas del hogar o al cuidado de la familia o enfermos.
Muy relacionada con esa obligación de conciliar de las mujeres, está la desigualdad salarial. Al tener salarios más bajos, son ellas las que suelen reducir sus jornadas y sus sueldos, renunciando con más frecuencia a sus carreras profesionales.
Perpetuación de los roles de género
La tecnología ha permitido trasladar el lugar de trabajo a los hogares durante el confinamiento. En este último año se ha normalizado e incluso se han establecido regulaciones sobre el mismo. Sin embargo, esto no ha supuesto una ayuda para favorecer la conciliación.
Porque el teletrabajo deber ir acompañado de unas condiciones idóneas como respeto de los horarios, espacio, equipos etc. Unas condiciones que al no cumplirse con especial énfasis en el caso de las mujeres, suponen un arma de doble filo para ellas.
El teletrabajo, en este sentido, supone perpetuar los roles de género tradicionales. El sistema no se encuentra adaptado para repartir igualitariamente las tareas del hogar, sino que son mayoritariamente las mujeres quienes han de adaptarse a esta situación, cargando sobre ellas el peso del trabajo, el cuidado de la familia y el hogar.
Trabajar desde casa, una trampa para la igualdad
El teletrabajo mal gestionado, tiene pues un impacto negativo en las mujeres, multiplicando sus responsabilidades en el ámbito doméstico, laboral y de cuidados, con las consecuencias que ello conlleva para la salud. Como ejemplo, el estrés provocado por intentar llegar a todo contribuye al desarrollo de fenómenos como el síndrome de la impostora, que afecta frecuentemente a las mujeres del sector TIC.
Pero además, la no presencialidad puede ser discriminatoria, ya que las aleja del espacio laboral donde se producen muchas relaciones interpersonales y tomas de decisiones que afectan a su proyección profesional. El teletrabajo en desigualdad, siendo la mujer la que se quede en casa, puede consolidar los techos de cristal y obstaculizar el acceso a los puestos de liderazgo.
Por ello incluso hay colectivos que solicitan que el teletrabajo sea semipresencial, con dos o tres días a la semana en el espacio de trabajo para que nadie desaparezca del todo del ámbito laboral y, sobre todo, que se aplique de igual forma a hombres y mujeres, siendo para ello unas condiciones de aplicación general en las empresas.
Aprovechar la oportunidad de teletrabajar
El teletrabajo, gracias a las posibilidades que la tecnología nos ofrece, ha encontrado un gran espacio en el Sector TIC, al ser uno de los que más permiten esta modalidad por las herramientas y sistemas de trabajo con los que cuenta. Por ello, puede suponer una gran oportunidad, pero debe acompañarse de una regulación y unas condiciones básicas.
Una serie de medidas que garanticen la igualdad salarial y que la maternidad no suponga una merma en los ingresos de las familias. Así como acciones que favorezcan la conciliación y la corresponsabilidad, para que los cuidados y la atención del hogar no sean solo una cuestión de mujeres.
Para ello la empresa necesita de una serie de estrategias como planes de igualdad, que permitan a hombres y mujeres mayor flexibilidad, impulsen el talento sin sesgos de género y tengan en cuenta el ciclo vital de cada persona.
Favorecer la igualdad para impulsar la recuperación
El Parlamento Europeo ha instado a los países miembros a incluir en sus planes de recuperación propuestas específicas para acabar con el desequilibrio existente en el mercado laboral, porque la brecha de género ralentiza el crecimiento económico. En el caso de España, la brecha de género hace que se pierda el 15% del producto interior bruto, según la ministra de Economía, Nadia Calviño.
Se trata pues de hacer ver a las empresas todo lo beneficioso del teletrabajo pero sin crear nuevas desigualdades, y facilitar la incorporación del talento y la perspectiva femenina, como un salto cualitativo y cuantitativo para el negocio. Porque la diversidad no solo es una cuestión de ética y justicia social, sino que invertir en inclusión es sinónimo de beneficios empresariales y una mejora para la economía.
Síndrome de la impostora, una sensación habitual en las expertas TIC
Síndrome de la impostora, una sensación habitual en las expertas TIC
¿Soy lo suficientemente buena? ¿Quién no ha dudado alguna vez de sus capacidades? Los estudios sugieren que más del 70% de las personas atraviesa el síndrome de la impostora en algún momento de su carrera. Se trata de un sentimiento persistente y generalizado que impone autobarreras y frena el potencial de desarrollo en las personas y, según muchos informes, con mayor frecuencia en mujeres. Y concretamente, de forma muy habitual en el sector científico y tecnológico son ellas las que se cuestionan su propia inteligencia, sus habilidades y valía. Una presión constante por demostrar que merecen estar donde están, que acaba influenciando sus motivaciones para alcanzar el éxito profesional o aspiraciones a escalar en su carrera profesional.
Nos merecemos nuestro éxito, no es suerte ni falsa modestia
- El síndrome del impostor fue descrito por primera vez en 1978 en el estudio «El fenómeno del impostor en mujeres de alto rendimiento: dinámica e intervención terapéutica», por la Dra. Pauline R. Clance y la Dra. Suzanne A. Imes. Se trata de una reacción a estímulos y eventos particulares, como por ejemplo puede ser un nuevo entorno académico o profesional desconocido. A las personas que lo sufren les va bien, pero atribuyen sus méritos a factores externos, y sienten miedo a ser descubiertas como si fueran un fraude para los demás. Sienten que no se merecen su éxito, que ha sido cuestión de suerte o se les ha sobrevalorado, incluso intentan pasar desapercibidas pues creen que ocupan el sitio de personas con más méritos.
- La investigadora Valerie Young en su libro “Los pensamientos secretos de las mujeres exitosas: por qué las personas capaces sufren del síndrome del impostor y cómo prosperar a pesar de ello”, identificó cinco subgrupos en los que suele caer este síndrome.
1. La perfeccionista: por su alta autoexigencia se siente frustrada y duda de ella misma. Suele exigirse metas que son inalcanzables y esto le causa un gran desgaste.
2. La experta: se infravalora y tiene miedo de no saber tanto como piensan. Nunca se siente suficientemente preparada, no se cree lo suficientemente experta. No cree que es quién dice ser.
3. La superwoman: cree que para estar a la altura ha de trabajar más duro que nadie. Se responsabiliza de tareas que no le corresponden y esto la agota.
4. La “Yo lo hago todo”: teme pedir ayuda y que lo consideren como una debilidad. Intenta hacer malabares sola y sin querer aleja a las personas de su vida.
5. La genia: piensa que ha de hacerlo bien a la primera y se castiga duramente si falla. No se permite una segunda oportunidad.
Autoestima y confianza vs talento y potencial de las mujeres TIC
El síndrome de la impostora afecta especialmente a la brecha de género en el sector de la ciencia y la tecnología. Las jóvenes no se sienten atraídas y no optan por carreras emergentes de disciplinas STEM, estudios que están tradicionalmente masculinizados, con fuertes estereotipos, sin referentes femeninos y con fama de ser muy complicadas.
Un terreno fértil para la inseguridad que alimenta al síndrome de la impostora, y que se da tanto en el ámbito educativo como en el laboral. Persiste entre muchas profesionales TIC, que a pesar de ser especialistas en sus respectivas áreas, sienten cierta intimidación que las limita por temor al riesgo o al fracaso. El perfeccionismo y las altas expectativas lastran a muchas mujeres en estas áreas.
Por otra parte, la crisis de la COVID-19 y el teletrabajo han supuesto un obstáculo más para la igualdad laboral, y un impulso al síndrome de la impostora. Cuando los límites entre hogar y trabajo se difuminan, crece la percepción de no llegar a todo, no ser lo suficientemente buena, no estar cumpliendo con los objetivos, y estar en un rol que no es real ni merecido.
La espiral del auto autoboicot femenino
¿Pero cuáles son las causas de este fenómeno y por qué se da en sectores emergentes como la ciencia y la tecnología? ¿Por qué aunque las estadísticas continúen mostrando que las chicas sacan mejores notas, sigue faltándoles confianza en su desarrollo profesional? ¿Por qué hay excelentes profesionales que sienten que sus éxitos son solo fruto del azar?
Las investigadoras Clance e Imes creían que el marco mental para el fenómeno de la impostora se desarrolló a partir de factores tales como: estereotipos de género, dinámicas familiares tempranas, cultura y atribución. Otros estudios lo relacionan además con factores como las expectativas familiares, familias sobreprotectoras, identidades raciales, perfeccionismo, y autocontrol etc.
Sobre este “temor a no estar a la altura”, otras expertas alertan de que el problema no es patológico ni individual, sino que deriva de la desigualdad estructural. Una tendencia heredada, que pasa de madres a hijas, que les impide creer en ellas mismas, como resultado de un entorno que sistemáticamente infravalora a la mujer y sus capacidades así como se les exige, entre otras, virtudes como la modestia.
Expertas como Leire Gartzia, profesora de liderazgo y gestión del cambio en Deusto Business School, cree que esto se debe a que cuando las mujeres comenzaron a incorporarse al mercado laboral, en los años sesenta y setenta del siglo pasado, se encontraron con un modelo “fuertemente masculino, basado en la presencialidad, el rendimiento, la competitividad y la ambición, que copiaron, y que era muy distinto al
femenino, basado en la sensibilidad, los cuidados o la empatía”.*
Katharine D´Amico, profesora del Executive MBA de Esade, destaca “la falta de un modelo de referencia” de las mujeres que llegan a un mundo donde todavía los hombres ocupan una posición dominante. Si no tenemos esta referencia, nos afecta a cómo nos sentimos y siembra la duda: ¿realmente valgo o no valgo?, ¿estoy aquí por ser mujer o por mis competencias?”. *
Educar la autoestima, crear entornos de conciliación, impulsar el liderazgo
Algunas de las posibles acciones contra este síndrome que se encuentra entre las casus de las bajas vocaciones en carreras STEM, y que en algunos casos puede frenar el avance profesional e incluso llegar a motivar el abandono laboral, pasan por un plano individual y colectivo.
- Educar la autoestima, cambiar estereotipos, crear referentes y ampliar las perspectivas de futuro de las niñas. Alimentar la confianza en sus capacidades y despertar su interés por la ciencia y la tecnología desde edades tempranas.
- Reconocer el síndrome de la impostora. Identificarlo, aceptarlo y cambiar aquello que nos decimos y que nos frena, por refuerzos positivos. Fortalecer el concepto que tenemos de nosotras mismas, asimilar nuestros logros, rebajar nuestro nivel de exigencia y celebrar los éxitos.
- Implantación de planes de igualdad y medidas para facilitar la conciliación. Posibilitar las condiciones idóneas y las oportunidades para que las mujeres puedan plantearse el acceso a puestos de mayor responsabilidad. Generar el entorno de confianza adecuado para que las trabajadoras se sientan seguras de asumir determinados cargos frecuentemente masculinizados. Facilitar e impulsar su acceso al liderazgo en sus
respectivas áreas de trabajo.
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* Fuentes:
- https://estardondeestes.com/movi/es/articulos/el-sindrome-de-la-impostora-que-es-y-por-que-han-aumentado-los-casos-con-la-crisis-de-la-covid-19
- https://www.orange-business.com/es/blogs/mujeres-en-tecnologia-como-pueden-superar-el-sindrome-del-impostor
#8M Por un futuro igualitario tras la pandemia
#8M Por un futuro igualitario tras la pandemia
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, girará este año en torno al lema “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”. En esta efeméride se homenajeará pues a las mujeres que se encuentran en primera línea de la crisis de la COVID-19, como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias. Así como también a aquellas mujeres que han liderado eficazmente la lucha contra la pandemia, pero que permanecen invisibles a la luz pública. Y es que esta crisis ha puesto de relieve la importancia de las contribuciones de las mujeres, pero también las cargas desproporcionadas que soportan y que se hacen aún mayores en momentos difíciles.
Mujeres que marcan la diferencia en tiempos de crisis
Pronto se cumplirá un año desde que la OMS declaró la pandemia de la COVID-19. En este tiempo muchas mujeres han ocupado un papel fundamental en esta batalla. Han capitaneado equipos formados mayoritariamente por mujeres, atendiendo a los enfermos, investigando y desarrollando tratamientos médicos.
La portuguesa Elisa Ferreira, Comisaria Europea de Cohesión y Reformas, rindió así homenaje recientemente a estas «heroínas», y llamó a mantener esa «resiliencia» para salir juntas de esta situación.
«Las mujeres están siendo un eslabón muy fuerte para aguantar una sociedad y una economía en un periodo tan difícil»
Las mujeres conforman el 70% del personal que trabaja en el sector sanitario y de asistencia social. Sin embargo, pese a constituir la mayoría del personal de primera línea, existe una representación inadecuada de las mujeres en los espacios de política nacionales y mundiales relacionados con la COVID-19.
Protagonistas invisibles de la lucha contra el COVID-19
Las mujeres han demostrado sus habilidades y conocimientos para liderar de una manera efectiva los esfuerzos de respuesta y recuperación ante la COVID-19. Cada vez se acepta más que las mujeres aportan experiencias, perspectivas y habilidades diferentes y necesarias, que contribuyen de manera indispensable en los procesos de toma de decisiones para dar forma al futuro post pandémico.
Pero dicha relevancia no tiene su reflejo en los medios de comunicación. Así lo manifiestan estudios como The Missing Perspectives of Women in COVID-19 News, que ha analizado la presencia de mujeres como expertas y protagonistas, así como la proporción de historias con dimensión de género, en la cobertura sobre la pandemia en seis países (India, Estados Unidos, Reino Unido, Kenia, Nigeria y Sudáfrica). En resumen la presencia femenina es mucho menor que la de los hombres.
Un sesgo de género detectado en los medios, que también ha sido denunciado por un grupo de científicas que ha publicado una carta en la que reclaman ser escuchadas y tenidas en cuenta tanto en la esfera política como informativa.
“Estamos frustradas porque nuestro trabajo está siendo pasado por alto y tergiversado en los medios. Estamos agotadas sabiendo que, después de que todo esto termine, tendremos que luchar para reclamar el terreno profesional que se nos escapa durante esta emergencia”
Perspectivas de género para un futuro igualitario
A raíz de la pandemia del COVID-19, han surgido nuevos obstáculos que se suman a los de carácter social y sistémico que persistían antes y que frenan la participación y el liderazgo de las mujeres.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ha publicado que la mujer durante la pandemia además de haber perdido salud, bienestar social y economía en todo el mundo, se ha tenido que enfrentar a mayor responsabilidad en el hogar, mayor riesgo de pérdida de empleo y de ingresos económicos, mayor riesgo de violencia y abuso o explotación. Desde la perspectiva de género la mujer ha quedado más sobrecargada que nunca de trabajo y responsabilidad.
“Para defender los derechos de las mujeres y aprovechar plenamente el potencial de su liderazgo ante una crisis, se deben integrar las perspectivas de las mujeres y las niñas en toda su diversidad, en todas las etapas de la respuesta y la recuperación ante una pandemia”. ONU Mujeres
Un escenario para visibilizar nuevos modelos de referentes
Las situaciones de crisis agrandan las desigualdades de género ya existentes. El sector TIC no ha sido ajeno a este fenómeno en un momento en el que la tecnología ha sido esencial, nos ha permitido mantener el contacto con los nuestros, teletrabajar, formarnos, y seguir haciendo nuestras vidas manteniendo las distancias de seguridad.
En nuestro país, han sido muchas las científicas, tecnólogas e investigadoras, protagonistas en la lucha contra el COVID-19. De hecho, ellas suman el 36% de los puestos en el CSIF y lideran más del 50% de los estudios sobre el virus.
Nos encontramos por ello ante una gran oportunidad para ampliar los modelos que se tienen de la mujer, visibilizar referentes femeninos a las próximas generaciones, y demostrar la importancia de aprovechar el potencial de las mujeres para el desarrollo de nuestra sociedad. Todas estas mujeres que han estado en primera línea plantando cara al coronavirus, son un ejemplo y una inspiración para las niñas de hoy. Niñas cuyas madres a pesar de afrontar situaciones de desigualdad, han estado al frente del cuidado de sus familias, teletrabajando o investigando por un futuro mejor.
Es momento de repensar el futuro para afrontar el nuevo escenario post pandémico. Por un futuro más igualitario en el que se cuente con el talento y la capacidad de liderazgo de las mujeres.
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*Fuentes:
https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/11/announcer-international-womens-day-2021
Educar a niñas imperfectas y mujeres valientes
Educar a niñas imperfectas y mujeres valientes
Hace unos días se celebró en todo el mundo el “Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia”. Una cita conmemorada “con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia, para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas”.
Una fecha para dar visibilidad a referentes en estas áreas y romper con prejuicios y estereotipos de género que, arrastrados desde hace mucho años, continúan sorprendentemente a día de hoy suponiendo barreras que mantienen a niñas y mujeres significativamente alejadas de estos sectores TIC. Y eso sucede aun suponiendo la mitad de la población mundial y, por tanto, desaprovechando la mitad del potencial.
«Para hacer frente a los inmensos desafíos del siglo XXI –desde el cambio climático hasta los trastornos tecnológicos– nos hace falta la ciencia y toda la energía necesaria y, por ello, el mundo no puede privarse del potencial, la inteligencia y la creatividad de los miles de mujeres que son víctimas de desigualdades o prejuicios tan arraigados”.
Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia
¿Por qué las niñas se alejan de la ciencia y la tecnología?
Todos los estudios coinciden en señalar que no se trata de una cuestión de habilidad, sino de factores culturales, sociales y educativos más profundos y arraigados heredados del patriarcado. En la infancia niños y niñas se relacionan de igual manera con la ciencia y la tecnología, e incluso las chicas suelen sacar mejores notas que los chicos en todas las materias, incluyendo matemáticas y ciencias. El problema no viene de ellos o ellas, sino de cómo se les educa de forma diferente a enfrentar los retos y a afrontar el fracaso.
“Cuando los chicos tienen problemas con una tarea, dicen al profesor: hay un problema con mi código. Las chicas por el contrario afirman: profesor, hay un problema conmigo».*
Tradicionalmente se ha transigido mucho más en los “juegos de niños”, permitiéndoles asumir más riesgos, saltando, brincando…si tropiezan no pasa nada, son “cosas de chicos”. No se les deja mostrarse vulnerables, y por el contrario se les premia su carácter valiente y aventurero. Sin embargo a las niñas se les recompensa su mesura, se le elogia por ser bonitas y responsables, deben jugar pero de forma segura, “sin mancharse” y sacando buenas notas.
Se limitan así las potencialidades de las niñas, que aprenden que no se espera lo mismo de ellas que de los niños. Ellas disminuyen así su autoestima y autoconfianza mientras ellos aprenden que pueden conseguir lo que se propongan con esfuerzo y esto actúa como un refuerzo positivo de su autoestima. Estas exigencias pueden ser causa de inseguridades, temor al fracaso e incluso frustración con el tiempo. Y así, la tendencia es que al final las niñas eviten tomar riesgos, lo que se traduce en no salirse de “lo establecido”.
El proceso de aprendizaje se basa en la experimentación, ensayo y error, y en los primeros años de vida niños y niñas tienen que vivenciar experiencias que ayuden a construir su personalidad y a afrontar la toma de decisiones. Si, como ocurre tradicionalmente en el caso de las niñas, no se han atrevido a trepar a un árbol y caerse, o experimentar el fracaso de suspender una asignatura, y para colmo no encontramos referentes científicas o ingenieras en nuestros libros de texto ¿Cómo se van a inclinar de adultas por elegir una carrera con fama de complicada, masculinizada y en la que solo hay una minoría de mujeres? Que por cierto, siendo a menudo las más listas de la clase, no están visibilizadas o lo están con una imagen social de frikis o empollonas.
Educadas para la seguridad y la perfección
A las chicas se les educa para ser madres, excelentes profesionales y además a estar siempre perfectas. El temor a no estar a la altura, a no ser capaces, a fallar, y a no poder llevar hogar y trabajo delante de forma impecable, inclina a las mujeres a hacer lo que siempre se ha esperado de nosotras, a permanecer en nuestra zona de confort para no defraudar, a la prudencia y a la autoexigencia por la perfección ¿Por qué tenemos que ser SuperWoman y no mujeres normales?
“Los hombres solicitan un empleo si cuentan con solo un 60% de las cualificaciones, pero las mujeres, lo solicitan solo si reúnen el 100% de las cualificaciones”.*
Para elegir con libertad, sin prejuicios o estereotipos, para que la sociedad cuente con mujeres valientes, se necesita educar en igualdad a niñas imperfectas, que no teman hacer frente a sus temores, a cometer un error o al fracaso y que, además lo entiendan como una oportunidad de aprendizaje. Cualidades fundamentales para desarrollar profesiones STEM basadas en el aprendizaje por prueba o error, en las que hace falta errar, porque equivocarse es un paso más para prosperar y alcanzar el éxito.
Educar desde la familia y la escuela es fundamental para que ellas igual que ellos, se puedan sentir cómodas con su imperfección, permitiéndose innovar, ser diferentes, elegir con valentía su futuro, y no lastradas por clichés. Porque la perfección no existe. Tenemos una gran oportunidad por delante, estamos en el pleno desarrollo de unas nuevas profesiones TIC que no cuentan con la historia del patriarcado, con la masculinización de los puestos de trabajo. Pero tenemos que mostrar que es una realidad, dar a conocer cómo se necesita del talento femenino para el avance no solo de las mujeres, sino de la propia sociedad y del sector. Es el momento de sustituir el “deber ser” por el “querer ser” y el “querer es poder”.
“Tenemos que enseñarles a ser valientes en las escuelas y al principio de sus carreras, cuando hay más potencial de impactar sus vidas y las vidas de otros, y tenemos que mostrarles que las vamos a amar y a aceptar no por ser perfectas sino por ser valientes”.*
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* Citas de Reshma Saujani, Fundadora de «Niñas que codifican» (Girls Who Code)
Mujeres, ciencia y techos de cristal
Mujeres, ciencia y techos de cristal
La reciente toma de posesión de Kamala Harris, estuvo cargada de simbolismo. Entre otros titulares ocupó portadas como “la vicepresidenta que rompe techos de cristal”. Se convirtió en la primera mujer en jurar dicho cargo, además de ser la primera persona negra y de origen asiático en ser número dos de la Casa Blanca. Pero además, con un vídeo en las redes sociales antes de la toma dedicado a “las mujeres que vinieron antes”, Harris puso el foco en su madre científica, a quien agradecida dedicó un reconocimiento y atribuyó su logro.
Shyamala, la científica que crió a una vicepresidenta
Gracias a este gesto el mundo entero descubrió a Shyamala Gopalan Harris, quien a los 19 años emigró a Estados Unidos desde la India, consiguió ser una brillante científica y dar un magnífico ejemplo a sus dos hijas. Una madre soltera que fue capaz de sacar adelante la crianza, la lucha por obtener un puesto de profesor titular y su participación en una investigación pionera sobre el cáncer de mama.
Investigadora y mujer, la carga adicional de ser madre
Su legado fue un modelo a seguir, como el de muchas otras madres apasionadas por su trabajo y también por sus hijos. Y que asumen con normalidad sus sacrificios por compatibilizar con malabarismos el cuidado del hogar y su carrera, o en muchas ocasiones se sienten culpables cuando roban tiempo de estar con su familia para intentar ascender en su profesión.
Un legado de coraje y perseverancia
Shyamala ha conseguido servir de inspiración, y será recordada por miles de mujeres por su perseverancia y coraje para seguir adelante. Ahora le toca el turno a su hija, que ha marcado un hito y contribuirá a dar un paso más para que las niñas puedan crecer sin techos, barreras o prejuicios que les impidan llegar donde quieran.
Pero aunque ha habido muchos cambios y factores que por supuesto han mejorado desde que Shyamala llegó a EEUU, los últimos datos no son buenos, cada vez hay menos científicas, matemáticas e ingenieras. La brecha de género se teme que tras la pandemia aumente dichas desigualdades. Y en consecuencia existe el riesgo de que se pierda mucho talento femenino en esta generación.
I’m here today because of the women who came before me. pic.twitter.com/ctB9qGJqqp
— Kamala Harris (@KamalaHarris) January 20, 2021
Un mensaje inspirador para el futuro
Harris además de mirar al pasado y agradecer las oportunidades que se le brindaron para cumplir su sueño, no olvidó lanzar un mensaje esperanzador hacia el futuro. «Soy la primera vicepresidenta pero no seré la única», dijo en el mes noviembre en el discurso tras su designación oficial en la candidatura demócrata. Así sea, y veamos a muchas madres y a sus hijas, elegir con libertad y sin renuncias, alcanzar sus metas.
Nos sumamos a #NoMoreMatildas
Nos sumamos a #NoMoreMatildas
Si Einstein hubiese sido mujer, la historia de las científicas ausentes
“¿Te imaginas que hubiera pasado si Einstein hubiese sido mujer? Pues que probablemente hoy no sabríamos quien es Einstein, y es que los méritos de sus descubrimientos se los habría llevado algún compañero de investigación”.
Con esta cuestión y esta llamada a la reflexión comienza el vídeo de la campaña #NomoreMatildas, que se ha convertido en viral en las últimas semanas. Una original propuesta de la la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) con el apoyo de la Oficina del Parlamento Europeo en España, para dar a conocer el ‘Efecto Matilda’.
Matilda Joslyn Gage, activista de los derechos de las mujeres fue la primera en exponer el fenómeno que ningunea los logros de las científicas. Denominar ‘Efecto Matilda’ a esta tendencia fue idea de Margaret W. Rossiter, historiadora de la ciencia.
La iniciativa se propone contribuir a dar visibilidad a las mujeres científicas que a lo largo de la historia han quedado relegadas a un segundo plano, perpetuando estereotipos de género aún muy vigentes hoy.
El efecto Matilda, no es cosa del pasado
Desafortunadamente, el efecto Matilda es un fenómeno del presente, no solo del pasado. De hecho, la campaña llama la atención sobre “la falta de referentes femeninos y el impacto que tiene en las aspiraciones profesionales de las niñas, que se traduce en una menor presencia en las carreras STEM”.
Según la Unesco, las mujeres suponen el 28% del alumnado en carreras científicas en el mundo. En nuestro país, la presencia de chicas en estos estudios, no aumenta sino que se está reduciendo en los últimos años en áreas clave para el desarrollo tecnológico, como la ingeniería informática y las matemáticas. Las profesiones del futuro siguen sin ser una opción para muchas mujeres.
Hablamos de problemas de máxima actualidad en un entorno en el que, las carreras STEM toman un papel destacado también para concepción de nuestro futuro. Así, es imprescindible concienciar tanto a la comunidad científica como al profesorado y familias, de que el efecto Matilda existe y que es un factor que influye en la baja percepción que tienen las chicas sobre sus capacidades afectando ello a la elección y desempeño de profesiones científicas y tecnológicas. Cuando la historia que nos han contado y que se sigue enseñando a las niñas, sistemáticamente deja en la sombra, silencia o atribuye a otros los logros de mujeres en estas áreas.
¿Dónde estás las referentes femeninas en los libros de texto? #NomoreMatildas pone el foco en esta realidad, esta ausencia de referentes femeninas en los libros de texto, y ofrece material didáctico para subsanarla. En primer lugar tres cuentos ilustrados sobre la vida de iconos mundiales como Albert Einstein, Alexander Fleming y Erwin Schrödinger, en caso de ser mujeres. Y por otra parte, un encarte para libros de texto que incluye a las mujeres de la ciencia.
Una acción para poner en el lugar que corresponde a todas las mujeres ausentes en la historia como consecuencia del ‘Efecto Matilda’, y con la que se quiere promover en definitiva que las chicas conozcan a estas mujeres, se identifiquen con ellas y descubran que la ciencia no es una cuestión de género. Por todo esto, ¡ Nos sumamos a #NoMoreMatildas ! ¿Te sumas?